Parte 3

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TODAS LAS DUDAS FUERON RESPONDIDAS EN EL MOMENTO ADECUADO, haciendo que su vida diera un giro inesperado al descubrir que ella era una bruja; pero no era una bruja cualquiera, ella era la última con sangre real, la última princesa y quien debía seguir con el legado que sus antepasados habían logrado; descubrió que aquellos jóvenes no serían su familia, pero estarían dispuestos a dar su vida por ella, se autodenominaron como "guardianes", cada uno tenía una marca en su hombro derecho haciendo una conexión muy íntima con la ahora adolescente; además contaba con la ayuda de pequeñas criaturas, elfos domésticos dispuestos a cuidarla, y unos animales mágicos que buscaban refugio en su nuevo hogar; aunque su hogar no era una simple casa, era un palacio escondido entre las montañas, un palacio hecho de mármol blanco con piedras preciosas en el techo, con muchas habitaciones que ni con siete años había llegado a explorar en su totalidad.

—Gordon espera no interrumpir la lectura de la princesa Penélope— le hablo una voz aguda desde la puerta de la gran habitación —La princesa ha estado en este cuarto desde el desayuno.

—¿Tan rápido se ha pasado el tiempo?— se preguntó a sí misma mientras colocaba el separador para cerrar el libro —Aún quedan muchos detalles por estudiar.

—Princesa, Gordon no quiere que el señor Dalr se moleste.

—Lo sé— suspiro —En un momento bajo al salón— le dijo con una sonrisa, mientras el pequeño elfo se iba haciendo una reverencia exagerada.

—¿Acaso va tarde su majestad?— pregunto un cuadro de un rey muy viejo.

—Me ha asustado rey Marcus— le respondió mientras intentaba calmar los latidos de su corazón

—Ninguna descendiente mía llegará tarde a sus compromisos— le contesto un cuadro de una reina.

—Tiene razón reina Adara— le contesto el cuadro del rey volteando los ojos y haciendo una mueca extraña.

—Solo me avisaron que debía salir de este cuarto abuelo— le dijo con una sonrisa la princesa mientras caminaba hacia el cuadro.

—Tienen razón— le contesto otro cuadro —Cada día pasas más tiempo aquí, rodeado de viejos.

—Es interesante aprender de la historia junto a mis antepasados, para saber los conocimientos necesarios para opinar en la política actual.

—Debes ir a comer— le comento otro cuadro —Una princesa siempre de estar bien de salud.

—De acuerdo rey Julio— le hizo una reverencia pequeña al cuadro mientras salía de la habitación, pero no sin antes ver un cuadro sin magia: una joven muy parecida a ella, la princesa no pudo evitar suspirar, como le gustaría poder conversar con su madre.


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Esa misma noche, un grupo de centauros había llegado al palacio buscando hablar con la princesa, pues las estrellas estaban dejando un mensaje sobre el futuro del mundo mágico y debían hablar con quién sería la reina.

—Buenas noches— dijo la princesa mientras se acercaba al bosque donde estaba el campamento de los centauros.

—Princesa Penélope— hablo el líder haciendo una reverencia —Gracias por recibirnos en tan poco tiempo.

—Cualquier ser mágico es bienvenido a mi hogar si busca paz.

—Paz es a lo que venimos a hablar, su majestad— le dijo el líder mientras caminaba al claro para observar las estrellas —Las estrellas han dejado un mensaje y nos gustaría poder ayudar.

—¿Qué han visto en las estrellas Gisli?— preguntó la princesa observando las estrellas, esperando infantilmente una fugaz.

—Un campamento en Inglaterra nos ha informado que se ha formado un grupo de estrellas que, si interpretáramos de la manera correcta, significa guerra.

—¿Guerra en Inglaterra?— pregunto extrañada la princesa —He escuchado sobre la segunda guerra mágica por un ser que se hacía llamar Lord Voldemort, pero según tengo entendido, fue derrotado.

—No debe pronunciar su nombre majestad— le dijo el centauro mientras sacaba de su carcaj una flecha y apuntar al ser que había parecido.

—¡¡Princesa Penélope!!— hablo la voz aguda mientras se acercaba —¡¡Debe esconderse!!

—No hay peligro dentro del castillo Aerd— le dijo con una sonrisa tranquilizadora —El castillo está protegido por un encantamiento.

—Aerd le suplica a la princesa que debe esconderse.

—Recuerda tu lugar elfo doméstico— le hablo con voz potente el centauro —No debes darle órdenes a la princesa.

—No te preocupes Gisli— le tomo la mano evitando que atacara a aquel ser que temblaba de miedo —Estoy segura de que Aerd no busca causar problemas, ¿verdad Aerd?— le pregunto la princesa, pero vio como un hechizo pegaba sobre el pequeño cuerpo de su servidor, causándole una muerte instantánea.

—Debo llevarla dentro del castillo majestad— el centauro cargo a la princesa mientras galopaba al castillo, evitando que algún hechizo le pegara.

—¡John! ¡Alejandro! ¡Filip!— grito Penélope cuando cerro el castillo, buscando a sus guardianes.

—Una princesa no debe gritar— le hablo Filip mientras caminaba hacia ella, pero luego vio como unos seres de vestiduras negras intentaban entrar al castillo.

—Nos están atacando— respondió la princesa temblando de miedo —He visto como han matado a Aerd.

Filip se convirtió en un lobo y la princesa comprendió que debía subirse a su lomo, para no perder tiempo corriendo en los largos pasillos.

—Debemos ir al cuarto de cuadros, he leído que ahí hay un pasaje en el cuadro de mi madre para salir de aquí sin ser vistos— el lobo gruño y corrió hacia la habitación.

—Sofía, ve al norte de Escocia y busca a un viejo amigo— le hablo el cuadro de su abuelo —Busca a Dumbledore y dile que debe de cumplir el favor que una vez le hizo el rey Marcus.

—Lo haré abuelo— dijo una vez que Alejandro les dio la señal que el túnel estaba seguro.

Penélope se metió al túnel y vio por las pequeñas ventanas como varios seres mágicos defendían el castillo y evitaban que aquellos traidores se acercaran a la habitación.

—Corre Sofía— le hablo el joven de cabellos amarillos —No hagas que su muerte sea en vano.

Gracias por su servicio, la realeza siempre estará agradecida por su valentía al defender a quien los defiende— recito la princesa una vez que salió del túnel, haciendo que el castillo se volviera visible para cualquier mago que pasara por ahí. Se subió al lomo del lobo y se fueron hacia Escocia, buscando al viejo Dumbledore.

Una Princesa en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora