Capítulo especial
***Tom***
Nunca en mi vida me había aburrido tanto en una fiesta. Mucho menos en una de las mías.
Mi vista paseaba por todo el salón, donde cientos de estudiantes se movían en estado de ebriedad, o siendo víctimas de algún narcótico que Jasper les había vendido. Siendo franco, solo deseaba ver un rostro, y por ello el motivo de tan absurda reunión.
A lo lejos distinguí a Jenna y susan, dos chicas con las que claramente no tendría nada ni en un millón de años, pero que hacían hasta lo imposible por llamar mi atención. Me reí en cuanto ambas me sonrieron seductoramente, cruzando las piernas y bajándose el escote. ¿Por qué les cuesta trabajo entender que ninguna me interesa?
La puerta se abrió, y con ellas mi esperanza aumento. Una figura femenina se adentró entre la multitud, tratando de ser invisible para que nadie la notara. Era ella, la chica más hermosa, inteligente y testaruda que jamás creí conocer. Lana Smith, la chica más dulce y encantadora de la universidad. Mi novia secreta.
Rápidamente me conduje hasta ella, tratando de recordar el discurso que había planeado con ayuda de Bill. Solo esperaba que no me mandara directo al infierno como en aquella ocasión, cuando frente a mis amigos me burle de su físico.
Me introduje entre la multitud, rebuscándola como un demente. Mi Lana, mi preciosa Lana.
Una delicada y regordeta mano se ciñó en mi muñeca, por lo que rápidamente me volví. Mi corazón se detuvo en cuanto note lo hinchados que se encontraban sus ojos, recordándome una vez más lo cobarde que había sido aquella tarde.
¡Soy un imbécil!
Nos miramos el uno al otro; y, a los pocos segundos, nos abrazamos. Extrañaba su calor, su olor y su cercanía. Era como estar en un mundo alterno, alejados de todo y de todos. Mi Lana, mi hogar y mi amado refugio. Mía y solo mía.
-Lo lamento, mi amor.
Lentamente nos apartamos, volviendo a mirarnos el uno al otro. No esperaba que me perdonara, pero para mí fue todo un alivio en cuanto llevo sus labios a los míos, devolviéndome la paz que por los últimos meses había anhelado. En cuanto nos apartamos volvimos a abrazarnos, sin tomar en cuenta a aquellos que nos miraban con repugnancia. Asesine a todos con la mirada, pero los hijos de puta no cambiaron sus estúpidas expresiones de asco. Jenna y Susan incluidas.
- ¿Algún problema? -Interrogue mordaz, aferrando a Lana contra mi pecho. No deseaba que ella se cruzara con alguna de esas hostiles miradas. No soportaría perderla una vez más. - ¡Pregunte si no había un maldito problema!
- ¿Enserio Tom?, ¿La ballena? -Todos en la sala se soltaron en carcajadas, y lo único que pude sentir fue el cuerpo de Lana tensarse entre mis brazos. -Vamos Tom, esto tiene que ser una broma.
- ¿Una broma?, no. ¡Atención a todos ustedes, malditos bastardos! ¡Una ofensa más a Lana Smith y se las verán conmigo, y créanme que eso no es nada bueno!
-Tom...
- ¡Lana Smith es mi novia desde hace 2 años! -Fulmine a todos con la mirada, incapaz de controlar la ira que se apoderaba en mi interior.
- ¡Tom, ¿Cómo pudiste hacerme esto?! -Y hablo la reina de las zorras. - ¡¿Me dejaste por eso?!
-Te dejé por ser una narcisista... y admito que también lo hice porque me enamoré de Lana Smith, y que sin duda alguna es más mujer que todas ustedes. – Tome la mano de Lana, dando por terminado aquel espectáculo. Necesitaba estar a solas con mi preciosa Lana para besarla y acariciarla como tanto lo había anhelado en los últimos meses. Mi pequeña me siguió cohibida, con el perfil bajo y la mirada perdida. Una palabra más y mataría a golpes a aquel que se atreviera a insultarla una vez más.
Lana estallo en llanto en cuanto nos adentramos a la habitación, destrozándome por completo. Lentamente me acerque a ella, envolviendo su delicioso cuerpo entre mis brazos. Note el cómo todo su cuerpo se tensó en respuesta, provocando el que yo sonriera como un completo estúpido.
- Pequeña, no sabes cuánto te amo. -El cuerpo de Lana se estremeció en cuanto bese su hombro desudo, incapaz de contenerme un minuto más. La deseaba tanto que incluso dolía, y mi pequeña hechicera lo sabía de sobra.
- Te amo, mi mayor e inalcanzable deseo. -Lentamente la giré para tenerla frente a mí y poder besarla, con tal ansiedad que la hice reír. Me aparte de ella, tomando sus regordetas mejillas entre mis manos, alucinado por tenerla de nuevo conmigo. -Y, ¿ahora qué sigue?
- Nos graduamos en unos meses, ¿Qué opinas de irnos a vivir juntos a Nueva York?
- ¿Me quieres en tu vida, Tom? -Me interrogo con un tono de preocupación. Sonreí, volviendo a aquellos adictivos labios. Como la amaba.
- Para la eternidad, querida mía. ¿Y tú?, ¿Me quieres en tu vida?
- Para la eternidad, querido mío.
Si de algo estaba seguro, era que aquella mujer era perfecta para pasar el resto de mi vida.
Mi amada mía.
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Querido Mío- Tokio hotel -Primera parte
RomantizmMi matrimonio nunca fue de ensueño, pero solo ahora soy consciente de lo prescindible que soy. Mi esposo no me ama, mi hijo me detesta, y no hay día en que no me arrepienta de mi elección. Me siento al borde, y no hay nadie quien me sostenga. En ed...