Esa maña tuya de construir, me contagió un poco,lo admito, es por eso que hice todo un camino de piedras hacia tu casa, donde creo, es mi hogar, o al menos eso se siente tu pecho como almohada.
Había que poblar y comenzar a hacer una sociedad independiente en nuestra desdichada aventura amorosa, teníamos que evolucionar a esas cosas que dan miedo, teníamos ya el territorio de tu piel, las leyes de tus gestos, faltaba la población.
Yo argumenté que faltaba,pero hubo ciertos indicios de lo contrario, pues anoche me acariciaste la pierna bajo la mesa, en la tarde nos dormimos y despertamos en la madrugada para reponer el tiempo perdido, me guiñaste y entendí, sin darme cuenta, ya teníamos las manos entrelazadas, sin pedirlo, ya había un sólo habitante, se ocultó profesionalmente entre tus ojos, es un habitante humilde, uno sagaz, uno capaz de encargarse hasta de tirar la basura, uno capaz de ser un maldito psicopata, un emprendedor, uno que es todo en uno...
Lo apodan el loco, suelen decir que no existe, se muere si lo presionas, es tierno cuando se ríe, le gusta aparecerse en el sexo, pero su presencia no es incómoda, y diría que hasta necesaria, existe al mismo tiempo en el que no lo hace, es bisílabo como tu sobrenombre, y mueve mis dedos en el teclado, el no es solo un habitante, es la infraestructura completa, de esto que intentamos sea una vida eterna, el es la fuente para lograrlo.
Se llama amor, se apellida Julie, y te ofrece llamarlo como tú gustes.
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Universo de Bolsillo.
PoetryElla tenía el universo en la mirada, la galaxia en las bragas, a Dios a sus pies, y me regaló un pedacito, mi propio universo de bolsillo...