Capitulo XXVIII: Danza del fuego.

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Katherine

Tomo un sorbo de sopa caliente, fue tan satisfactoria la primera comida fuera de aquella horrible cabaña. Luis se encontraba afuera, quizás pensando en lo que ella le había dicho de Bryan. Estaba en la sala, cerca de la chimenea con una cobija gruesa a su alrededor. Se había bañado y colocado un jean con una camisa de cuadros, algo que también extrañaba. Ya estaba cansada de usar vestidos todo el tiempo.

Sebastián entro y camino a través de la sala para sentarse a su lado.

-¿Estás bien? –Pregunto.

-Lo estoy. –Confirmo tomando un segundo sorbo de la cálida sopa. -¿Y Luis?

-Está afuera. Cuidando los animales y esas cosas.

-Todo un granjero. –Bromeo. –Nunca fui una buena amiga para Luis. –Dijo. –De hecho, antes ni convivíamos. El se la pasaba junto a Sarah, Sharoll, Daniel y Vanessa. Y yo junto a Bryan y los otros. Es curioso como perder algunas cosas nos hace apreciar mucho más todo. Quiero hablar con él.

-Está afuera.

-Iré. –Dijo quitándose la gruesa sabana.

-No puedes. Espera, comes y luego vas. ¿Ok?

-Está bien. –Respondió tomando por tercera vez aquella sopa.

Katherine no podía evitar ver las cicatrices en los brazos de Sebastián, también las uñas que le faltaban y las partes quemadas de su cuello.

-¿Cómo te atrapo? –Pregunto Katherine.

Sebastián miro las llamas, como si buscase que podía responder.

-Tu familia está preocupada por ti.

-No, no lo están.

-Claro que sí. Pase tres noches seguidas junto a tu padre buscándote, en otras ciudades, en hospitales, morgues... Pero Bryan les prometió que te conseguiría, y ellos confiaron en él. Yo confié en el, solo quería volver a verte. Él me había dicho que estaba en el bosque y fui con él.

-Fue mi culpa... lo siento. –Contesto tomando su mano.

-No, no te culpes por eso. Después de todo, eres lo mejor que me ha pasado. Te mantendré a salvo. Confía en mí.

"No confíes en nadie" Una pequeña voz susurro desde el interior.

-Lo haré. –Mintió. Lo soltó de la mano y se levanto. –Tengo que ir a verlo.

Dejo la cobija en el mueble, mientras miraba la cabeza de un alce en la pared <<Aterrador>> pensó. <<Has visto peores cosas>> Recordó la cabeza de Daniel servida al igual que la cabeza de Kevin.

Salió y afuera estaba nevando peor que cuando había llegado, pensó en devolverse pero ya había visto a Luis cerca de una de las rejas de la granja.

-¿Katherine? –Grito desde lejos quitándose la chaqueta. –No deberías estar aquí afuera. –Dijo entregándosela. -Pasemos. –Propuso.

-No. Hablemos aquí. –Katherine se sentó en una de las escaleras de la casa. Luis siguió la orden.

-¿Cómo estás? –Pregunto sin mirarla a la cara.

-Fuerte ¿Y tú?

Luis no contesto, solo miro al frente perdiendo su vista entre las lejanas montañas bañadas de nieve.

-Siempre estuvo allí. ¿Cómo no lo pudimos ver? –Pregunto él.

-Es un buen mentiroso. –Admitió. –Como sea, pronto llegara nuestra venganza.

Un Juego Llamado VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora