16

165 26 3
                                    

Agotado quedo después de pasar la tarde con Seyeon, tanto que estoy acostado en la cama de JiMin a punto de dormir, el problema es que todo tiene su aroma impregnado; es algo como adictivo, no permitiendo que pueda dormir.

Siento movimientos en la cama y me remuevo incómodo, atraigo hacia mí lo que sea que me interrumpe el sueño. No se queda quieta y abro mis ojos encontrando una cabellera rubia.

—Me aplastas—ignoro la voz chillona.

—¡JungKook!— escucho como gritan mi nombre y quedo sentado frotando mis ojos para quitar el sueño.

—¿JiMin?

—No, la vecina.

—Te ves desastroso.

—No he dormido nada JungKook comienzo a conocer la faceta caprichosa de JiMin, pareciendo un pequeño niño.

—Ven aquí.

Le dejo mi espacio y lo cubro con las mantas calientes gracias a mí, cierra sus ojos permitiendo que veáis horribles ojeras que decoran su rostro. Le paso un brazo por encima y le doy de mi calor; a los pocos minutos escucho los leves ronquidos.

Miro su rostro y me pego una cachetes mental; nunca he pensado cosas sobre la apariencia de un hombre, nada como que lindo puede ser cuando duerme. No me veo en un futuro con JiMin, todo porque es hombre, y además SeYeon es con quien quiero estar.

El chico del Esgrima (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora