-¡Organización!-

31 2 0
                                    

-Tienen que ir ¡Deben ir! 

-No queremos hacer mal grupo ahí. 

-Es cierto. Ustedes deben estar juntos, solos, sin dos metiches. –decía mientras enumeraba con sus dedos lo que hablaba.

-¡Los dos están mal! ¡Son mi familia también! Tú... –Apuntó la chica. -¡Tú eres mi novia! Y  aunque me tengas en abstinencia sexual Camila, ellos deben conocerte. –Ahora miró al castaño que estaba por reventar de la risa. -¡Tú eres mi maldito mejor amigo! ¡Y hermano! De no ser por ti y tu corrupción estaría en la cárcel. –dijo riendo, ninguno de los dos dijo nada. -¿Entonces? –preguntó la menor.

-Jauregui es lo más lindo que has dicho. –Dijo la castaña. –Creo que te has ganado tu anhelada noche. 

La pelinegra se sorprendió al escuchar aquello, y a la vez sonrió. -¿En serio? –preguntó feliz.

-No. –respondió de inmediato mirándola seria, pero en realidad quería reírse. –Pero está bien, iremos contigo.

-¿Segura? –preguntó el castaño, ella asintió. –De acuerdo. Jauregui, quita esa cara y alégrate, sabes que Camila no te dará sexo hasta que dejes de actuar como una urgida. 

-No es divertido. –dijo la pelinegra haciendo un puchero.

***

-Hija ¿estás bien? –preguntó preocupada al escuchar a la chica vomitar en el baño.

Ella salió pálida pero le sonrió. –Sí mamá, de seguro algo me hizo daño, no sé últimamente estoy comiendo cosas de la calle.

-¿Quieres que te prepare algo? ¿Te llevo al doctor? 

-¡No! –respondió rápidamente. –Estoy bien, sólo necesito descansar.

-¿Segura? –dudó la señora.

-Sí mamá. –Respondió tratando de tranquilizar a su madre. –iré a acostarme. –caminó hasta su cuarto y se acostó en su cama. –Dios, que no sea lo que estoy pensando. –dijo en un susurro. 

¿Quién será la chica? 

***

-¿Entonces sí comeremos el domingo todos? 

-Sí Ekaterina. ¡Irá Camila y Liam! Me ha costado un mundo convencerlos. –reía la pelinegra mientras hablaba por teléfono.  

-Me lo imagino, hija. –la ojiverde sonrió al escuchar aquella palabra. 

-Bueno, debo irme, tengo que regresar al trabajo. –Respondió la pelinegra. 

-Está bien Lauren. Nos vemos luego. 

Ambas colgaron y regresaron a sus cosas.

***

-Miami. Mi querido y hermoso, Miami. –Respiró el fresco aire de la ciudad y soltó sus maletas. –Cuánta falta me has hecho. He dejado tanto aquí, pero fue por mí bien. –Decía en un tono melancólico. –Espero poder arreglar todo en este tiempo.

Comenzó a caminar, dejando atrás de ella el aeropuerto dónde había arribado hace unos escasos minutos. 

***

-¿Dinah se fue, Zayn? –preguntó la ojiverde mientras limpiaba una mesa. 

-Sí, se sintió mal y me pidió el resto de la tarde libre. –Se encogió de hombros el hombre. -¿Tú qué tal has estado? Hace mucho no hablamos seriamente.

-La Conocí Al Borde De La Muerte.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora