Universo de Bolsillo.

Maldigo la bendición que es amarte.

Se siente como tú nombre rima con esperanza,
repele a la farsa, no eres una chica de cabaret, eres una diosa con sexo definido, te quiero porque quererte es quererme,  y si me quieres nos queremos, y si te quiero te maldigo, y si te amo te bendigo, pues me llenas de tus hermanos angeles, y traes algunos de los demonios que se aparecen en la cama, esos que salen justos y avivados por el humo de tu cigarro.

No paro de decir lo que me cala de ti, no paro de inyectarme tu veneno, y me duele que como cualquier antídoto, este se haga a base del mismo.

Dios...

Maldita la hora en la que me volví poeta, en la que sentí como mi alma se acalambraba en busca del amor, MALDITA la maldicion de amarte y saber que lo que escribo se traduce a tus clavículas llenas de mis mordidas, maldita sea la hora en la que no te tengo y maldita mi boca que maldice, malditos los malditos pecadores, maldita la iglesia que te limita, maldito el camino a tus besos, ese difícil y temeroso, maldito el nuevo corte que te hiciste, te queda tan bien.

Bendito tú vendaje, bendita su sangre color oro, bendito tu linaje, bendita tú luna, bendita la marea de tus caderas, bendito el catástrofe que trae tu pestañear, bendita tú cara, bendito y maldito tú amor, bendito tu coraje, ese que te vuelve brava cuando tienes que pelar por el mundo, hallazgo, es tener tu sonrisa amarrada a mi dependencia, bendito el poder dedicarte mi poesia, y lo más jodidamente bendito todavía, es tu manera de volverme loco.