El camino a casa fue más largo que el viaje del principio, y me sentía completamente cansado. En el taxi pude reflexionar mejor todo lo que había pasado, lamentándome como un gran idiota. No podía creer que aquella discusión había sucedido. Me había sobrepasado diciendo cosas que no eran verdad, nunca pensé en rendirme, no lo haría.
Respecto a por qué él se había molestado, aún me tenía confundido sus reacciones, pero supongo que era por el tema de sus padres. Era muy sensible a eso, principalmente porque a causa de su muerte él hacía daño a sus muñecas. No quería decir eso, no estaba reclamando el amor de sus padres, ni reemplazándolos, solo quería que me quisiera al menos un poquito, como para considerarme alguien así de importante como sus padres.
Estaba fracasando absolutamente, y me sentía peor el pensar que esto pasaba incluso con la ventaja de poder saber lo que pensaba, me frustraba.
Llegué a mi casa completamente abatido, pensativo cuando estaba a dos segundos de abrir la puerta, debatiéndome entre si entrar ahora y descansar lamentándome sobre mi miseria, o ir hasta la casa de Naruto y hacer de todo para poder hablar con él.
Decidí que todo aquello necesitaba tiempo, y varias reflexiones por parte de los dos. Entre dispuesto a ir a su casa a primera hora de la mañana y aclarar ciertos puntos, dejarle claro definitivamente que lo amo y que quiero protegerlo. Pero dejé de lado que se trataba justamente de Naruto, con su ánimo desequilibrado.
Me di un baño y me dormí de inmediato, sabía que tenía clases y trabajo al día siguiente pero todo eso pasaba a un segundo plano cuando se trataba de Naruto.
Me levanté temprano, algo perturbado por un mal sueño, de esos en donde parece que despiertas una y otra vez. No le di mucha importancia y me preparé para salir, me coloqué el mismo pantalón que usaba el día anterior solo por flojera, aun no tenía algunos doblados o bien planchados.
Era seriamente temprano y el frío de la madrugada quedaba aun vagando afuera. Suspiré buscando un suéter para no tener que pasar por incomodidades y por fin me digne a salir.
Caminé con algo de alergia por el frío hasta la casa de Naruto, consciente de que molestaría a todos con mi llegada tempranera, pero algo me intrigó al ver una ambulancia alarmada cruzar la esquina. Me asustó lo rápido que iba, pensé que no me esquivaría.
Cuando llegué a la casa la puerta estaba completamente abierta, y me sorprendió. Me asomé un poco por ella tratando de no hacer ruido.
-¿Hola?- llamé en voz baja.
-Ah, mierda- escuché junto con el sonido de algo estrepitoso. Entonces casi tropiezo con Kakashi que iba saliendo muy apresurado.
-Hola- dije serio.
-Sasuke, hola- me dijo volviendo a entrar a la casa –Ah, las llaves, los bolsos...se me quedara algo, lo sé-
Luego de casi ignorarme por completo, me di cuenta que aquel hombre acababa de levantarse y que sus ropas estaban a medio acomodar.
-¿Naruto está despierto?- pregunté siguiéndolo hasta adentro.
-Eh...- exclamó volteando a mirarme con lástima –Él...sufrió un accidente-
Me quedé mirándolo, sintiendo como poco a poco un sentimiento molesto nacía en mi pecho. La ambulancia venía de ahí.
-Acaban de llevarlo al hospital- me dijo terminando de abotonar los botones de su camisa –Debo apresurarme-
No quería escucharlo, así que di dos pasos hacia atrás. Al mismo tiempo, caía en la miseria.
-Si quieres, puedes acompañarme. Iruka se fue con él, así que ayúdame también con los bolsos- dijo apresurado.
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No pienses en Nada
Fanfiction"Hay dos cualidades que me distinguen de ser normal: 1.-Puedo correr por largo tiempo sin jadear 2.-Puedo leer la mente La primera no es tan interesante, y la segunda es ridículamente imposible, pero es así. Desde que tengo memoria, he podido escuch...