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Louis desde aquella tarde en su departamento​ no había dejado de recibir mensajes de Harry, ni hablar de los ramos de rosas que habían llegado hasta su puerta de parte del cantante, ni las incontables llamadas del rizado antes de irse a dormir.

Era una increíble rutina que se estaba creando con la presencia del rizado, logrando sentirse acompañado y no tan solo como antes se sentía. Y aquel cantante arrogante que había conocido hace un par de semanas atrás había desaparecido completamente, encontrándose con un chico con buenos sentimientos.

Alguien digno de querer y de recibir amor de parte de él. Louis en verdad estaba comenzando a sentir cosas grandiosas, e incluso está oportunidad que le había dado se la tuvo que guardar para si mismo, puesto que su amigo Marco, no pudo saber nada, ni nadie podía saberlo.

Es por eso mismo, que ahora estaba llegando a la suite de Harry sabía que debía ser cauteloso con las personas que estaban en el hotel, incluso cuando subió hasta la puerta del cantante, sintió nerviosismo cuando un par de mucamas salieron de un pasillo lejano viéndolo cuando esté golpeó la puerta de Harry, hasta que entró cuando el más alto le abrió.

—¿ocurre algo? —preguntó el más alto al ver su cara de preocupación  y al entrar rápidamente a su suite— ¿estás bien?

—me vieron dos mucamas. —el rizado asintió tranquilo y Louis le miro algo sorprendido— Estaba pensando que eso podía ser sospechoso.

—ellas no dirán nada, además pueden pensar lo que quieran si al final podemos decir que me viniste a hacer un chequeo, o que se yo... —alzo los hombros y Louis asintió tranquilizándose.

—esta bien... —sonrió.

—así me gusta, verte sonreír... —le dijo el más alto acercándose a Louis para besarlo pero el más bajo dió un paso para atrás sin soltarse de los brazos de Harry que los habían abrazado.

—gracias por la flores, no era necesario. —el rizado sonrió y lo acercó un poco haciendo que Louis posicione sus manos el pecho y clavícula.

—siempre será necesario cortejar a un hombre como tú. —el ojiazul rió negando.

—sabes, he pensado mucho... —el ojiverde negó acercándose a sus labios para besarlo castamente.

—no pienses, sólo siente. —dijo el más alto y Louis no logro contradecirle cuando esté le besó.

Y era porque sus labios lo atrapaban, lo acariciaban y lo guiaban por un dulce camino que agitaba sus sentimientos en su mayor amplitud.

—no puedo... —murmuró entre el beso para después abrazar su cuello y continuar besándolo.— Será difícil... —murmuró el ojiazul— No podré...

El rizado no dejó que continuará, por lo que el beso se volvió más pasional, lleno de agitación y de deseo de parte de Harry, era increíble como Louis dejó que el rizado lo apegará a la puerta y lo acorralara, literalmente contra la puerta hasta que sus lenguas comenzaron a jugar en los besos.

—besas tan bien... —murmuró el rizado. Y Louis no dijo nada, tampoco podía.

Por lo que dejó que el rizado le tomará de los muslos para llevarlo hasta la cama de su suite, sin importar si la cena que el rizado había pedido para esa noche se comenzaba a enfriar, o si alguien pudiese llegar a interrumpir.

Louis estaba sintiéndose tan bien en ese momento que nada de lo que ocurría alrededor de ellos importaba realmente, eso de alguna forma era nuevo para ambos pero no podían evitarlo. Es por eso que las manos torpes de Harry comenzaron a sacarle la ropa a Louis haciendo que este decida hablar.

INEFABLE (l.s.) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora