Capitulo 17

1.2K 119 16
                                    






En cuanto a mi instinto fraternal con él, se iba disipando con calma, con el tiempo en que terminaba de recuperarse, fui pensando cada vez más en la necesidad de mi amor. A diferencia de Naruto, y sin querer, fui paso a paso volviendo a ser el mismo tipo de antes, enamorado y atrofiado, con una habilidad algo inútil y fantasiosa, y que por todos los medios quería tratar de conseguir algo de admiración por la persona que me gustaba. Estaba tratando duramente, con todo mi esfuerzo, pero tratándose de Naruto, y como ya había mencionado antes, avanzaba dos pasos pero retrocedía tres.  Aun que de una manera distinta, ahora no se trataba de que él dejara de cortarse, si no de que él terminara de dejar amarse...por mí.

Ya han pasado casi un año luego del incidente (que no quiero recordar nunca más) y yo empezaba mi segundo semestre en la universidad, emocionado y fresco. En cuanto a Itachi, se la pasó viajando por el mundo, y no me visitó ni una sola vez. Hizo un gran negocio con cosas de dólares que no me quiso contar mucho (de hecho no debería contar esto, ya que me amenazó de muerte si lo comentaba) pero absolutamente creo que son cosas ilegales. En fin, solo espero que no se lastime o lo lastimen. En todo caso, estoy feliz de que el tonto apoyo financiero para él de mis padres se haya acabado, y yo pude al menos ahorrar un poco para un auto, que ya me hacía falta.

Mi trabajo en la farmacia siguió como antes, pero esta vez, Naruto me visitaba más seguido, y como en todas las visitas, yo acababa en medio de una discusión bipolar entre él y nuestra amiga Sakura. A mí no me importaba en absoluto que ellos dos pelearan, ya estaba demasiado complacido por sus visitas y el poder ver su cara. Por otro lado, el viejo se encontraba en perfecta forma, saludable y como un durazno fresco, y se volvió algo así como un consejero ambiguo para mí. Ya saben, como en esas películas en donde el anciano le enseña todo lo que sabe al joven que no tiene nada que ver con él, pero esto saca lo mejor de mí, ya que no tengo a mis padres cerca. Que para su satisfacción empecé a extrañarlos hace poco, a pesar de mis esfuerzos y ganas de independizarme.

Recordando a Irukasensei y a Kakashi, ambos se quedaron dando clases en la universidad, los veía de vez en cuando, ignorando el hecho de que eran demasiado obvios. Kakashi se mudó a la casa deNaruto luego de tres meses que había regresado de China después de exponer su tesis, desde ese día, Naruto durmió en paz, en parte de que Iruka puso una orden de castidad imaginaria en su contra. Pero son felices.

En cuanto al rubio, desde ese día, solo ha mejorado, en cuanto a su herida y a su corazón. No debería decir que superó por completo a sus padres, y lo de su antiguo tutor, de hecho creo que los extraña más cada día, pero puedo decir que lo hace de manera sana. Puedo ver y apreciar su sonrisa varias veces al día, los libros que ha empezado a leer son más fantasiosos y alegres, además dejó de fumar por completo (¡Victoria!) sale más seguido de casa, y lo que más me emocionó fue que empezara de nuevo a hablar con Hinata, se estaba esforzando realmente bien y yo no podía reprimir mi alegría. También empezó a verse con Shikamaru de nuevo, donde compartió sus mismos gustos musicales, lo que le encantó. Respecto a Ino y a los demás, seguían siendo igual de molestos, pero creo que Naruto está empezando a surcar sus corazones. Para dejar en claro lo de las cortadas: se acabaron. Para siempre.

Con respecto a su actitud conmigo, fue más amable, de hecho puedo decir que nos convertimos en mejores amigos, incluso con un poco de abuso de confianza cuando llega a mi casa pasada las dos de la mañana, solo para mostrarme el estreno de una película, o el nuevo álbum de alguna banda que yo desconocía totalmente. Y por supuesto nunca ha dejado de pedirme que le cocine ramen, y pasta, todo el tiempo. Ni siquiera pide que haga otros platillos, sin embargo los hago pero él se niega a comerlos, y termino preparando ramen. Aun así, y como dije antes, sigue resistiéndose a mis encantos, por eso se me ocurrió mi antiguo plan maestro: las condiciones.

No pienses en Nada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora