Capítulo 21 El regreso

197 18 2
                                    


NOTA: CUANDO APARESCA * ES UN PENSAMIENTO

Bella: Es hora de regresar a Volterra, me están esperando. Iré por ellos Jake y los mandare de regreso contigo.

Jake: Iré contigo, recuperare a mi familia.

Stefano: Me temo que eso no puede ser, si entras a Volterra los asesinaran y los demás también, confían en nosotros.

Sam: ¡No pueden esperar que nos quedemos sin hacer nada!

Jake: Vamos a ir, no pueden dejarnos atrás.

Bella: Solo pueden acompañarnos hasta la frontera, no podrán entrar a Volterra, si lo hacen van hacer que maten a los niños y sus madres, no puedo impedir que me sigas, pero es tu decisión como termine esto.

Los hombres de Jake se hundieron al igual que los de Sam, pero tenían que tomar la decisión rápido, entre más tiempo perdiéramos, menos posibilidades de que estuvieran vivos teníamos.

Jake: Haremos lo que tú digas.

Sam: Pero promete que los traerás de vuelta.

Bella: Lo hare, lo juro, ahora es hora de irnos.

Stefano tomo mi mano mientras que los demás tomaban su forma lobuna, después de mirar hacia atrás unos segundos comenzamos la carrera que teníamos que ganar para salvar al resto de la manada.

Para cuando comenzó a salir el sol estábamos subiendo al pequeño avión privado que pudimos encontrar en medio de la madrugada, en ocaciosiones como estas agradecía haberle hecho caso a Rose de invertir y tener nuestra propia fuente de dinero, hacia las cosas más fáciles.

Inevitablemente pensé en Rose y en la familia que deje atrás y que muy posiblemente no poder ver de nuevo, ahora que regrese de nuevo a la guardia no podre abandonarla, por lo menos no en un par de cientos de años. Un apretón en la mano me hizo salir de mi mente, ya habíamos despejado y la mayoría de la manada estaba dormida, ya fueran en los asientos, otros habían decidido que estaban mejor en el piso con una manta y una almohada, sentía en cansancio emanar de sus cuerpos, los sueños atormentados de Sam me golpeaban sin cesar, no podía pensar claramente en este ambiente así que me dirigí a la recamara que tenía el avión, jalando a Stefano conmigo, por suerte estaba sola, me senté en el borde de la cama y deje caer mi escudo en la habitación, por primera vez en días la calma y el silencio eran lo único que había a mi alrededor.

Stefano: ¿Estas bien?

Bella: No, me siento exhausta, físicamente podría derribar una montaña, pero mentalmente estoy hecha polvo.

Camino lentamente hacia mí, en otro momento y en otras circunstancias me hubiera parecido terriblemente sexy y me hubiera lanzado hacia él, pero no era el momento ni el lugar. Se sentó a mi lado y me abrazo, me permití dejarme ir , envolverme en su aroma, y dejar de pensar. Solo fueron 5 segundos, pero fue lo necesario para darme la energía que había perdido. Me dio un beso en la frente antes de soltarme y tomar mis manos entres las suyas.

Stefano: ¿Crees que les hagan algo?

Bella: El problema es ese, no creo que los dañen en este momento, tienen información importante sobre mí, y muy posiblemente mi padre este todavía muy furioso porque desapareciera sin decir nada y que nunca lo contactara, así que lo más seguro es que no los toque para asegurar que regrese. Pero no estoy segura de lo que pase después de eso, claramente se debieron de dar cuenta que los niños son una especie totalmente diferente a cualquiera que conozcamos, y querrá destruir a cualquiera que no pueda controlar.

Stefano: Y que aparte sea fuerte.

Bella: Así es. No puedo permitir que les ocurra nada Stef, la manada es mi familia, si les pasa algo a los niños, o a Emily o Leah, Jake y Sam quedaran destrozados.

Stefano: Y morirán.

Bella: Es lo que me temo, una destrucción total, y lo que podría ser el inicio de una cacería hacia los metamorfos descendientes Quileute.

Stefano: ¿Qué deberíamos hacer?

Bella: Voy ofrecer mi vida a cambio de las suyas, si la aceptan tendré que demostrar que los niños no son un peligro para nosotros.

Stefano: No van hacerte nada, solo Aro te obligara que te quedes con ellos, pero no creo que dejen ir a los niños, aunque les muestres toda tu investigación de que no son un peligro.

Bella: En ese caso tendremos que ayudarlos a escapar, y vas ayudarme a ello, te vas a ir con ellos y los vas a llevar a Canadá o el Amazonas a los refugios que dejamos ocultos, nadie sabe de ellos, más que nosotros y Rose.

Stefano: No voy a dejarte. No importa que digas o hagas no voy a irme y dejarte.

Bella: Tienes que hacerlo, si no los llevas tú, no podrán llegar a ningún lugar y los van aniquilar, prométeme que lo harás, es nuestra familia.

Stefano: También eres mi familia, eres mi corazón y sin ti no podre seguir viviendo.

Bella: Y tú eres el mío, pero nosotros somos guerreros y protegeremos a los nuestros, no vamos a separarnos para siempre, seguiremos el plan, y después de que los dejes en un lugar oculto buscare una oportunidad la que sea y te mandare un mensaje para que nos encontremos y regreses a Volterra conmigo, mi padre siempre te tuvo aprecio y Marco y Cayo saben que eres mi pareja, no se opondrán, implantaremos recuerdos de que nos separamos porque tu no estuviste de acuerdo en que ayudara a los lobos y te fuiste, pero nos amamos tanto que no podemos estar separados por eso fuiste a buscarme para que regresáramos a la guardia porque es el lugar que nos pertenece, ellos no duraran nada.

Stefano: ¿Cuánto va a durar eso?

Bella: No lo sé Stef, tomara un tiempo para que Aro me deje ir a las misiones con los mellizos.

Stefano: No podre esperar mucho mi amor.

Bella: Cuando se nos haga difícil recordaremos los buenos momentos, pero sobre todo recordaras que cuando nos reunamos otras vez, será para siempre.

Los labios de Stefano se estamparon fuertemente sobre los míos, sus manos comenzaron a bajar el cierre del vestido que llevaba, la pasión fue creciendo en mi vientre, estaba hambrienta por el al igual que él de mí. La ropa desapareció en cuestión de segundos, en un rápido movimiento me tenía contra la pared mientras sus manos hacían su camino hasta el centro de mi cuerpo y mordía con desesperación mi hombro. Me tenía aprisionada y hacia conmigo lo que quería, habían pasado años sin que me sintiera de esta manera, sin que el deseo nos consumiera, un gruñido salió de su garganta y me hizo estremecer, eso basto para que ahora yo tomara el control, lo empuje hasta la cama donde quedo sentado y sin perder el tiempo me coloque sobre él y conecte nuestros cuerpos, el sonido duro de la fricción de nuestra unión retumbaban en la habitación, si no fuera por el escudo que todavía mantenía sellada la habitación todo el mundo nos habría escuchado, pero para ser sincera no me hubiera importado.

Con un movimiento fiero nos dio la vuelta hasta el quedar sobre mí, los movimientos se volvieron más profundos, mas bestiales, todo era fuego y deseo, éramos una masa de brazos y piernas, besos llenos de anhelo y caricias urgentes de dos amantes que estaban prontos a separarse por un tiempo indeterminado.

El éxtasis exploto entre los dos, y tuve un vistazo de lo que suponía era el cielo, una suave caricia en mi pecho me hizo regresar, recibí un dulce beso que rápidamente se volvió puro fuego, mi cuerpo comenzaba a reaccionar de nuevo, las caricias comenzaron a emerger de nuevo pero esta vez con una pasión dulce.

Stefano: Te amo mi amor, te amo tanto.

Bella: También te amo.

Y nuestros cuerpos volvieron a encontrar el camino para convertirse en uno solo otra vez. 

Un siglo sin tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora