Me levanté cuando eran las seis de la mañana. Y me fui a mi casa sin decirle nada a Kakashi, estaba dormido y no quería despertarlo.Caminé con el más grande pesar, y abrí la puerta de mi casa sin hacer ruido. Ese día no hacía nada de frío como ayer, y él sol más bien me fastidiaba demasiado. Tomé un baño y me vestí como siempre y caminé a la universidad.
Estaba completamente vacía, y la profesora llegó temprano. No soporté el quedarme allí sin saber nada de Naruto, así que firme la lista de asistencia y me encaminé al hospital.
Entré con mucha cautela. No me incomodaba del todo estar allí, pero como dije antes, la tristeza de todas aquellas personas me ponía mal.
Cuando fui a la habitación de Naruto, no vi a Irukasensei por ningún lado. Y tuve miedo de entrar sin permiso, así que me senté en la butaca y esperé.
A los pocos minutos Irukasensei salió de la habitación, seguido de un médico.
-Ah, Sasuke...- susurró cuando me vio, yo me levanté de inmediato -¡Buenos días!-
Sonreí ante su saludo, se veía muy animado, por lo que pude interpretar por la buena salud de Naruto.
-¿Descansaste?- le pregunté.
-No mucho- dijo rascándose la nuca –Ah, cierto. Sasuke, este es Yamato, el médico de Naruto-
-¿Cómo estás?- me saludó el doctor con una sonrisa.
-Bien, gracias- le contesté tras apretar su mano en cortesía -¿Y Naruto?-
-Está mejor- dijo mirando a Iruka con una sonrisa –Aún le falta recuperarse por completo, pero comparado con ayer...hoy está cien veces mejor-
Sonreí mirando hacia el suelo. Sucede que me da vergüenza que vean mi sonrisa más sincera. Sentí esa felicidad que te deja al borde de las lágrimas, pero me calmé.
-Yo estoy realmente aliviado- dije sin dejar de sonreír. Iruka casi se ríe por mis reacciones, pero no me importó.
-Bien, Irukasensei, terminaremos de hablar sobre los medicamentos ¿Vale?-
-Ah sí- respondió Iruka como si se le hubiese olvidado –Sasuke puedes pasar a verlo ahora si quieres-
Me sorprendí y miré la puerta.
-¿En serio puedo?- pregunté como si no me hubiesen invitado, ambos asintieron.
-Se despertó hace varios minutos- dijo el doctor Yamato –Ve a saludarlo antes de que vuelva a dormirse por las medicinas-
Le miré pensando y luego asentí sonriendo, agradecido de que hubiese sido tan pronta la posibilidad de verlo.
-No le canses demasiado ¿vale, Sasuke?- pensó Iruka antes de que ellos echaran a caminar pasando por mi lado.
Miré al suelo suspirando y di dos pasos para tener al frente la puerta. Observé la manilla de color metálico esperándome, tratando de decirme en silencio lo que me esperaba. No estaba preparado para verlo, no sabía cuál era su estado, y de seguro empezaría a llorar o me molestaría como un idiota o simplemente me quedaría allí escuchando sus pensamientos y sintiendo su mirada matarme.
Cerré los ojos y preparé mi corazón, tomé la manilla y la giré.
Abrí la puerta pero sin pasar, y observé frente a mí un pequeño escritorio con un closet incluido, donde habían varias gasas, frascos y medicinas. La pared estaba pintada de azul pálido, no demasiado deprimente.
Di de nuevo dos pasos para entrar y me giré para cerrar la puerta. Justo al lado del escritorio estaba la camilla, con Naruto acostado en ella, cubierto hasta la cintura con una cobija blanca, y una camisa de pijama.
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No pienses en Nada
Fanfiction"Hay dos cualidades que me distinguen de ser normal: 1.-Puedo correr por largo tiempo sin jadear 2.-Puedo leer la mente La primera no es tan interesante, y la segunda es ridículamente imposible, pero es así. Desde que tengo memoria, he podido escuch...