Capitulo XXXIII: Vanessa.

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Clark

Despertó en su casa, en su cuarto, en su cama junto a su esposa y su pequeña. El sol iluminaba la habitación. Tenía mucho tiempo sin sentir esa tranquilidad que tanto añoraba, Habían pasado días desde el ataque y hoy seria la aparición pública de los sobrevivientes. Asistiría Katherine, Luis y el chico que había sobrevivido al ataque de los estudiantes. Pero, sentía la necesidad de quedarse acostado ahí todo el día junto a su esposa e hija. Las observo y detallo el claro parecido que tenían ambas, esas mejillas redondas, pestañas largas y cabello castaño, una estaba abrazada de la otra. El las abrazo a ambas, olían a primavera, a rosas recién nacidas. La mañana era una perfección. <<¿El invierno se había ido tan pronto?>>

-¿Despierto tan temprano? –Murmuro su esposa.

-No, no lo estoy. –Bromeo. La beso.

-Hoy es el día. –Recordó ella.

-Sí, hoy es el día. –Afirmo levantándose.

-Mucha gente ha muerto. –Dijo sentada en la cama, con un tono melancólico. -¿Cómo se supone que una rueda de prensa arreglara todo? ¿Cómo será posible volver a la normalidad?

<<Nadie lo hará>> pensó Clark. Y en el fondo sabía que era cierto. Nada, absolutamente nada volvería a ser como antes. No respondió y salió de la habitación.

El sol iluminaba toda su casa. Su pensamiento seguía intacto de que era una mañana perfecta, pero en realidad no. Ese era su apariencia pero no podía ser perfecta, después de lo que había pasado no podía existir perfección. Siempre faltaría algo, o alguien. Recordó que hoy sería el funeral de Caroline. La pobre Caroline, nunca conoció a una chica tan valiente, tan fuera de lo común, tan joven y hermosa. <<Y ahora está muerta... >> susurro una voz en su cabeza. <<Y ahora está muerta. >> pensó.

Desayuno y se vistió. Espero que las chicas también se alistaran y todos fueron en el auto.

-Papá...

-Dime, cielo.

-¿Todo termino? –Pregunto su pequeña con el tono de inocencia que tanto extrañaba.

-Todo termino. –Confirmo. Aunque Clark sabía que no todo estaba terminado, faltaba alguien más. Después del funeral, irían a la estación de policías donde estaría la rueda de prensa que daría Katherine. Mucha gente que los odia estaría ahí. <<Prepárate para todo tipo de comentario>> le había aconsejado él a Katherine. <<Prepárate>>

-¿Cariño, le dirás la noticia a la niña?

-Le diré. Más tarde. –Guiño el ojo a Camila. Su hija hizo un gesto de confusión. Llegaron por fin al cementerio. El césped era verde con solo pocos copos de nieves por encima <<El día se empeña en ser bien parecido>> pensó con gracia. Se coloco los lentes de sol y salieron. Había solo 4 autos estacionados y la furgoneta. Al bajar del auto todos miraron el auto. Katherine, Luis, Damián acompañado de dos policías. <<Solo está aquí por ella>> pensó triste. El chico había demostrado que era valiente y que era del lado bueno. Luis y Katherine se veían regios y muy serios. Katherine vestía completamente de negro, y lucia realmente como una mujer. Una fuerte mujer. Luis parecía más recuperado, aun tenia vendas pero se veía recuperado. Por un momento sintió orgullo de ellos. <<Quien habría pensado que sobrevivirían>> Damián estaba al frente del ataúd, contemplándolo con una verdadera mirada rota, de un hombre destrozado, de un hombre sin futuro.

-Kat. –Aviso llegando. Ella lo recibió con un abrazo. La niña olía a menta y flores. Aunque ahora era más una mujer.

-Hola pequeña. –Saludo Katherine a su pequeña. Prosiguió saludando a Luis, y pensó por un instante saludar a Damián pero se arrepintió de la idea y solo se quedo con los chicos en silencio. Un padre llego junto a lo que parecían ser los papás de Caroline. Una mujer al parecer de 40, de pelo negro y un poco ondulado, tenía grande lentes de sol. Miro a Katherine desde lejos y se acerco.

Un Juego Llamado VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora