-La Conocí Al Borde De La Muerte.- Camren.

- Los berrinches de Lauren.-

-Deberíamos llevar ese. –dijo apuntando hacia el lado derecho la ojiverde.

-¿Qué? ¡Es muy grande! –gritó Liam. –Es el árbol o tú en la casa, decide.

-Liam tiene razón. –dijo Camila mirando a Lauren tiernamente. –Escoge uno más pequeño.

¡Viernes! Como una "mini-familia" normal que eran Liam y Lauren, decidieron poner el árbol de navidad una semana del día. Fueron por Camila esa noche a comprar todo para decorar el dichoso árbol.

-¡Pero llevamos cosas como que si vamos a adornar todos los árboles de Miami! –protestó la menor.

-Porque tú has ido guardando y guardando todo lo que vez. –dijo Liam. –Mira aquel árbol. –Señaló uno que estaba un poco lejos del lugar. –Está pequeño, no necesitarás usar escalera para ponerle la estrella, Lauren. – bromeó. Haciendo reír a Camila.

-Ja, ja, qué gracioso. –respondió Lauren cruzándose de brazos.

-No te enojes. –dijo Camila mientras abrazaba a Lauren por la cintura.

-No soy un novio celoso. –dijo Liam. –pero estamos en un lugar público por si no lo recuerdan.

-Rayos. –dijo Camila mientras soltaba a Lauren.

-Es que, a tu novia, le altero las hormonas Liam. –respondió Lauren riendo, y mejor corrió a ver dónde estaban los árboles navideños.

-Es una chiquilla ¡Insisto! –dijo Liam riendo.

-Mírala. El árbol que quiere ¡Es el doble de estatura que ella! –bromeó Camila mientras caminaban a donde estaba la pelinegra.

-Yo quiero este. –dijo Lauren haciendo un puchero.

-Pero Jauregui es muy grande. –dijo Liam.

-Verás que sí quedará bien en la sala, no destruyas mi navidad. –contestó la menor en un tono infantil.

-¿Segura que tienes 18 años, amor? '-preguntó Camila muerta de la risa por el berrinche que la ojiverde estaba haciendo.

-¡Camz! –dijo Lauren acercándose a ella. –dile a Liam que compre ese árbol ¿Sí? Por favor por favor. –dijo mientras saltaba levemente.

La morena volteó a ver a Liam. -¿Se podrá? –preguntó Camila.

-¡Yo no le pondré todos esos adornos a ese monstruo! –contestó Liam apuntando al árbol.

-Yo le ayudaré a Laur. –dijo Camila sonriendo, mientras que Lauren forcejeaba con el suéter de la morena.

-¿Entonces? –preguntó la ojiverde con una sonrisa.

Liam resopló, miró una vez más el árbol. –Está bien. –contestó finalmente el castaño.

-¡SIIII! –gritó Lauren emocionada mientras abrazaba a Liam, la gente la veía de una extraña manera.

-Jauregui la gente nos ve raro. –dijo Liam riendo. –suéltame.

-¡Que nos vean! –gritó. -¡Que vean que te amo, querido HERMANO! –recalcó enormemente esa palabra. Posiblemente la escucharon en todo el centro comercial. Entonces la gente volvió a lo suyo.

-Y así es como domas la manada. –bromeó Camila.

Llamaron a un empleado del lugar y le dijeron el árbol que querían, él amablemente les atendió y empacó aquel enorme "monstruo" como lo llamó Liam. Lauren iba encantada con la gran caja, era el doble de ella pero ella estaba feliz. ¿Por qué no estarlo? Sería la primera navidad decente que pasaría en sus 18 años.