Cap. 5 Secretos

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Querido mía
Me quede ahí, parado como un completo idiota, mirándote marchar. Oh Lana, ¿Por qué tenías que ser dulce y comprensiva conmigo en estos momentos, siendo que yo soy completo hijo de puta contigo?, ¿Por qué no puedes facilitarnos las cosas y actuar de aquella forma cortante e hiriente?
¡¿Por qué mierda no puedes actuar como las demás, en lugar de comportarte como la dulce Lana de la que me enamore?!
¡Malditos sentimientos!
Me deje caer en la silla, incapaz de siquiera mirarte. No tenía cara para hacerlo, no después de escuchar tu llanto en las noches, y mirar tu rostro demacrado por las mañanas. Me siento impotente, incapaz de responderte de la misma manera.
Los deseos de estar con Lim ya no eran tan enloquecedores como antes, y ello me asustaba de sobremanera. No estaba seguro de lo que realmente quería, si estar con ella o tratar de arreglar mi matrimonio.
Todo se estaba volviendo una completa locura. Esto parecía una jodida novela para adolescentes. Ya no era el mismo Tom Kaulitz de antes, aquel padre y esposo amoroso, que hacia lo imposible para ver sonreír de aquella forma celestial a la mujer que creía amar con pasión y locura desenfrenada.
Los recuerdos del cómo le había hecho el amor a Lana tras llegar de aquella fiesta, solo para tratar de borrar a Lim de mi mente, volvieron como una agobiante imagen, provocando el que me sintiera como un maldito cerdo tras llegar al orgasmo. Aquella hermosa morena que se introdujo en mis pensamientos, perturbando todo orden en mi vida, se había convertido en mi droga preferida. ¡Me había vuelto loco con una insignificante muchacha universitaria, olvidando por completo a la mujer con la que me había casado!
Me lleve ambas manos al rostro, frotándolo con notoria desesperación. Tenía ganas de llorar como un niño, y la única persona capaz de consolarme, se encontraba postrado en una cama de este hospital.
Era consciente de que Bill desaprobaba mi relación con Lim, en especial por el enorme cariño que sentía por Lana. Él constantemente me reprendía, recitándome su discurso sobre todo lo que había luchado para poder casarme con ella, y que tarde o temprano me arrepentiría por el daño causado. "Sera muy tarde hermano, cuando te percates de lo que estás perdiendo por una estúpida aventura".
La mirada de Lim se presentaba en mis pensamientos, lo que dificultaba mi constante lucha. No bastaba un análisis para comprender que amaba a mi esposa, pero había enloquecido por aquella morena, tomándola cada que la oportunidad se presentaba. Los momentos íntimos con Lim, eran la única forma de desahogar mis frustraciones.
Mi matrimonio con Lana había terminado desde hace años, pero siempre busque algo bueno de entre nosotros para tratar de hacer funcionar las cosas. La pasión había muerto entre nosotros, y el tomarla dejo de saciarme. Ya no era el Tom Kaulitz de la universidad, y ello Lana no lo entendía. Vivía tan aferrada al pasado, que en nuestras prolongadas discusiones me recrimino por no ser el mismo muchacho del que se enamoró.
¡Joder!
No culpo a Lana por la decisión del divorcio, pues yo le había sido infiel antes de pensar tan siquiera en dejar de compartir la cama con ella. Yo había sido el maldito bastardo, y Lana, una idiota al no entender la situación y alejarse por cuenta propia.
Solo esperaba el que Lana no albergara ningún tipo de esperanza entre nosotros, o eso terminaría enloqueciéndome.
Estaba absorto en mis pensamientos, tratando de lidiar con el estúpido debate mental. Grace no tardaría en llegar, y estaba seguro que no deseaba verme. Grace estaba tan molesta como Bill por mi decisión de dejar a Lana para ir con Lim. La amistad y empatía entre ellas había surgido enseguida se conocieron. Mi cuñada opinaba lo mismo que mi hermano, respecto a mi arrepentimiento en cuanto comenzara a extrañar a mi esposa, y, notar que era otra la que ocupaba su lugar.
Una celestial voz me saco de mis pensamientos. Me volví, viendo a mi preciosa morena, caminando a mi dirección. En su semblante se marcaba todo signo de preocupación, lo que me hizo sonreír en reacción. Me encantaba su inocencia, su forma de morderse los labios cada que se sentía nerviosa ante mi presencia; la forma en que me miraba con tanta ternura...
¡Es preciosa, por amor a Dios!
-Lo siento amor, acabo de leer el mensaje, ¿Cómo se encuentra?, ¿Ya salió del quirófano? -Asentí con la cabeza, envolviendo su pequeña y delgada cintura entre mis brazos, atrayéndola a mi cuerpo para sentir su calor.
Por un momento me sentí extraño, ajeno a su perfume y cercanía.
-No debiste venir Lim. -Fue lo que le dije apenas me aparté de ella. Lim me miro con tanta ternura, llevando su mano hasta mi mejilla. El tacto se sentía suave, pero de igual modo ajeno. -Es mejor que regreses a casa mi amor, no es bueno que te encuentres aquí.
-Tenía que estar aquí, mi amor. Soy tu novia, y tengo que apoyarte en los momentos más difíciles. -Enarco las cejas, mirándome con desdén. Yo me mordí el labio, tratando de contener mi frustración. Si Lana llegaba en este preciso momento, la situación se tornaría caótica. Mi novia y esposa en el mismo lugar. ¡Increíble noche! -Oh, ya entiendo. -Respondió con tristeza y frustración, antes de sonreír de forma burlona.
-Lim...
-No, está bien Tom. No tienes por qué darme ningún tipo de explicación, que lo entiendo a la perfección. -Lim se dio la media vuelta, dispuesta a marcharse.
La tome de la muñeca, acercándola a mi cuerpo para abrazarla. Estaba consciente de lo furiosa que se encontraba en estos momentos, debido a que me encontraba con mi esposa, en lugar de elegirla a ella para acompañarme.
-Tranquila Lim. Ella solo me acompaño para saber el estado de Bill. Ambos son muy buenos amigos desde la universidad, y por ello se preocupa por mi hermano. -Lim se esforzaba en tratar de apartarme, pero mientras más lo hacía, más fuerte la abrazaba.
- ¡No me tomes por idiota Tom, que se perfectamente que ella está aquí por ti, mas no por Bill! -Lim detuvo sus golpes contra mi pecho, envolviendo sus brazos alrededor de mi torso. Caí en cuenta que estaba llorando, tras sentir húmeda mi camisa. Soy un maldito idiota al hacerla sentir de ese modo. -Te odio, estúpido mentiroso. Me mentiste otra vez, y estúpidamente te creí.
-No Lim, entiende la situación. Lana es, de momento, mi esposa. No me lo tomes a mal mi amor, pero era evidente de que Lana me acompañaría tras enterarse del accidente.
- ¡No digas estupideces Tom, que ambos sabemos que lo único que quieres conmigo es follar! -Su mirada era acusadora. Se notaba lo herida que se sentía al haber preferido traer a Lana en su lugar. -Tú no tienes intenciones de separarte de tu mujer.
-Las tengo, Lim.
-Ven a vivir conmigo, de ser así. Ya no tienes que continuar bajo el mismo techo que ella, si todo entre ustedes se ha terminado. -Su mirada era suplicante, lo que termino rompiéndome el corazón.
¡No puedo joder! ¡No puedo abandonar a Lana de ese modo!
Eso la destrozaría por completo, y eso jamás me lo perdonaría.
-Ya te lo he explicado mi amor. Tengo un hijo, quien no tiene la remota idea de lo que está sucediendo entre su madre y yo. Temo lastimarlo...
- ¡Que bajo que tu esposa te manipule de ese modo para mantenerte a su lado! -La rabia de Lim incremento, empujándome para que le diera su espacio. Esto ya lo habíamos vivido, y este tipo de discusiones ya las habíamos dejado en el pasado. -Esa hija de puta...
-Lim, no es eso. Lana no me está reteniendo de ninguna manera. Soy yo el que quiere que su hijo no salga herido con el divorcio...
- Ya veo a lo que mi hermano se referia con respecto a salir con hombres divorciados.
- No, Lim...
-Mira nada más con lo que me encuentro. -Ambos nos giramos, encontrando a una furiosa pelirroja, quien fulminaba con la mirada a mi morena. Lim se tensó, mostrándose hostil ante mi cuñada. Ninguna de las dos se toleraba. -Que sorpresa que ella este aquí. Si no me equivoco, Lana también se encuentra. -Grace ignoro por completo a Lim, empujándola con el brazo para pasar entre nosotros. - ¿Dónde está tu bella esposa, maldito infiel?
-Grace...
-Oh, lo lamento. No pensé que a tu zorra le molestaría el que hablara de tu esposa en su presencia. -Lim empuño su mano, tratando de controlar su rabia. -Pero bueno, es momento de que entienda cuál es su lugar. Lana es la esposa, y ella solo tu amante. Una cualquiera.
- ¡Ya cállate! -Dijo Lim, mas cabrada que nunca, empujando a Grace con fuerza. La pelirroja apenas y se movió, comenzando a reír de forma mordaz.
- Vete enterando maldita zorra. Tom jamás va a estar contigo, mucho menos ahora que Lana está embarazada. -Lim se volvió a mi dirección, tratando de encontrar una respuesta.
Agache la cabeza, procesando las palabras de Grace. ". Tom jamás va a estar contigo, mucho menos ahora que Lana está embarazada". No ". Tom jamás va a estar contigo, mucho menos ahora que Lana está embarazada". Esto no puede estar pasando. ". Tom jamás va a estar contigo, mucho menos ahora que Lana está embarazada".
Lana... ¿Embarazada?

Querido Mío- Tokio hotel -Primera parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora