Capítulo VII: El nuevo descenso.

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Caroline

Se levanto tarde aquel día, estaba cansada y repugnada por todo lo que había pasado. Luis no contestaba ninguna de sus llamadas, comenzaba a preocuparse, no quería que el estuviese solo, no ahora. A Sarah le faltaban 5 días para salir del hospital y ella sentía la responsabilidad de protegerlos, nunca había sentido esa sensación pero después que mato a aquel hombre aquella noche, creía hacer cualquier cosa y lo haría para proteger a los que más quiere, en ese momento eran sus amigos. Se pregunto cómo se sentiría si fuera su padre quien habría muerto <<Me daría igual>> Ella pensó mientras veía los fríos muros de su casa, camino en aquel solitario apartamento, miro por su ventana y noto una familia teniendo una fiesta en unos de los apartamentos de al frente << ¿Qué puedo hacer para proteger a los que amo?>> Se le ocurrió una idea <<Tengo que comprarme un arma>> Pensó. Tomo su laptop y busco un lugar donde comprar armas para mayores de edad, tenía bastante dinero como para comprarle una a cada uno, era lo único bueno que sus padres le ofrecían siempre, fue una niña solitaria y ahora que amigos habían vuelto alguien los estaba matando, solo porque una idiota cruzo la calle sin ver a los lados, que fuese pasado si ellos solamente hubieran dicho a los oficiales que fue un accidente Bryan y a Diego seguramente no les habría ido tan mal, sus amigos los cuidarían desde afuera le daría como 5 años mínimo, Pero no, no lo hicieron y ahora personas inocentes murieron, Stanley, El padre de Luis, Riley, Sam y esmeralda todos inocentes.

Manejo hasta la tienda pensando en una posible solución, llego a donde el mapa indicaba, parecía una tienda normal y corriente al entrar suena una campana, Caroline da un pequeño brinco nunca había estado en un lugar como ese antes, sentía miedo, aun así siguió con lo planeado, le pregunto a un hombre que parecía ser el vendedor; era un anciano muy obeso aquel hombre la había observado desde que ella entro.

-¿Dónde puedo encontrar armas? quiero comprar 5, rápido no vine a conocer gente. -Dijo con su tono arrogante que siempre usaba.

- ¿Estas pensando armar un ejército? -Bromeo un chico de pelo castaño y ojos verdes y muy apuesto un poco más alto que ella, a Caroline le atrajo pero no podía formar ninguna relación en ese momento, no con lo que estaba pasando.

-Ese no es tu problema, preocúpate por comprar unos zapatos nuevos.

-Oh muy grosera deberías ser más amables -Se carcajeó el joven <<Tiene una sonrisa tan agradable, pero, detente idiota, tu ten tus armas y lárgate de este espantoso lugar>> pensó Caroline mientras se cruzo de brazos. -Y más si hablas con el dueño de la tienda -Agrego el chico.

-Eh... bueno. Enserio lo siento... Aunque no importa... Solo dame las armas y me largo de aquí -Respondió tratando de sonar amable.

-Dime para que las quieres y te las doy, de hechos hasta con una rebaja de precio... -Sonrió.

-No me interesa el precio solo quiero las malditas armas, tengo suficiente dinero para comprarte este cochinero -Ella sonrió sínicamente.

-Eh... lo siento no me dijiste él porque -Exclamo el chico todos allí se carcajean -Además que haría un niña tan linda con un arma -En ese momento Caroline se da la vuelta, se quería ir, buscaría otra tienda donde no hicieran tantas preguntas, pero se sintió tan imponente que se volteo bruscamente.

-Quiero las malditas armas porque un asesino serial nos busca -Todos se quedaron estupefactos y la miraron con los ojos bien abiertos.

-Eres...

-Si pequeño idiota, soy una de las sobreviviente de "La Masacre Roja" y hare todo lo posible por cuidar a mis amigos quieran o no -Salió con el rostro en alto y chocando sus tacones con el piso, arrogante y fuerte como la típica Caroline. Entro a su auto, lloro por un momento solo un pequeño momento después se ve en el retrovisor limpiándose las lágrimas Diciéndose -Vamos Caroline seca estas Lagrimas y se la perra sin corazón que yo se que eres -En ese momento alguien golpeo su ventana con sus dedos, era el chico apuesto de la tienda.

Un Juego Llamado VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora