Te di cada merced, le arrebaté cada injuria de tu sonrisa a la vida, ya estaba harta, le quité el pecado a tu libro de reportes, le di un santo golpe a tu manera de llorar, la llevé al rincón, le puse el sombrero de perdedora, y le di un tiempo de longevidad.
Longevidad borraste de mi carta de protesta contra tu partida.
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Universo de Bolsillo.
PoesiaElla tenía el universo en la mirada, la galaxia en las bragas, a Dios a sus pies, y me regaló un pedacito, mi propio universo de bolsillo...