BAJO TIERRA

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"Are we star-crossed lovers? Did I really want you gone? If I'm really a winner, where did these demons come from?"
-Mirror, Ellie Goulding

Zoren ni siquiera se atrevió a preguntarle a Hayleen si pudo o hay una pareja de mortal y Goddrack en el instituto, y no tenía ni la más ligera sospecha de que Elías fuera un mortal, ya que si Hayleen estaba con él... Hasta donde ella sabía, Caspian era un Goddrack, pero Cazir aparentemente no lo era.
Pero, ¿qué tal si ella prefería a Cazir sobre Caspian?
Trató de apartar, sin éxito,esos pensamientos de su cabeza. Estaba tratando de sobrevivir, ¿y pensamientos amorosos le llegaban a la cabeza?
"Que tontería"pensó.
Sumida en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Hayleen le estaba hablando sobre la desaparición de Dianna, y justo en ese momento centró toda su atención en ella.
Pensó que al conocer a Hayleen sería de esas muñequitas de plástico sin cerebro, pero era muy inteligente y astuta.
-Bueno, te decía: anoche estaba leyendo una revista mortal, sobre unos chicos uff, hermosos Zoren, lástima que son mortales, a menos que no sepan que son Goddracks.-y soltó una carcajada.- bueno, entonces comenzó a sonar la alarma, como Elías te dijo, nadie te quiso ir a despertar, pero toda la entrada estaba echa jirones: había vidrio roto por todas partes, fuego, y unas cuantas pertenencias de Dianna, como su pulsera.
Zoren lo recordaba como si ella hubiera estado ahí.
-Y bueno, Lucy esta inconsolable. No creo que venga a la clase. Pero bueno, ven, es por aquí.
Zoren y Hayleen se dirigieron al salón que Zoren visitó el primer día en el instituto, aquel que Roxxana abrió con sus huellas dactilares.
Hayleen puso sus huellas de igual forma y en unos segundos la puerta se deslizó hacia la izquierda.
El salón se veía menos tétrico con tanta gente en él, pudo ver como los chicos disparaban con arco, algunos corrían, otros brincaban y evitaban obstáculos, otros luchaban en un puente colgante que había en el techo y más al fondo pudo distinguir a Caspian entrenando con la espada.
Una gota de sudor frío recorrió la espalda de Zoren y pudo sentir como su cuerpo se tensaba, pero lo ignoró. No podía seguir así sabiendo que iba a vivir lo que restaba de su existencia en ese instituto.
Hayleen observo el cuarto con un aire melancólico.
-Sé que es nuestro deber luchar por la seguridad de Estados Unidos, pero... No me gusta pensar que los esfuerzos de algunos serán en vano porque terminarán muertos.
Zoren bajo la mirada pensando qué sería de sus padres y de su hermana si ella falleciera.
Sacudió la cabeza para alejar ese pensamiento.
Siguió con paso apresurado a Hayleen que ya se había adelantado.
Ya que llegaron al centro del salón, Hayleen se volteo para encarar a Zoren.
-Bien, ¿qué estuviste practicando con Cazir?
-Un poco de arquería, y espada.
-Bien. Comenzaremos corriendo en la pista.
Hayleen se dirigió a un extremo demasiado extenso donde había una pared para escalar, tubos, conos, vallas, un puente colgante y un pasa manos, seguido de una alambrada de púas por donde pasar.
-Bien, no espero que lo hagas a mi ritmo pero al menos intenta seguirme el paso, ¿de acuerdo?.-exclamo Hayleen-.
-Copiado Jefa
Comenzaron con un trote ligero, que se fue convirtiendo en una rápida caminata.
Zoren esquivaba los obstáculos con muy poca gracia, pero al fin y al cabo lograba evitarlos.
Logró saltar algunas vallas, sin embargo se cayó unas 3 veces, haciendo que eso aminorara el paso.
-¡Oye cabeza hueca!.-grito Hayleen.- ¡Apresurate!
Esto fue un detonante.
Zoren empezó a correr como nunca lo había echo, llego al puente colgante y lo atravesó como si de hielo se tratara, rápida y ágilmente, cuando llegaron al pasamanos, arrevasó a Hayleen mientras sus brazos y piernas se balanceaban al compás de la adrenalina, daba piruetas en el aire y terminó cayendo en perfecta posición.
Al llegar al alambre de púas no tuvo que dar ni dos saltos para atravesarlo.
Cuando llego al final de la pista se dio cuenta de que sus manos tenían cierta viscosidad y que su cuerpo temblaba.
Su mirada se levantó para ver a Hayleen tratando de lograr una respiración acompasada.
-¿Qué?
Zoren no sabía que era lo que Hayleen veía con tanto miedo.
-Estas...sangrando.
Zoren se vio los brazos, las piernas, y los costados.
Efectivamente, sangraba.
No era la gran cosa, eran sólo unas cortadas, probablemente infligidas por la red de púas, pero ella no había notado nada, ni sentido nada.
Pronto, todo su cuerpo sintió un dolor punzante.
Zoren respiro hondo y miró hacia arriba, como si una espada la hubiera traspasado por atrás, y entonces, sus heridas se cerraron como si alguien que hubiera estado cosiendo algo hubiera terminado y cerrado lo que estaba cosiendo.
Después vino una relajación y alivio total.
Zoren se miró los brazos una vez más, y pudo comprobar que ya no tenía nada.
Hayleen se tranquilizó al momento.
-Jesús, por un momento jure que te desangrarías. No pensé que ya hubieras llegado a la fase de autosanación. Impresionante, Peters.-y sonrió-.
Zoren se sonrojó un poco.
-Ni yo.
Hayleen le entregó una botella de agua y una toalla para secarse el sudor, y continuó caminando.
-Te preguntarás.-dijo Hayleen.- porque no te transformaste. Vi tus manos.
Zoren se vio las manos y estaban completamente normales, sin embargo pudo recordar vívidamente como vio de reojo que se convertían en tentáculos pegajosos.
-Aja
-Bueno, el uniforme que traes puesto, que debo agregar lo diseño Elías.-Zoren pudo notar una mezcla de felicidad, emoción y orgullo en la voz de Hayleen.- esta hecho para que la transformación frene durante el entrenamiento, y pensarás "bueno, si lo frena en el entrenamiento, ¿porque no usarlo diario?" Y nosotros también lo pensamos, sin embargo, por alguna extraña razón, no lo frena cuando estamos estudiando. Y los chicos han visto muchas chicas desnudas, y bueno, nosotras no hemos visto cosas agradables hasta el momento. Lástima que a Caspian nunca le ha pasado, ver ese cuerpo de Dios al desnudo sería espléndido para los ojos de todas.
Zoren sólo alcanzo a sonrojarse, y no dijo nada.
Cuando de repente, cayó en la cuenta de que Hayleen le pasaba una espada.
-Muy bien, vamos a empezar con esto. Ojalá Cazir te haya enseñado bien.
Hayleen soltó un espadazo, que casi rebana a Zoren a la mitad si no se hubiera quitado.
Ambas cayeron en una lucha de espadas, era casi como un arte, un baile: Hayleen pegaba, Zoren esquivaba, Zoren pegaba, Hayleen esquivaba, ambas con una gracia impresionante, aunque se podía notar una marcada diferencia entre la experiencia de años de Hayleen y la experiencia de un mes de Zoren.
Pronto, la lucha se tornó reñida, Zoren ya no era una niña, y soltaba espadazos impresionantes.
Espadazo tras espadazo, fue haciendo que Hayleen diera tropezones, Zoren se agacho y le metió una patada a Hayleen en el tobillo, haciendo que esta cayera, Zoren giró y volteó, poniendo su espada en el cuello de Hayleen.
Ésta trato de levantarse, sin embargo Zoren se acomodó en una mejor posición al igual que acomodó su espada, y esta vez Hayleen no pudo hacer nada.
-Empiezo a creer que mi pupila es mejor que yo.-dijo Hayleen riéndose, y haciendo que un hilillo de sangre le escurriera por el cuello, provocado por la presión de la espada, lo que provoco que Zoren la retirara.-
-Agradécele a Cazir.
De repente se pudo escuchar como alguien gritó al fondo:
-¡Oigan, que la nuevita peleé con el maestro!
"¿El maestro?" Pensó Zoren.
-¡Si! Si pudo vencer a Hayleen...
Todo el mundo comenzó a gritar su nombre, y Zoren sólo volteó a ver a Hayleen con desconcierto.
Hayleen no le devolvió la mirada.
-¡Esta bien, esta bien! ¡Ya cállense! Zoren, ¿puedes ir al centro de la pista, porfavor?
-Pero yo...
-¡Ahora!.-gritó Hayleen-.
Zoren le dirigió una mirada confusa y se dirigió al centro del salón, empuñando la espada.
Se agachó para acomodarse y miró hacia arriba.
Sólo para encontrarse con los penetrantes ojos grises de Caspian.

MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora