Capitulo XXX: La Carrera.

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Katherine

Katherine se levanto justo a las 5:15 sudada y en su cuarto. Había soñado que estaba aun en la cabaña, junto a Bryan, acostada con él. La noche anterior había sido de ensueño, su madre la había recibido llorando y la pusieron al tanto de todo lo que sucedió. Miro su teléfono y llamo al número de Clark, ahora si se sentía integrada a la sociedad, pero nadie contesto. Después de ver la emisión de Bryan su madre no se quitaba la idea de sacarla de la ciudad, de llevarla lejos. Pero ella sabía muy bien que matar a Bryan sería la única opción para tener una vida a salvo, no podía marcharse sin hacer algo. Escapar era lo más lógico que podrían hacer, pero ella tenía un plan mejor o eso era lo que ella pensaba. Katherine sabía muy bien que si iban a donde Bryan ninguno saldría vivo de allí, ella sabia como era Bryan, también sabía que al tenerlos a todos reunidos se les harían las cosas muy fáciles para él.

<<No escape para volver a estar en sus manos –Pensó. No volveré a verlo, lo veré cuando este segura que lo acabare, que muera al frente de mi>> Katherine se levanto después de estar un momento en su cama meditando, pensado en las mejores ideas para hacer que todos sobreviviesen. <<No todos sobrevivirán>> un voz había dicho desde su interior. Camino por su habitación, el día anterior llego tan cansada que ni siquiera lo detallo, su cuarto le parecía el de una niña, una estúpida niña. La ventana comenzó a chocar repetidamente, en un instante se dio cuenta que era el frio. La nieve caía fuera de su ventana, necesitaba vestirse con algo abrigado, a primera hora saldría hacia la comisaria a ver a Caroline. Se preguntaba repetidamente como luciría su amiga, Caroline siempre fue tan rebelde, apasionada y dura, no es inesperado que siga sobreviviendo. Camino a su armario para buscar lo más abrigado. Se dio cuenta que odiaba la ropa que usaba, era muy coloridas, muy alegre, le recordaba los vestidos que Bryan le obligaba a usar.

-Necesito ropa de mujer. –Susurro así misma. Dio un respiro y salió de su cuarto. Camino por el aun oscuro pasillo y fue al cuarto de Margaery. Su difunta hermana. El cuarto de su hermana se veía intacto, quizás su mamá lo limpiaba todo los días, siempre le gusto la forma en la que ella se vestía, como una dama y al mismo tiempo como una joven chica, Katherine abrió el armario, olía a ropa limpia y hojas de libros. A primera vista se enamoro de un abrigo gris, de piel de zorro. Muy suave y abrigador. Recordó que cuando Margaery lo había comprado, Katherine le suplico llorando que lo devolviese, ya que le entristecía la idea de que mataran inocentes animalitos para que la gente los usara. La Katherine de ahora, no le importaba sabia que aunque lo devolviese la misma cantidad de animales seguiría muriendo. <<Era tan estúpida>> pensó. Saco el abrió, una camisa de vestir tela liviana de color violeta y un pantalón negro. Busco zapatos violetas en su cuarto y ya estaba lista para volver al mundo, para dar su mejor cara.

Comenzaba a amanecer, se llevo la ropa a su habitación. Se sentó a ver como aclaraba, pensando en todo. Absolutamente en todo. En Vanessa, en Bryan, en el hospital, en Judith, en Luis, en todos.

Escucho un auto llegar. <<Papá>> pensó, salió en pijamas de su cuarto y bajo las escaleras corriendo. Busco las llaves y abrió la puerta, afuera hacia un frio terrible pero al ver a su padre, no le importo, su corazón se calentó. Camino descalza hacia él y salto abrazándolo.

-Mi bebe, te extrañe tanto, estas en casa, estas en casa. –Le dijo él. Después de ese gran momento el cielo ya se encontraba iluminado. Entraron y comenzaron a platicar, Katherine le conto sobre Bryan y dio poco detalles de su estancia, no quería que supieran todo el horror que vivió.

-Bryan... Ese hijo de puta, espero que muera gritando piedad. –Dijo su padre. Katherine pensó que todo padre reaccionaria igual. No le había contado la vez que Bryan ordeno que la golpearan, ni cuando le sirvió la cabeza de Daniel. <<No necesita saber eso>> -Kat, lo siento, realmente lo siento, debí protegerte, debí estar al pendiente de ti.

Un Juego Llamado VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora