-No me quedaré como si nada.-

12 1 0
                                    

-Demonios no contesta ¿Dónde estará? –susurró, fue a dar la vuelta y pasó de nuevo frente a la casa, todo estaba oscuro. –Vamos Mila, sal ya, perderás el vuelo. –seguía llamando, pero lo enviaba directo al buzón de voz.

***

No puedo creer que te hayan empujado! ¡Mila!

¿Estás segura? ¡Eso es muy grave! –decía alterado.

-Papá. –Dijo con un tanto de dificultad, pero ya no como antes. –No estoy loca, sentí el empujón cuando subí el último escalón, traté de sostenerme pero, ya sabes mi estómago me ganó por el peso y rodé escaleras abajo. –el dolor de cabeza la estaba matando, y como si fuese algún flashback todo lo que tenía que hacer esa noche, vino a su mente. -¡Demonios! –gritó provocando aún más jaqueca.

-¿Mila, estás bien? ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame a la doctora? –preguntó asustado su padre al ver a Camila así de alterada.

-Es, es el dolor de cabeza. –trató de ocultar su impulso. -¿Sabes dónde está mi celular? –preguntó.

-¡Camila! ¡Estás en el hospital casi pasa una desgracia y tú preguntando por tu celular! –gritó su padre.

-No grites. –Susurró tomando su cien con la mano que no tenía fracturada. –Sólo es una pregunta.

-Bastante fuera de lugar eh. –Dijo el mayor, él suspiró. –Cuando te encontré, no tenías nada alrededor, más que tu sangre. –Recordó, esa imagen no se iría de su mente nunca. –Pensé que te había perdido. –dijo mirándola fijamente a los ojos.

Ella sonrió. –Sabes que soy de acero. –bromeó un poco y tomó la mano de su padre. –Gracias por cuidarme papá. –Dijo sinceramente. –Espera ¿Cómo que no había nada? Yo llevaba mi cartera y mi celular en la mano ¡Tuvo que haber caído conmigo!

-Pero no vi nada. –Respondió confundido.

Camila frunció el ceño. –Quizá no viste bien. –Concluyó. –Pero gracias de nuevo por cuidarme.

-No lo he hecho muy bien querida. –murmuró. –Salí a comprar la cena.

-¿No dijiste que ibas a cocinar tú? –interrumpió riendo.

-...A comprar la cena. –Repitió ignorando la pregunta de su hija mientras reía. -¡Sólo pasó media hora y bom! –Suspiró. –Pero me alegra que estés bien ¡Temía lo peor! –Miró a su hija, con su típica sonrisa, de nuevo la rabia lo invadió y se paró de su asiento.

-¿A dónde vas? –preguntó confundida por su acción.

-Camila, debes hablar con alguien de lo que pasó.

-¿Pero con quién?

-Con un investigador, esto no se quedará así. –Dijo completamente serio.

-Pero...

-Sin peros jovencita. –interrumpió su padre, sin decir más salió de la habitación a buscar el chico con el que habló unas horas antes.

***

-No es por alarmarte pero...

-¿Pasó algo? ¡Dime! –interrumpió alterada.

-Si me dejaras hablar yo...

-¡Pues habla!

-Camila no sale de la casa. –dijo sin más rodeos.

-La Conocí Al Borde De La Muerte.- Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora