Parte 67

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MINERVA LLEVABA BUSCANDO DESDE DÍAS ATRÁS QUIEN ERA EL RESPONSABLE DE LA BROMA DEL PASILLO, donde varios alumnos fueron afectados; ninguno sabía como había sucedido, solo aquel ser que habitaba en el castillo era quien sabía quién era la responsable, pero no hablaba claro solo con unas rimas muy tontas, aunque si daban pistas de la persona que estaba detrás de todas las bromas que habían sucedido desde que habían iniciado las vacaciones.

—¡Sofía! — le hablo la nueva directora, viendo como la princesa caminaba tranquilamente leyendo una carta —¿Tú eres la que ha estado detrás de cada broma?

—No voy a negarlo, eso sería mentir directora McGonagall— le dijo la princesa después de reír un poco, demostrando que no se arrepentía de lo que había hecho los días anteriores.

—¿Se puede saber la razón por este comportamiento? 

—No es algo con doble intención, directora— le dijo rápidamente, entendiendo lo que la profesora estaba intentando decirle —Simplemente...

—¿Simplemente? — le pidió la profesora que siguiera, ya que ella se había quedado callada.

—Jamás había hecho una broma en grande— le dijo después de dar un suspiro —Creí que la mejor manera de disfrutar mi último año escolar seria haciendo cosas que jamás que hice.

La profesora suspiró al escuchar la verdadera razón de la "rebeldía" que estaba teniendo la princesa, ojalá fuera tan sencillo. Penélope ya era mayor de edad en el mundo mágico y en el mundo muggle, por lo que Alejandro había vuelto a tener su papel de guardián y no de tutor. ¿Debería mandarles una carta? No podían decirle algo, más que una pequeña carta pidiéndole que se comportara; además, cuando terminara el colegio debía tomar su papel como futura reina. Se quedó pensando en cuál sería el castigo adecuado para la princesa, o recordando como castigaba a los gemelos pelirrojos cuando los encontraba en una broma.

—Restaré veinte puntos a Ravenclaw y castigarte por un mes— le dijo una vez que había pensado lo suficiente, aún no podía creer lo que estaba sucediendo —Tu castigo empezara cuando se retomen las clases.

—De acuerdo— le dijo con una sonrisa traviesa, si tan solo supiera que aún no terminaba de realizar sus bromas.

Penélope caminó hacia su cuarto y decidió releer su diario, para poder recordar las bromas que había hecho en las vacaciones:

"Broma #1: hoy me ha llegado el paquete que mis queridos amigos, George y Fred, han sido tan amables de enviarme. Un paquete de galletas de canario estaba dentro de aquella caja, con una pequeña carta dándome algunas ideas de cómo podía realizar mi primera gran broma. Estuve practicando por mucho tiempo el hechizo, el cual multiplicaba los objetos sin perder su propia esencia; lo perfeccioné como era de esperarse, y gracias a eso pude llenar dos grandes botes que serían entregados, gracias a los elfos de las cocinas, a todos los alumnos que bajarían a tomar el desayuno de la mañana de Navidad. Los gemelos me mencionaron en su carta, que, para evitar sospechas sobre mi persona, debía sufrir yo también de aquellos efectos que la galleta logra.

¡El comedor fue un lío, de eso estoy segura! Ya que no hubo sospechoso, puesto que yo había comido la galleta y los profesores no sabían cómo hacer que todos los alumnos volvieran a la normalidad."

Penélope pasó de página después de quitarse unas lágrimas de alegría al recordar cómo le fue difícil convencer a los elfos de las cocinas para que entregaran las galletas, ya que los gemelos ya habían intentado realizar esa broma.

"Broma #2: Era de esperarse que la mayoría de los alumnos se fueran a pasar las fiestas con sus familias, no me sorprendió al saber que ningún alumno de mi casa se hubiera quedado. Es por esta razón que desde que iniciaron las vacaciones, fui llevada a la sala común de los tejones y todos ellos fueron muy amables al recibirme sin ningún problema. El paquete de esta broma me llego después que les escribí con detalles a los gemelos como había ocurrido la broma; caramelos longuilinguos era lo que estaba en la caja, según ellos, esta broma podía ser fácil de realizar, ya que esta casa era conocida como la que más disfrutaba de los dulces. Solo basto dejar los dulces en un tazón de la sala común cerca de la chimenea, ya que varios alumnos habían decidido quedarse en la mañana por el pésimo clima que había.

La enfermería estuvo llena ese día por la mayoría de los alumnos de Hufflepuff, incluida yo misma, ya que nuevamente seguí el consejo que me dijeron anteriormente los gemelos: debía salir afectada para que no se supiera que yo era la culpable.

Broma #3: para esta broma tuve que hacerme amiga del poltergeist que alguna vez hizo que sufriera una humillación en público, pero fue fácil de ganarme su confianza cuando le hice una pequeña broma, además ayudo que fuera amiga de George y Fred. Fue de gran ayuda Peeves al esconder los fuegos artificiales de los sortilegios Weasley, tuvimos que esconderlos a lo largo del comedor, evitando que algún profesor se diera cuenta de esta broma. El hechizo hizo que estallaran a las 3:00 de la madrugada, cuando todos los alumnos fueron mandados a dormir después de celebrar la llegada de un nuevo año; por un momento creí que Peeves me delataría, estaba haciendo algunas rimas demasiadas obvias, aunque decían que yo no era la culpable."

Penélope tomó nuevamente su pluma y empezó a escribir, lástima que su broma número 4 no pudo ser realizada gracias nuevamente a las rimas que estaba haciendo el poltergeist sobre ella, pero estaba segura de que no iba a defraudar a sus amigos pelirrojos.

Una Princesa en HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora