♥ Sus pupilas vieron las suyas entre el gentío y se perdió como satélite en el cosmos, Jong Dae tenía no solo magia en la mirada, si no también en la voz.
♥ Inspirado en el subway de Madrid.
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Sehun escuchó el grito de su hija desde la sala y extrañado por el tono dejó la llave maestra del coche sobre una de las mesas y se acercó un tanto disgustado, Adele no era de gritar, ni siquiera alzaba la voz, siempre había sido extremadamente tierna y respetuosa con ellos, sus padres.
Cruzó hasta la cocina en donde encontró a América sorprendida mientras miraba a la pecosa de ojos rasgados frente a ella, Sehun miró los cuadernos sobre el piso y la mochila de su hija tirada a un lado mientras la miraba, Adele estaba en una pose desafiante frente a América que la miraba con los ojos brillosos.
¡Mamá!-gritó Adele nuevamente mientras la miraba- ¿Por qué ese hombre me dijo eso?
Cálmate Adele –América dejó el plato que estaba terminando de lavar a un lado, se quitó los guantes y se acercó a la quinceañera que tenía los ojos brillosos.
Ninguna notó la presencia del más alto que divisaba la escena preocupado, sabía que en algún momento lidiarían con esa conversación pero no pensó que pasaría tan pronto, Sehun se quedó de pie oyendo la delicada voz que estaba usando ahora América con Adele y no pudo evitar recordar aquel día, todavía podía sentir en carne propia el dolor y la gran herida que habían dejado Adele y Jong Dae, sus ojos se llenaron de lágrimas cuando miró el piso recordando lo difícil que había sido pasar esos largos quince años.
Sin embargo, cada mañana sonreía y sabía que sería mejor cada que miraba a sus hijos felices, Adele y Tom.
La tarde que habían estado descansando en casa con la idea de que los dos estarían felices huyendo, logrando su amor se vio resumida a llanto cuando recibieron la noticia, América la había recibido cuando una compañera de clases la había visto vagabundear por el centro.
América no lo había creído, fue hacia casa con los ojos llenos de lágrimas y corrió junto con Sehun al hospital con el temor de ser echados por la familia de la pecosa, se quedaron en el pasillo mirando a la familia de la muchacha que se encontraba bastante preocupada.
América había tenido el valor de acercarse hasta Kris que era el que estaba más cerca a ella y este le había pedido con un grito que se fuese, que todo aquello había sido culpa de ella y a eso había respondido su novio, había tomado al hermano de la pecosa por el cuello y luego de que escucharan que las enfermeras entraban y salían de una habitación gritando que había alguien vivo se soltaron.
¡Mi hermana!-Kris gritó mientras entraba a aquella habitación pero le fue restringido el acceso.
América estuvo a bastantes metros de la familia de la pecosa pero se quedó, no iba a salir hasta que alguien no le diese una respuesta a lo que le habían dicho, Sehun la acompañó con la esperanza de que le dijesen algo de Jong Dae, preguntó a cuanta enfermera pudo pero ninguna le dio respuesta alguna del accidente.
Cuando la policía llegó este se acercó con los ojos llenos de lágrimas para que le dijesen por el paradero de Jong Dae, uno de los oficiales lo miró a los ojos y luego miró a América que estaba todavía a un lado expectante de la respuesta hasta que el oficial movió la cabeza en negación y pronunció débilmente un "lo siento".
