No eran más de 11 am, nunca he sido adepto de los accesorios de muñeca, he incluso mi desagrado hacia estos ha ido en aumento, así como la delincuencia, mi edad y las hojas cuando es otoño; pero ese día como hubiese deseado tener uno.
Alrededor de las 5pm, o al menos, eso me dijo el anciano de sombrero sofisticado al que le pregunté la hora, compré flores con Joaquin, justo unos pasos cerca de donde adquiero el periódico del día, tengo 23 años, pero, ¿quien me lo impide?, la lectura nunca morirá, y si se muere, habrá que rezarle a quien sea que este arriba por nuestro futuro. Así como yo alrededor de las 5:30; nunca fui a la iglesia, pero esa banca se convirtió en una, pues deseaba con ansias que aparecieras en ese preciso momento, no podía esperar ni un segundo más, en mi cabeza pretendía contar segundo por segundo, pero de pronto olvidaba hacerlo por las personas que se acercaban a lo lejos. Hermosa, ese día quería recibirte con una sonrisa, así que perdía la cuenta.
Alrededor de las 6:10 pm, tuve algo de pavor al ir a preguntar la hora, posterior a eso, comencé a preocuparme por ti, déjenme decirles que más triste que el ser plantado, es creer que no es eso, si no alguna otra circunstancia, si hubiese tenido teléfono celular, habría llamado a la policía pues "mi chica no aparece".
7:10 pm, y las cosas iban mal, mis axilas comenzaban a gritar, el saco quería salir volando de mi miembro superior, ¡ya basta! grité, nadie me escuchó, de milagro. Dejé las flores, unos centavos, y me di a la tarea de no abandonar ahí también algunas lágrimas.
8:30 pm Tuve una cena a la luz de las velas, y unas chicas me sonrieron desde la barra, fui al bar de la séptima avenida, justo donde se nos cruzaron las miradas por primera vez; si, el soldado volvió al mismo campo minado. Había una chica de metro setenta, alta para mi estilo, ojos verdes que me hicieron olvidar lo demás, un dije en forma de estrella, vaya metáfora...
9:30 Me cansé de mirarla, convertí todo el coraje en agallas, hice fuerza en los puños, y me arrojé al infinito, el reloj de pared marcaba la hora que nunca voy a olvidar.
—Vaya... mmm... ¡Hola! (le dije)— No respondió nada, pero esa sonrisa simétrica lo dijo todo. Hablamos durante horas, nos tomamos el mar,nos comimos el continente, y todo en menos de media noche.
1am y el sueño se fue a dormir junto con mi sobriedad, decidimos abandonar el establecimiento, y emigrar a cielos más privados, ofrecí mi apartamento, pero, una chica decidida siempre sabe que hacer, llegamos, eran barrios extravagantes, y me sentí fuera de mi hábitat, puertas de madera más bellas que mi hogar en conjunto, candelabros similares a atros, toda una exquisitez(y lo que se venía)...
No hablamos para nada, lo único que nos separó del plato fuerte fue una copa de vino, la cual me bebí de sus piernas; la manera en la que fusionamos nuestra piel, fue abrumadora, no necesitamos nada más que el uno del otro, escuché un sonido extraño al arrancarle su vestido, y que decir del resto, me hice enemigo de la ropa que osaba vestir su belleza. En fin, lo demás es historia, y es de caballeros dejarlo así; "así" como ella no paraba de gritar.
No supe diferenciar si amaneció en sus ojos, pero, fue hermoso, se notaba exhausta, vaho salia de sus mejillas. Me dijo:
—Eso fue maravilloso, nunca creí que...—...
10 am Un buen hombre movió mi hombro, y tras beber quien sabe cuantas copas, desperté destruido junto a la acera, patético, sin palabras, sólo aquella buena pregunta: ¿qué hora es?.
Me la pasé recordando, lo que pudo ser una grandiosa noche, lo que pudo pasar, tenia una resaca fenomenal, me giraba el mundo, y aun así lo que más me dolía era tu abandono, me punzaba el corazón, me dolía la cabeza, y aún más el orgullo, hay historias tristes, hay finales horribles, y tragedias de por medio. Existen mujeres de 1.70 con piernas mas largas que el universo mismo, dispuestas a que yo navegue en sus enigmas, licores que probar, y que decir de otras bocas, existen poemas con los que decidir casarse, y sin embargo, aún me baño en las lagrimas consecuencia de tu pseudo recuerdo, la realidad ha decidido pisarme las manos, escupirme en la cordura, me ha vuelto su bufón.
Existen historias hermosas, desbaratadoras y tristes. Pero sin duda, la historia más triste del mundo, es esa, esa, que tú y yo nunca tuvimos; o peor aún, esas que yo me invento...
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Universo de Bolsillo.
PoezjaElla tenía el universo en la mirada, la galaxia en las bragas, a Dios a sus pies, y me regaló un pedacito, mi propio universo de bolsillo...