Capítulo 47

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—Dejé a SeYeon en el Hospital por irme con él— digo al llegar donde mis padres.

—¿Qué has hecho JungKook?— me pregunta mi padre aterrado, ni lo miro y voy donde mi madre, la necesito más que nunca.

—Madre— susurro.

—¿Qué pasó hijo? Ven aquí— me abre sus brazos.

Me aferro a sus brazos buscando refugio, no me quiero derrumbar ahora. Me acaricia la cabeza y siento que no podré soportar mucho sin llorar.

—Tuvimos sexo.

—¿Aclaraste todo?

—Si.

—¿Me lo contarás?

—Tuve que irme esta mañana porque SeYeon tuvo un accidente.

—¡Oh Dios mío!

—Si no hubiese ocurrido eso, me hubiera quedado gustoso hasta que despertara. Todo porque me di cuenta que no me saqué esa molesta sensación de mi pecho.

—Le tienes cariño— me regala una sonrisa.

—¡No lo sé! Cuando llegué hace unas horas atrás, me lo encontré justo cuando iba a irse, sin embargo me lo llevé a un lado para besarlo.

—Ay hijo mío, después de todo lo que dijiste.

—Me rechazó, así que a las malas lo besé; nos besamos hasta que tuve que dejarlo ir.

—No le explicaste nada JungKook.

—Lo sé— me siento pequeño y débil justo ahora —lo miré hasta que salió y se subió a ese maldito auto.

—¿Otro chico?

—Si madre.

—Has perdido lo que necesitas JungKook, todo por engañarte a ti mismo con esta chica que en realidad no necesitabas.

—No quiero pensar eso.

—Hijo, tu padre y yo hemos estado pensando que es mejor que nos vayamos a Busan, con tus tíos.

—No quiero irme, he dejado el Esgrima por quedarme aquí.

—No te estoy diciendo que te vayas con nosotros, te puedes quedar aquí.

Me voy a dormir con esa decisión tan importante de por medio. No seré capaz de dejar lo que más quiero por irme.

...

En esta época del año es donde más hay producción pero, cuando la nieve cae más fuerte casi ni podemos venir nosotros a trabajar.

Ha estado tranquilo hoy porque sólo han venido pocos clientes, ahora es que estamos los tres tomando chocolate y galletas de avena.

Aunque mi cabeza no, ya que no dejo de pensar en JiMin, he intentado hablar con él pero me evita a toda costa, quiero tenerlo en mis brazos pero nada que me permite. Hoy ha venido más hermoso; o tal vez  siempre  lo ha sido y nunca me di cuenta.

TaeHyung con su atención en su teléfono, JiMin y yo cruzamos miradas, le hago un gesto con la cabeza para que venga. Él niega así que soy yo quien se acerca, me siento a su lado, intenta irse pero lo detengo de la cintura sin llamar la atención de TaeHyung.

—JungKook, sueltame.

—Bésame y lo hago.

Sin esperarlo, se coloca encima mío y me besa como nunca antes, me aferro a su cintura y él a mis brazos. Es un beso necesitado, lleno de muchas emociones en las cuales nos perdemos juntos.
Empiezo sentir el sabor salado, abro mis ojos encontrándome con las lágrimas resbalando de sus ojos.

—¿Por qué lloras?

—Déjame ir.

Pese a sus palabras, esconde su rostro en mi cuello, llora con sentimiento, lo único que puedo hacer es estrecharlo más en mis brazos. Si él necesita un hombro para llorar yo se lo daré.

—Deja de llorar Park JiMin— interviene TaeHyung.

—Déjame— levanta su rostro y yo limpio sus lágrimas con mis pulgares.

—Ese es un idiota— me señala — pero menos que el que está afuera.

Quiero preguntar pero no sé si sea lo  correcto justo ahora.

—¿Qué está pasando?

—Cuentale JiMin.

—¡No lo haré!

—No me meteré en tu vida JiMin, si tú no dices yo no lo haré. Prudrete en tus problemas— se pone de pie enojado y se va.

Justo cuando quiero preguntar a JiMin, me toma del rostros y me besa, nada de juegos de lengua ni de eso que me pone caliente; sólo sus labios junto con los míos, largo y lleno de sentimientos...

RECTA FINAL

El chico del Esgrima (Kookmin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora