Capítulo 42

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Claro que me di cuenta de la presencia se JungKook, de todo lo que hacía, hasta de sus miradas hacia mi rostro y mi culo. Todas esas actitudes me confunden de una manera cruel, no busco que encuentre lástima en mí, ni mucho menos, pero desde ese día aquí todo ha cambiado, una paz parece rodear cada lugar de aquí; menos afuera.
Cuando cada uno sale de aquí, las cosas cambian; JungKook se va por su lado, TaeHyung también, ahora que ha conseguido a un "amigo". Por mi lado tengo que esperar a Shownu para que me lleve a casa.

Aquí entre nos, les confieso que me gusta y mucho, de hecho el día...El día que JungKook me vio con esa poca ropa, llamé a Shownu para algo de compañía; me sentía mal por el bajo autoestima que mantenía. JungKook me vio y esperaba otro tipo de reacción, no esa de irse. Entonces luego bebí con mis amigos hasta que casi quedo borracho, no lo soporté más y de una simple llamada vino y tuvimos sexo.

Mis amigos se enteraron pero nadie dijo nada por petición mía, además que el estado en el que estaban me favoreció. Desde ese día mi relación de lo que sea que tengamos se intensificó.
Me tiene amenazado todavía con la cafetería, ahora que hay otra y nos va bien, no me deja escapar de él, tenemos sexo cuando queremos y me gusta por el simple hecho que llena una parte de mí, y no hablo allí abajo.

—JiMin, te necesita ese tipo— me avisa mi amigo con su rostro enojado, sé que necesita explicaciones.

Salgo de la repleta cafetería hasta donde está él recostado en su fabuloso auto. Me mira con una sonrisa y yo igual, pero totalmente falsa.

—Estás tan precioso— me toma de la cintura y me junta con su cuerpo, siento su excitación, quisiera entrar al auto justo ahora con él, pero parece que tiene que decir algo.

—Gracias— me besa con desespero y yo coloco mis manos en sus hombros. Jadeo cuando se separa de mis labios, quiero más de esto.

—Te tomaría ahora mismo— me apreta el culo —pero tengo que irme, no volveré hasta mañana por la noche.

—¿Por qué tanto?— acaricio sus músculos por encima del abrigo.

—Negocios— me da otro beso que me deja jadeando, un apretón de nalga y se va.

Esta noche la pasaré solo y será un poco raro, pero tengo que mantener mi fuerza de voluntad. Doy me día vueltas encontrándome con dos miradas: la de mi mejor amigo y el chico idiota que me sigue gustando, no me puedo mentir a mí mismo con eso.

...

A pesar del frío veo a JiMin entrar con las mejillas rojas, por poco y tiene sexo con ese tipo justo ahí. TaeHyung se lo lleva del brazo disimulando su enojo por los clientes; yo me voy a preparar más café y a atender mesas mejor.

Está empezando a nevar por completo y la gente sale con prisa o sólo de quedan sentados pidiendo café y más postres. La clientela es buena, no hay momento donde no esté vacío este lugar.

...

Ya son las seis de la tarde y todo se nos ha acabado, hemos cerrado y la gente que queda se va yéndose.
Agotados los tres tomamos más café sentados en el sofá nuevo. El lugar está hecho un desastre y tenemos que organizarlo antes de irnos.

—No es por dejarlos con todo este desastre, pero tengo que irme dónde SeokJin a hacer el corte de la semana.

—No hay problema— se despide de nosotros y toma su abrigo.

De nuevo se vive la tensión en el aire, me quiero levantar del sofá pero está muy cómodo para hacerlo. Miro de reojo a JiMin y está igual de incómodo que yo o más. Recuerdo como estaba con ese tipo y una extraña sensación se instala en mi pecho; me urge sacar toda esta frustración que he contenido, pero no quiero hacer una estupidez.

—¿Irás a limpiar?— le pregunto cuando lo veo levantarse.

—Si.

Abre las puertas y entra a la cocina, me quedo con una batalla mental, somos los únicos aquí, nadie nos puede molestar, tal vez y pueda sacar todo esto extraño que está en mi pecho.
Me levanto rápidamente y cruzo las puertas justo cuando está él a punto de encender las luces de la cocina.

—¿Pasa algo?

—Si y mucho.

Me acerco a su cuerpo arrinconando su cuerpo contra la pared, puedo mirar sus ojos y siento sus nervios.

—Ji-JiMin.

—¿Qué estás hac?

Corto cualquier palabra con mis labios junto a los suyos, los dos nos miramos a los ojos sorprendidos.

—N-no JungKook.

Me empuja con fuerza alejándome de su cuerpo, se ha negado cuando es consciente que esto podría llegar a algo más.

—No quiero que te acerques a mí JungKook— intenta escapar pero lo detengo del brazo, no se irá tan fácil.

—JiMin perdóname por favor.

Tomo su cara entre mis manos y nos miramos a los ojos; quiero llorar ahora mismo por haber sido un estúpido con él.

—Quieres hacerme daño— sus ojos se colocan húmedos y yo lo suelto golpeando la pared a sus espaldas.

—¡Soy un maldito idiota!

—¿Qué quieres de mí JungKook?— se acerca a mí e intento calmar mis nerviosos, vuelvo a probar sus labios y me gustan tanto que no quiero soltarlo, pero tengo miedo de esto que siento.

—Dirás que sólo quiero jugar contigo, pero la verdad es que siento algo aquí—golpeo mi pecho con mi puño, JiMin lo toma con fuerza.

Somos unos malditos idiotas por lo que estamos haciendo, parece como si nada de lo que pasó nos hubiese afectado. No he estado jamás con un hombre, claro que me siento muy confundido. 

Nos besamos hasta terminar en el suelo frío, pero esto que hacemos es más importante. Nuestras lenguas tienen contacto al igual que nuestros labios, me separo de JiMin cuando no puedo soportarlo más; con nuestras respiraciones agitadas van desapareciendo nuestra ropa

No hay ninguna barrera para dos personas que están rodeadas de atracción sexual... 

El chico del Esgrima (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora