El sólo sonido de tu nombre me traía tantos recuerdos, la luna en la cabeza del éxtasis de nuestras noches entre pecados. El mar y el sonido de tu voz, las flores y el viento.
El día de nuestra huida campal a enamorarnos, tantas cosas con tan sólo escuchar el sonido más eterno del mundo, ese nombre tuyo, cada vez que lo escuchaba, podía ver la luz solidificada, involuntariamente mi rostro reflejaba un gesto inexplicable, el sonido se hacia tan lento que podía montarme en el, movías mi mundo Diosa, y si Penelope soportó tanto tiempo esperando, yo por ese gran beneficio, el de ser tu sombra, sin duda, cargaría el mundo, esperaría a que Dios cumpla su promesa, todo eso y más, sólo por tenerte aquí, siempre.
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Universo de Bolsillo.
PoetryElla tenía el universo en la mirada, la galaxia en las bragas, a Dios a sus pies, y me regaló un pedacito, mi propio universo de bolsillo...