Parte 39

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HABÍA QUEDADO DE REUNIRSE ESTA TARDE, para que después de las clases, ella junto a Draco fueran a la biblioteca, para que ambos hicieran un progreso en su ámbito escolar, después que Penélope le dijera claramente que debía concentrarse si no quería repetir una vez más el año. Pero después de esperar diez minutos fuera de la sala común de Slytherin, decidió irse a la biblioteca, después de unos momentos se encontró a sus amigos, Blaise y Theo, quienes se ofrecieron acompañarla a la biblioteca, después de que les hiciera una pequeña invitación.

—¿Por qué nos dejan tantos deberes los profesores si saben que debemos estudias para los TIMOs? 

—¡Penélope se está quejando Theo!

—No es una queja — le pego en el brazo con él sacudía a su mejor amigo, quien estaba concentrado en su lectura.

—Haz silencio Zabini, no queremos que nos saquen de aquí hasta que Sofía termine sus deberes.

—¿Te llamas Sofía?

—Creí que ya sabias mi nombre completo, Blaise.

—Al parecer no — bufo aburrido —Nunca había escuchado que Theo o Draco te dijera Sofía.

—Generalmente me dicen Penélope, Sofía es un nombre más de confianza.

—Debo concentrarme en hacer los deberes.

—Pediste nuestra compañía — le pico con una pluma a su amigo.

—No me gusta estar sola en la biblioteca — agarro aire —Además, ustedes se ofrecieron cuando Theo dijo que le gustaría leer.

—¿Por qué Merlín me hizo forjar lazos con personas tan aburridas?

—Alguien tiene que ser el que controla tu impulsiva personalidad — dijo Theo, sin apartar su vista del libro.

—Alguien tiene que ser el que contara las historias graciosas a sus hijos.

—Zabini — suspiro Theo para mirarlo —Tu manera de divertirse es algo de lo que no estamos acostumbrados.

—Es algo que no me gusta de Inglaterra, en Italia hacíamos más cosas que asistir a tontas reuniones o leer libros.

—Penélope está muy concentrada en sus deberes para ignorar tus berrinches.

—¿Disculpa? — giro a verlos al escuchar que habían mencionado su nombre.

—Al parecer, tus deberes son más importantes que la compañía de dos jóvenes atractivos, y sobre todo que forman parte del equipo de Quidditch — alzo sus músculos para que varias chicas que estaban pendiente de él, suspiraran.

—En un momento les presto toda la atención que requieran, debo terminar el ensayo de Encantamientos — mojo su pluma, sin despegar la vista del libro que tenía en frente de ella, donde copiaba información valiosa.

—¡Draco, aquí tenemos lugar! — alzo las manos Blaise, haciendo que el de ojos grises se percatara de sus amigos.

—¿Qué están haciendo ustedes aquí?

—Nos encontramos con Sofía mientras caminaba hacia aquí, ofrecimos nuestra compañía porque no le gusta estar sola haciendo los deberes.

—Lo siento Sofía — se disculpó rápidamente Draco, al ver su error —No era mi intención dejarte plantada cuando quedamos de vernos.

—¿Se te olvido que habías quedado con ella? — cerro su libro, listo para defender el honor de su princesa.

—No hay problema Theo, estoy segura de que Draco tenía tantas cosas en su cabeza que se le olvidó nuestro acuerdo — guardo los útiles, ya había terminado sus deberes para la siguiente semana y esperaba que no le dejaran más para disfrutar el fin de semana —Podemos ayudarte a buscar lo que necesitas.

—Puedo y debo hacer esto solo.

—Draco — intento acercarse a su prometido, pero, él se sintió acorralado.

—¿Por qué no buscas a alguien más para molestar?

—¡No le hables así! — Theo se paró rápidamente y empujo a Draco, logrando que la bibliotecaria se diera cuenta de lo que estaba sucediendo en algún rincón de su hermoso palacio.

—Ustedes cuatro, fuera de la biblioteca.

—¿Ves Draco? — bufo Zabini una vez afuera, listo para defender a su amigo —Por tu falta de modales nos echaron de la biblioteca.

—No me eches la culpa de que tú gritaras.

—Si no fuera tan amargado, no estuviéramos peleando.

—¡Blaise! — grito exasperada Penélope.

—Concuerdo con Zabini, solo te quejas y no te preocupas por tu propia fiancé.

—¡Theo! — volvió a gritar Sofía.

—Si tantos problemas les causo, ¿Por qué siguen hablándome?

—¡Draco! — se cubrió la boca al ver lo que podía pasar.

—Tratas de la peor manera a Sofía, ella solo te da su amor.

—Draco tiene mucha carga en sus hombros desde que su padre fue encerrado en Azkaban, no deben juzgarlo de esa manera.

—¿Lo estás defendiendo? — pregunto triste Theo, quien no entendía lo que sucedía con la princesa.

—No puedo entender la situación de Draco porque no he pasado por una similar, pero le prometí que estaré a su lado desde que me pidió mi mano en matrimonio — Draco podía estar a punto de llorar al ver que alguien realmente estaba apoyándolo, Penélope le hizo esa promesa y más cosas, ella le había entregado su corazón de manera incondicional, sin importar las consecuencias —Los veré en la cena — tomo la mano de su fiancé y se fueron hacia la sala común de las serpientes.

—No necesito ayuda de nadie — le dijo una vez que se alejaron, soltando ligeramente su mano —Debo volver a buscar la manera de reparar el armario evanescente.

—Draco, no debes cargar esta situación tú solo — Draco solo se encogió, sintiéndose débil, evitando mostrarse como un niño que quería estar con su mamá —No me alejes, te lo suplico — Penélope lo dejo solo, entendiendo que no era requerida ahí, no estaba triste por las constantes peleas que estaban teniendo desde que inicio el curso y Draco no tenía progreso en su misión, aquella de asesinar al mago más poderoso de todos los tiempos; no, ella tenía miedo por toda la situación que le estaba tocando vivir, una situación que solamente su abuelo Marcus había pasado, una situación que acepto porque el padre de su prometido había decidido apoyar una causa perdida, una situación en donde la vida de Draco estaba en constante, quien tenía que seguir los pasos de su padre de manera irrefutable.

—¿Volviste a pelear con Draco? — le pregunto a sus espaldas Astoria.

—No hemos peleado, son percances sobre nuestra diferente opinión.

—Si terminas con lágrimas en los ojos, es una pelea — la abrazo y dejo que terminara de soltar lo que tenía guardado —Te buscaba para ver que te gustaría hacer en tu cumpleaños.

—Me conformo con una salida a Hogsmeade.

—Podríamos ir todos por una cerveza de mantequilla — le dijo con una sonrisa, dispuesta a alegrar a su mejor amiga —Y después, te vienes a dormir para hacer una noche de chicas.

—Me gusta mucho la idea — quito sus lágrimas —Pero, ahora tengo mucha hambre, espero que en la cena pongan chocolate caliente.

Astoria rio por el antojo de su amiga y ambas empezaron a planear la próxima salida a Hogsmeade mientras caminaban para la cena.

Una Princesa en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora