♥ Sus pupilas vieron las suyas entre el gentío y se perdió como satélite en el cosmos, Jong Dae tenía no solo magia en la mirada, si no también en la voz.
♥ Inspirado en el subway de Madrid.
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Jong Dae miró desde el arbusto hacia la casa de tres pisos y movió ambas manos tratando de brindarles calor, estaba tan asustado que miraba la calle una y otra vez. Volvió a pegar la vista hacia la casa de la abuela de la pecosa y se ocultó tras un árbol cuando vio un coche oscuro aparcar al frente.
El muchacho sintió que el corazón le dio un vuelco y desesperado miró la casa cuando vio bajar al hermano de la pecosa con quien adivinó era su padre, Jong Dae empezó a saltar desesperado tratando de hallar una solución pero fue demasiado tarde cuando oyó un grito.
Corrió hacia el coche perdiendo el miedo hasta que se quedó de pie frente a la puerta, tontamente la golpeó pensando que podría estar abierta pero no hizo más que quedarse mirando el techo. Forcejeó fuerte obviando el hecho de que se estaba lastimando cuando oyó algunos pasos cerca además de quejidos, Jong Dae reconoció la voz de la pecosa e inmediatamente se hizo a un lado.
El padre de la pecosa abrió la puerta y Kris fue el primero en salir junto con esta que pedía a ruegos que la soltaran, Jong Dae se quedó estático mirando como lastimaban a la niña de sus ojos y sentía que el corazón se le destrozaba cada segundo.
¡Déjame ya!-la oyó gritar empujando a su hermano.
Cuando Kris giró para meterla al auto notó la presencia del muchacho a un lado y cuando dio un paso hacia este oyó un estruendoso golpe, los dos giraron la vista hacia la pecosa que se tomaba la mejilla con lágrimas en los ojos.
¡Papá!-Kris gritó y vio que el muchacho al lado se acercó frunciendo el ceño.
¡No la lastime!-lo oyeron decir y Adele tembló ante la mirada de Jong Dae.
Por fin se estaban conociendo, Jong Dae y el padre de la pecosa se miraron por algunos segundos hasta que el mayor giró hacia este colocándole una mano sobre el pecho para alejarlo toscamente.
¿Quieres pasar algunos años en la cárcel?-le preguntó con una sonrisa maliciosa.
Jong Dae negó y se acercó a este pero el padre de la pecosa estiró la mano para alejarlo.
Ya sé todo lo que han estado haciendo –dijo serio- los estúpidos viajes en metro con esa otra niña, el evento de ballet, el viaje a París, el tonto numerito en la estación ¿hasta cuándo creyeron que les iba a durar todo esto?-alzó la voz- incluso te aprovechaste de mi hija.
¡Papá!-susurró Adele detrás.
¡Arruinaste todo Adele!-le gritó-todo lo que teníamos planeado para ti se fue al tacho por tus caprichos.
¡No es así!-gritó llorando- yo no quiero casarme, no quiero ni siquiera a Luhan.
¿Luhan? ¡Ese muchacho no le llega ni a los talones a este otro!-le gritó y giró la vista hacia ella- no puedo creer a donde llegaste con todo esto. Luhan me lo dijo todo, Luhan solo buscaba cuidarte y cuando robó ese diario nos buscó para que te ayudáramos.
