Pólvora.

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Cuando era niño, durante épocas decembrinas, papá en demasía, odiaba el estruendo de los fuegos artificiales e imaginaba lo peor, por obvias razones teníamos estrictamente prohibido utilizarlos, así que la estrategia era sencilla, usarlos mientras él estaba trabajando, esa sensación de peligro inherente, era tan divertida; no era en realidad la belleza que emanaba cada chispa, lo divertido era lo que podría pasar y no  pasaba  la belleza más el peligro, era diversión, a eso le podías añadir el frío y la manera insana de correr por el patio del rancho de la abuela es así como tenías algo más que sólo fuegos artificiales, tenías pólvora de felicidad; había que encenderla.

Algunas veces mientras corría por la acera en busca de más fuegos artificiales, y veía mi aliento congelarse en el viento, me preguntaba qué ocurriría tiempo después, o que si cierran la tienda, qué pasa si no soy niño para siempre, que pasaría si me hago viejo para esto; y así, así es como comienzan los estragos del crecer.

Debí dejar esa pregunta tan firmada en el pasado que el futuro tuvo que ir a responderla, pues un día cualquiera, de estrépito repentino.

Logras ver cada fuego artificial
que encendiste en tu vida en los ojos de una chica
logras ver cada planeta del universo colapsándose cada estrella abrazándose a otra
para formar una sola que asemeje su corazón
logras verte corriendo otra vez por su cabello
te quemaste otra vez
sólo que necesitarás algo más que pasta de dientes.

Vuelves a vivir
vuelves a tener la pólvora
que enciende la explosión de la vida
te haces niño
y cada una de sus caricias
se siente como todas las veces
que anotaste un gol
con la atención fijada en los autos
que pasaban por la calle
todas las noches perdidas en su apartamento
se sienten como todas esas veces
en los ríos de la playa que solías frecuentar
y como sentías que el mundo era tuyo.

Vuelves a mirar sus ojos
no sientes que en realidad en el mundo falte algo
si ella está presente
te pierdes en el nudo que se hace en su cintura
corres por la cancha de su pecho,
ahora eres delantero
ella una mala portera a propósito.

Ella es mamá obligándote a usar el suéter inmenso
el gorro y los guantes
ella es mamá preparándote para el frío.

Ella  usa otro tipo de calor.

Es el fuego artificial más hermoso del mundo
lo enciendes cuando ella lo desea
hace sonidos
es luz por si sola
puede  volar y te invita a hacerlo con ella
explota y vuelve a su ciclo.

¿Tú?, tú solo eres fuego
pero, ambos se necesitan
ella es la pólvora, y tú el principio
del sin fin.

Podrías  ser el responsable de un incendio
podrías terminar quemando tú mundo
recuerda a papá...

Así que, diviértete cuando el mundo no te vea
diviértete fingiendo que el mundo no te ve
pues ahora no sólo juegas con pólvora,
y algo de papel
ahora tu vida es ser niño para siempre
jugar a estar enamorado,
ahora el niño aprendió que el amor
es la pólvora
que enciende el círculo infinito de la vida
esa que se queda en el viento
como tu aliento todas esas noches
que te preguntaste por ti.

Mantén la pólvora en tus dedos
mantén ese olor en tu nariz
mantén ese amor en tu cornisa fumando junto a ti,

Mantén el mantel de margaritas en la mesa
por si se comen ahí
y algunas otras veces
coman de verdad
mantén el orden en casa
para que la gente ni sospeche
cuando hagan el infierno en la tierra
pero tengan cuidado de no incendiar la casa...

Mantente niño
por si tienes que correr
pero corre con ella
si se queda atrás
corre más lento
mantén la mecha de su amor seca
para que puedas
encenderlo para siempre
mantenlo así
para que no te ahogues con el.

Universo de Bolsillo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora