El conjunto de nike es sin duda alguna mi preferido, ese color resalta a la perfección el blanco de mi piel.
Parezco realmente una adolescente y no una treintañera ahora mismo. Admirable.
Salgo al comedor, y me siento en la gran mesa a esperar mi muy ansiado desayuno. Caroline aparece con un plato lleno de tortitas recubiertas de sirope de arce y una jarra llena de zumo de naranja. Tras realizar un segundo viaje trae los cubiertos, los platos y un vaso para cada una.
-Estás preciosa hija. -Sonrío tímidamente, aunque no sea mi madre a veces lo clava.
-Gracias Carol, eres realmente muy amable. -Digo, y le doy un trago a mi bebida. Vaya. Sabe condenadamente bien, debería comenzar a beber zumo de naranja más seguido.
Me relamo los labios y como si esta extraña mujer pudiese leer mi mente, sostiene la jarra con sus delicadas manos y me sirve otro vaso el cuál agradezco con la mirada y doy otro largo trago del exquisito jugo.
-Cuando vuelva por la noche a casa me gustaría hablar contigo sobre algo, Alison.
La miro sin comprender, tiene la mirada fija en mi, me preocupa tal calma al decirme que necesita hablar conmigo.
-¿Ocurre algo?
-No cariño, es sólo que quiero que hablemos. - mira su reloj de muñeca.- Creo que vas a llegar tarde como no te des un poco de prisa, cielo.
¿Llegar tarde?¿Qué hora es? Miro el reloj de pared y me sobresalto.
-Mierda. Tengo que irme ya, nos vemos a la noche.
-Ten un buen día pequeña.
Agarro mi mochila como puedo y salgo a todo correr en dirección a casa de mi amiga, nunca le ha gustado la impuntualidad.
Para mi sorpresa, cuando llego ya esta fuera, esperándome. Creo.
-¡Dios mío! ¡Por fin has llegado! Chica, poco más y me iba yo sóla andando.
Amelia y su amabilidad de primera hora de la mañana.
-Lo siento, sólo me demoré escogiendo la ropa.
-Bueno, la espera ha valido la pena almenos. - Dice, y me mira de arriba a abajo mientras se agarra el mentón y asiente con cara de aprobación.
-Gracias, supongo. Caroline lo compró ayer, es una buena mujer.
-Es una buena madre. -Dice exigiendo una corrección nata.
-Es una buena mujer, punto. - Mi mejor amiga me mira, hincha sus mejillas de aire y suelta un gruñido.
En menos de veinte minutos hemos llegado al instituto, también llamada cárcel de adolescentes rebeldes, paraíso de adolescentes empollones.
Es curioso, yo no entro en ninguno de esos dos grupos sin embargo para mi es como una de las escenas finales de Outlast en las que el protagonista muere tiroteado siendo aún a sí el inocente.
Que ironía, yo soy el inocente y esos cabrones las balas que atraviesan mi cuerpo como si de plastilina se tratase.
¿Por qué siempre es al más bueno al que le caen las peores mierdas?
Moriremos sin saberlo.
El primer paso en el instituto es diferente para mi esta vez, no recibo malas miradas y comentarios odiosos hacia mi persona. Sólo paso desapercibida. Miro mi ropa y meto mis manos en los bolsillos.
Puta sociedad que te acepta por lo que vistes y no por lo que eres.
Suspiro y camino escuchando a mi amiga hablar sobre su exámen de literatura suspendido y la repentina bronca que al parecer recibió en casa. Pobre Ames.
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Visions [ editando por finalización ]
Teen Fiction· -Ella no existe, Luke. Y por lo que veo, al parecer, yo tampoco. Una adolescente depresiva. Un hombre enfermo. Y un destino incierto. ¿Cómo actuarías, si no pudieses ver lo que otros ojos ven, que tanto dolor le causan? Dos vidas diferentes, con e...