Una Princesa en Hogwarts

Parte 80

ERA CUALQUIER OTRO DÍA, el castillo estaba tranquilo y en las afueras estaban aquellas personas que esperaban encontrarse con algún guardián o cualquier integrante de la familia real para tomarle alguna foto. Lo que no se sabía era que el rey Theo había mandado a los príncipes con sus amistades, los había obligado a alejarse del palacio en ese día.

—Rey Theo— le hablaron desde la puerta.

—Dime Huenny— le respondió sin realmente prestarle atención, las cartas siempre llegaban en el peor momento.

—Los señores Malfoy han llegado con el pequeño Scorpius.

—¿Qué hay de los Weasley? 

—Los señores Weasley aún no llegan, pero fueron muy amables de decirles a Huenny que llegaran en cuanto dejaran la tienda en cuidado de una empleada.

—Y, ¿la doctora? — le pregunto, ahora si fijando su vista en la pequeña elfina.

—La doctora ha llegado y está atendiendo a la reina Sofía en este momento.

Theo suspiro, jamás dejaría de estar nervioso en el momento en el que su esposa estuviera dando a luz a su hijo. Él quería estar con su esposa, pero las responsabilidades no lo dejaban; a veces le gustaría que fueran un matrimonio normal, pero eso le pasaba por enamorarse de una princesa.

—Cerraré la oficina por unos momentos, no permitas que nadie entre a este lugar— le comento mientras miraba la foto donde estaba su esposa con sus dos hijos —No dejes que nadie nos moleste el día de hoy.

—A Huenny le gusta trabajar para la gran familia real.

Theo abrió las puertas de la enfermería, dejando ver a su dos amigos, quienes miraban con mucho amor a su bebe, que desde lejos se podía observar que era parecido a Draco; también vio a las cabezas pelirrojas con sus hijos respectivamente: George y Fred aún no llegaban por cuestiones de la tienda, pero eso no impedía que Luna estuviera cuidando a su hijo Fred II; Ginny cuidaba a Severus, aunque todos sabían que ese niño era muy tranquilo, Teddy era el que hacía mucho ruido con James, por cualquier intento que Harry hiciera para que estuvieran callados; Hermione entretenía a su hija que no había dejado de llorar desde que Ron había hecho algo de magia para entretener a los niños más grandes; Daphne leía, sin importarle que León estuviera hablando sobre dragones con Victoire Weasley, que aunque no era pelirroja, formaba parte de este clan.

—Muchas gracias por venir en cuanto les avisamos.

—¿Dónde está Graham? — pregunto Astoria, como una buena madrina cuidando a su ahijado.

—Fue al pueblo con los gemelos, Filip y Frans.

—Y, ¿Johan? — pregunto Luna con su voz soñadora.

—También fue al pueblo con Romina— le respondió, aflojando su corbata nerviosamente —No quería que estuvieran aquí mientras Sofía da a luz.

—No es necesario que hables con tanta formalidad, Nott— hablo Ginny, después para gritar a su hijo James, que había despertado a su hermano pequeño.

—La costumbre, nunca se sabe cuándo...— algo interrumpió el diálogo, el llanto de un bebe y no era ninguno de los bebes presentes.

—Rey Theo, ¿sería tan amable de venir un momento? — se asomó la doctora desde el cuarto, permitiendo que entrara aún más nervioso de lo que ya estaba.

—¡Papá! — grito Johan al entrar donde estaban todos los adultos, alertando a todos al ver al más pequeño llorando.

—Tranquilo Johan, es importante cuidar la postura— le hablo Graham, mientras intentaba enderezar a su hermano.

—¿Qué le sucedió? — pregunto Astoria hacia Romina.

—Las personas fuera del castillo han estado tomándole muchas fotos— respondió riendo Frans con su paleta de nieve.

—¿Qué está haciendo aquí todo el clan de los Weasley? — ahora pregunto Filip Jr.

—Sabrás que pronto los príncipes tendrán un nuevo o una nueva hermana— le respondió Daphne, quien estaba más acostumbrada a lidiar con aquellos gemelos.

—Pero faltan los más importantes, tía Daphne.

—Los gemelos Weasley— hablaron los dos al mismo tiempo —Las mejores personas del mundo.

—Ellos son nuestro legado, George.

—A pesar de no tener la cabeza roja, Fred.

—¿No creen que Theo ya se tardó mucho ahí adentro? — pregunto Hermione al notar que habían pasado algunos minutos.

—Quisiéramos ver a nuestro nuevo hermano, por favor— hablo Graham después de tocar la puerta.

—Págame Ron— dijo Fred extendiendo la mano a su hermano.

—Aún no dicen si ha sido niño o niña— bufo molesto, como era de costumbre.

—Entonces, explícame querido hermano como es que estos adorables niños saben que tienen un nuevo hermano.

—Pasen nada más ustedes dos— abrió la puerta doctora, para simplemente dejar a pasar a los dos príncipes.

Theo salió después de unos momentos, con lágrimas en los ojos, cargando a un bebe de cabello blanco, piel pálida y ojos blancos, aunque todos los presentes sabían que eran de color azul.

—Les quiero presentar a Katheryn III.

—¡Felicidades, Theo, es de la realeza! — corrió Astoria emocionada, queriendo cargar al nuevo bebe.

—Ahora tenemos que felicitar a la reina— dijo orgullosamente George, ignorando que los príncipes todavía estaban adentro de la habitación, los gemelos pelirrojos se fueron adentro de la habitación. No duraron mucho tiempo adentro, y salieron justo después que los dos niños, que corrieron directamente a sus guardianes y pedían abrazos.

—Esto no es posible— hablo Fred, con el rostro más pálido, casi como la piel de la nueva integrante de la realeza.

—Lo sentimos tanto Theo, sabes que nuestro hogar, al igual que La Madriguera es también tu hogar— le hablo en voz baja George, él era más cercano a la familia real.

—Lo agradezco— dijo manteniendo su postura de un hombre fuerte.

—Será mejor que todos los Weasley nos vayamos— hablo George a todos los presentes, para después cargar a su hijo y tomar la mano de su esposa.

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Los centauros, después de lanzar sus flechas en señal de respeto, abandonaron el castillo; Graham fue el único que entendió por qué habían decidido marcharse sin pedirle permiso a nadie, pero su mayor preocupación era ser fuerte por Johan y Katheryn, de ser un buen príncipe, un buen hijo y un buen hermano mayor.

Pocos fueron los invitados, solo más cercanos: George, Luna y su pequeño Fred; Fred, Angelina y su hijo George; Astoria, Draco y su hijo Scorpius; Daphne, Alejandro y León; Filip, Paula y los gemelos, Filip Jr. Y Frans; John, Renata y su hija Romina. Penélope tenía puesto su vestido favorito, aquel que utilizo cuando Theo le pidió matrimonio, su corona estaba en su cabellera blanca y su rostro tenía una ligera sonrisa. Johan no dejaba de empapar el pantalón de su padre, que portaba la corona con orgullo, y Graham, por primera vez utilizaba una pequeña corona, demostrando que, a pesar de tener una hermana de la realeza, él sería el heredero del reino, Katheryn era muy pequeña para entender la situación, pero aun así no dejaba de llorar.

Todo el mundo se vistió de negro en los siguientes días, y en los diarios de todo el mundo se alcanzaba a leer:

"¡LARGA VIDA A LA REINA!"