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—Estoy muy cansado— se queja TaeHyung.

—Yo también, al menos compramos cosas.

—La verdad están súper lindas, no veo la hora en probarlas— dice con emoción.

—Pero quedé con hambre— le digo triste.

—¿Sabes? yo también— reímos.

—Yo la pago— digo emocionado vamos a pedir Pizza con algún resfresco.

—Okey, mientras yo iré a buscar una película.

Tomo mi teléfono y marco al número correspondiente; pido una pizza de champiñones con una Coca-Cola. Dejo mi teléfono donde estaba y me dirijo hacia mi habitación.
La noche ya ha caído y el efecto de las pastillas se ha pasado, la desesperación de a poco vuelve a mí. Aprovecho que mi amigo está entretenido para sacar unas pastillas.

—Si quieres busca algo de ropa para ponerte.

—Si porque no pienso irme— me dice con una sonrisa.

Salgo y me encierro en el baño, me quito la ropa quedándome con sólo en bóxer, me pongo a pijama para después introducir la pastilla en mi boca a la vez que lleno el vaso que siempre dejo en el lavado.

El sonido del timbre resuena en todo el lugar; salgo del baño y me encamino hacia la puerta no sin antes ir con dinero para pagar la pizza con la CocaCola. Abro la puerta dispuesto para recibir la comida pero no es así, no había ningún repartidor sino una de las personas que no quisiera ver jamás.

—Hola.

—¿Qué quiere?— le pregunto sin ninguna expresión.

—Venía por mi ropa.

—Ya se la traigo—. Con la cabeza gacha entre cierro la puerta y voy a mi habitación para traer su ropa limpia, tras del hecho.

—Hola— le escucho decir tras de mí.

—¿Hola?—  le saluda TaeHyung  y me mira pidiéndome explicaciones.

Me acerco a un cajón del closet, no pensé que estaría detrás mio; saco su ropa y se la dejo encima de la cama. Salgo de la habitación ya que se escuchan unos golpes en la puerta, me asomo; ahora si es el repartidor, le entrego el dinero y recibo la pizza con la CocaCola le doy las gracias, cierro la puerta y me voy hacia la cocina por unos vasos.

—¿Qué te hice JiMin?— me pregunta.

—Nada.

—¿Por qué te comportas así conmigo?

Yo te quería JungKook

No me contaste que estabas saliendo con SeYeon.

No dice nada, el sonido que hago con los vasos es lo único que se escucha. Un fuerte tirón en mi brazo me hice pegarme en mi espalda con el borde del mesón de la cocina, sus manos se apoderan de mis dos mejillas haciéndome mirarlo a los ojos por fin.

—No sé como explicarte muchas cosas.

Ahora sus manos están alrededor de mi cuello, pero me mantengo en mi margen de mis impulsos por abrazarme.

—No estés mas así conmigo— dice de nuevo JungKook.

—Pero tú no entiendes — le digo empezando a sollozar.

—No llores.

Levantando mi cabeza y mirándolo a los ojos encontrándome con los suyos, me derrumbo; no quiero verlo más, quiero desaparecer de su vida y él de la mía. Una de sus manos limpian con delicadeza las lágrimas.

—¡Dime por qué no me dijiste!

De nuevo no recibo respuesta alguna de su parte, pero si sus brazos rodeandome con mas fuerza. 

—¿Quién te lo dijo?— me pregunta.

—Seyeon, tu novia.

—Perdóname— lo dice por no haberme dicho, no porque conozca mis sentimientos hacia él.

Un suspiro de su parte y un silencio desesperante, se aparta de mí tomándome la cara de nuevo, acercándose de a poco a mi cara, ¡Está loco! Intento apartarme pero no me lo permite.

—Quedate una última vez conmigo— que estúpido soy, he caído en su trampa por sólo un roce de nuestros labios.

Con una mirada suplicante llena de lágrimas a punto de salir de nuevo; veo salir a JungKook, ahora si ya no hay vuelta atrás, ese chico acaba de salir de mi vida.

El chico del Esgrima (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora