COMO UNA HERIDA ABIERTA

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"El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar".

-Alejandro Dolina

El aire era tenso, como si una neblina abarcara cada espacio de la habitación. No había nadie, más que él.

Él era impulsivo, osado, romántico y patán. Había estado con cientos de chicas y ella había entrado a su corazón como un tren a una estación.

Desenfrenada y locamente. Habían pasado sólo 11 días y ya estaba enamorado de Zoren. Pero ella parecía sentir lo contrario.

La había besado. Sabía que si no lo hacia, entraría en desesperación pronto. Quizá no significó nada para ella, pero para él lo fue todo. Sentirla tensa contra su cuerpo y besar sus suaves labios, aunque hubiera sido sólo por una fracción de segundo.

Tomó la espada y se acercó hacia el centro de control. Seleccionó control de espada, humanoides, nivel 5, comenzar.

Las luces de la habitación se fueron prendiendo, una por una. El ruido de los humanoides salir por el subsuelo llenó la habitación. Sentía la adrenalina fluir. Estaba listo.

Comenzó.

Un tajo tras otro, moviendo la espada con una gracia y agilidad impresionantes. Se agachaba de vez en cuando, y cortaba miembros de cada humanoide. Giro tras giro los degollaba, se agachaba y cortaba las piernas, giraba y saltaba hacia las figuras danzantes, hasta que sólo quedaron piezas mecánicas inservibles.

-Siempre he admirado la gracia con la que utilizas la espada, Caspian.

No se volvió.

-Si, bueno, sabes que siempre me han fascinado Cazir.

Cazir avanzaba a paso lento hacia él, llevaba un par de muletas, pues se había fracturado el tobillo.

-Caspian, quisiera hablar contigo. De hombre a hombre. De amigo a amigo. De colega a colega. De guerrero a guerrero.

Caspian tragó saliva.

-¿A qué te refieres?

-Lo sabes muy bien, pude notar la ira fluir en ti al destruir las piezas.

-¡Por que estaba entrenando! Se de que quieres hablar pero no estoy dispuesto a hacerlo.

-Caspian, prefiero evitar malentendidos de una vez por todas. Vámos.

-Esta bien. Dime, ¿por qué te gusta Zoren si tienes a Dianna? ¿Eh?

Cazir tragó saliva.

-El amor no es correcto o incorrecto Caspian. Amo a Dianna, enserio que si, pero... Ella me salvó.

-Si, bueno, porque de otra manera hubieras muerto. No te emociones.

Cazir entrecerró los ojos.

-Tú en verdad estas celoso, ¿no es cierto?

Caspian apretó los puños.

-Se me hace injusto que Zoren ame y no sea correspondida.

-¿Y quien dice que no es correspondida? La amo como se aman a las cosas prohibidas, Caspian. Y tu no sabes nada de eso.

-¿Y tu si? Nadie toma clases para amar. Yo la amo, la amo más que a nada. Robó mi corazón...

-Porfavor...

-Cazir no se lo que te picó, pero enserio: no me voy a pelear con mi mejor amigo por una chica. Si Zoren te ama a ti la amare en silencio, si Zoren me ama a mi, la amaré con locura, y si no nos ama a ninguno de los dos, la amaré como se aman a las cosas prohibidas. Y nada de lo que tu digas o hagas hará cambiar eso.

Cazir tragó saliva y dijo:

-Me parece justo, hermano.

Cuando la alarma empezó a sonar.

MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora