♥ Sus pupilas vieron las suyas entre el gentío y se perdió como satélite en el cosmos, Jong Dae tenía no solo magia en la mirada, si no también en la voz.
♥ Inspirado en el subway de Madrid.
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Kris –dijo levantándose.
Su hermano miró al joven que se paró tras Adele y luego la observó serio.
¿Qué haces aquí?-le dijo.
Adele titubeó y cuando había pensado en algo, Kris se acercó hacia la bolsa de compras, tomó el envase de jugo y luego la miró con una sonrisa.
¿Estás haciendo caridad?-le dijo soltando el envase.
Jong Dae frunció el ceño detrás y luego bajó la vista, ese tipo estaba bien vestido sin contar el carísimo auto negro que estaba en el frontis del pequeño market, misteriosamente todo se puso más frío y la sonrisa de la pecosa había desaparecido.
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S-Si –contestó nerviosa.
Cerró los ojos ante lo que había dicho porque sabía que Jong Dae estaba igual de adolorido que ella por esa tonta respuesta.
Kris giró a verlo y este asintió con una sonrisa sorpresiva hacia la pecosa.
¡Gracias señorita!-dijo tomando todo, lo guardó en una bolsa y se fue del market fingiendo no conocerla, estaba realmente nerviosa por lo que había pasado y sabía que nada de eso estaba bien.
Sintió que el corazón le dio un vuelco, su hermano la tomó del brazo y la sacó del market. Todavia estaba nerviosa por lo que acababa de pasar, miró la calle de derecha a izquierda y lo vio caminar con lentitud mientras movía la bolsa de derecha a izquierda.
¿Dónde lo conociste?-le preguntó Kris luego de verla abrocharse el cinturón.
Adele estaba nerviosa, se presionó las manos con fuerza mientras cerraba los ojos.
Un conocido –le contestó mirando la ventana.
Kris rio y luego puso el auto en marcha, Adele pegó el rostro al vidrio en cuanto pasaron por su lado, estaba esperanzada en que el la vería pero andaba con la vista baja y sabía que no era más que su culpa. Regresó al asiento mientras miraba su manos y luego sus pies.
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