Parte 76

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ERA UNA DE LAS PRIMAVERAS MÁS BONITAS QUE HABÍAN SUCEDIDO EN EL CASTILLO, la mayoría de los arbustos tenían diferentes flores que hacían que diferentes criaturas mágicas que habitaban por los alrededores llegaran al sentir la paz que se transmitía en el lugar; incluso más criaturas mágicas llegaron a vivir en los terrenos. Todos los habitantes del castillo eran felices en todo momento de su vida cotidiana; pero en este día en especial, el nuevo rey se encontraba muy nervioso, no podía quedarse quieto, se tomaba sus cabellos castaños y en cada momento suspiraba con gran pesadez.

—¡Theo! — hablaron unas personas cuando entraron a la habitación donde se encontraba él —Hace unos momentos llegamos y ya nos contagiaste tu nerviosismo.

—Gracias a Salazar que están aquí— se levantó del sillón para ir a abrazar a la mejor amiga de su esposa.

—Tranquilo Theo, debes respirar— le recordó Astoria.

—Sofía ha estado adentro por horas— volvió a sentarse para tomar su cabello e intentar peinarlo nuevamente.

—Eres un exagerado— lo golpeo en la espalda su mejor amigo —Nos mandaste llamar hace unos minutos.

—Que pillos— llego Blaise junto a su pareja, al mismo tiempo que llegaba Pansy.

—¿Ahora con que estás molestando, Blaise?

—Ni siquiera ha pasado su primer aniversario de bodas— alzo las cejas de manera pícara —Y ya van a tener al heredero Nott.

—Esto es muy incómodo— hablo Draco mientras tapaba los oídos de su esposa, intentando que no escuchara nada sobre las perversidades de su amigo.

Algunos gruñidos y gritos lastimeros se escucharon en la habitación continua, haciendo que Theo se volviera a sentar y contuviera la respiración al saber que el amor de su vida estaba sufriendo demasiado.

—Debo entrar— dijo después de unos momentos —Debo estar con ella— se acomodó nuevamente su cabello y antes de entrar les dijo a sus amigos —Ustedes recibirán a los demás invitados.

—¿A quién te refieres? — quiso preguntarle a Theo, pero los dejo con la boca abierta cuando cerró la puerta para estar junto a su esposa.

—Ellos no perdían el tiempo, Fred— se escuchó decir en el otro lado de la habitación.

—Estas en lo cierto, George— se acercaron a las serpientes —¿Dónde está el futuro padre?

—El muy valiente decidió entrar en el parto— le respondió Astoria con una sonrisa.

—Por una extraña razón siempre creía que ustedes tendrían un hijo primero— se acercó George con una sonrisa pícara hacia la pareja, haciendo que Draco se atragantara con su propia saliva y que Astoria tuviera las mejillas rojas.

Después de un silencio incómodo, cuando algunas otras amistades llegaron para felicitar a los nuevos padres, pero después de un momento Theo salió con un pequeño bulto y con una gran sonrisa.

—Me gustaría presentarles a Theodore Graham IV— les dijo con lágrimas en los ojos, y rápidamente los gemelos fueron a ver al pequeño Nott.

—Felicidades, Theo— le dijeron al mismo tiempo después de ver cada detalle del bebe.

—Tiene el mismo color de tus ojos.

—Y de tu cabello.

—Sin olvidar los pequeños lunares que comparten.

—No pierdas la esperanza, Theo— le dijo Luna, cuando vio la mueca que hizo cuando los gemelos empezaron a decir las comparaciones obvias —Aún puede llegar el heredero real.

Los gemelos después de ese incómodo comentario, se metieron sin avisar al cuarto de donde estaba Penélope descansando después de un gran tiempo, los pelirrojos se acercaron a su amiga e ignoraron los consejos de la doctora al momento que decidieron acostarse junto a su amiga y la abrazaron con muchas fuerzas.

—Estamos orgullosos de ti, pequeña Sofía— le dijeron mientras cada uno le daba un beso en su pálida mejilla.

—No pensé que entraran a felicitarme— les dijo tímidamente, no estaba acostumbrada a no estar presentable para sus visitas.

—Ya sabes cómo somos— le dijeron poniéndose cómodos en la pequeña cama —Nunca obedecemos las reglas.

—Si, tu doctora nos había dicho que no te quitáramos espacio.

—Porque te ibas a sentir incómoda.

—Cuando debías descansar.

—Por ese gran esfuerzo— terminaron los dos haciendo que Penélope riera y los gemelos sintieran que cumplieran con su cometido: olvidar que su primer hijo no había salido como supuestamente debía haber salido, igualmente a ella.

—Jamás pensé que tener un hijo fuera tan cansado— les dijo mientras cerraba los ojos con un suspiro —Pero, tener a Theo conmigo en estos momentos fue lo que me dio fuerza.

—Eso deberías decírselo a él— le dijeron mientras se levantaban y abrían la puerta para dejar pasar a su esposo con su hijo —Los dejaremos tórtolos.

Theo, cuidadosamente se acostó junto a Sofía, y dejaron al pequeño Graham en medio de ellos. Ambos tenían una gran sonrisa al ver a su primer hijo y Theo no pudo evitar besarla para decirle lo mucho que estaba feliz junto a ella. Sofía solo pudo soltar lágrimas de alegría al sentir todo en un solo momento.

Una Princesa en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora