Jamás le grité a una chica un piropo de su silueta sensual, se me figura que las mujeres tienen versos hermosos en el pelo, el comienzo en sus piernas, poesia en la sonrisa, madrigales en sus huellas, prosa en el habla, drama en sus acciones, y sobre todo, algo de majestuosidad inherente, esa que atrapa a los pececillos con porte de hombre en sus redes de belleza, ese mismo resplandor que te vuelve hielo los pulmones y suspiras vaho helado, ese aire formal, que te hace querer ser el suelo, puedes ver música caminando tras de ellas, y te vuelves partitura, te conviertes en clave de fa, de sol, o si te dejan, de su corazón.
Puedes ver el camino al fin infinito en sus ojos si miras con cautela, cada hombre tiene su espacio para ser feliz si ellas lo deciden, pues no tenemos una mujer para cada tonto, hay un tonto para cada mujer.
No digas nada sobre su vestido, y como se lo quitarías, habla sobre cómo le pondrías mil más para decirle que no hay vestido que la iguale, lo demás, viene solo.
No hagas señas con las manos por sus caderas, mejor mira las carreteras de su frente y como te conducen a sentimientos interminables, mira como sus pies son automóviles que van a 100 en un segundo, y el extasis, vendrá con su sonrisa.
No seas un hombre de versos baratos, trata de ser un poeta de media, porqué las poetas de primera, esas, esas ya son ellas.
ESTÁS LEYENDO
Universo de Bolsillo.
PoesíaElla tenía el universo en la mirada, la galaxia en las bragas, a Dios a sus pies, y me regaló un pedacito, mi propio universo de bolsillo...