Capítulo 27 Jane

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Capítulo 27

Jane

NOTA: CUANDO APARESCA * ES UN PENSAMIENTO

Abrace a mi madre agradecida y ella sonrió, al ver esto un sentimiento de pura felicidad y gratitud vino de parte de mi padre, estaba extasiado de que su esposa volviera a sonreír. Después de despedirme y decirles que iba a buscar a los gemelos y a mi habitación para poder establecerme salí del ala norte y me dirigí al ala sur de ese mismo piso donde sabía que estaban los aposentos de los gemelos. Llegue al rellano de la tipo suite doble que compartían, suspire y toque un par de veces, al ver que no recibía respuesta volví a tocar, hasta que un avergonzado Paul abrió la puerta.

- ¿Esta Jane?

- Si, está bañándose, por favor pasa.

Entre y abrace a Paul, éramos buenos amigos y él siempre estuvo agradecido de que le permitiera vivir y lo convirtiera para vivir con Jane. La regadera dejo de funcionar y un par de segundos después salió Jane del baño con una toalla en la cabeza, se me quedo viendo con rabia profunda y dura, me cuadre sabía que ella sería difícil pero no tanto como su hermano.

- Así que la hija prodiga decidió regresar después de joderla.

- Así es, regrese para patearte el trasero si es necesario.

Y en un movimiento sorpresivo me envió una ola devastadora de su poder causando que cruzara la habitación por los aires y aterrizara en un mueble destrozándolo todo.

- Si quieres luchar hagámoslo.

Me agazape en posición de ataque y me lance directo a su cuello. Ella al adivinar mi movimiento lo evadió estupendamente, de un salto aterrizo a mi espalda y con una fuerte patada me lanzo al otro lado de la habitación para rematar con la ola más fuerte de su poder que jamás había experimentado de su parte, sonreí por el reconocimiento del familiar dolor, ni siquiera trate de evitarlo, de alguna manera se sentía bien para mí, como si todos estos años nunca hubieran pasado y me hubiera quedado con ellos. La rabia que sentía en su don fue desapareciendo poco a poco, pero aun así se aferraba a no dejarme ir y yo no me oponía a eso, simplemente me deje hacer, el dolor era casi nulo ya que mi don ya lo había absorbido y lo había hecho una parte de mí.

- Jane, querida, deja a Bella por favor.

- Paul, no te metas por favor, merece esto y mucho más.

- Cariño, es tu hermana y la has extrañado todo este tiempo, mejor deberían de tratar hablar en vez de destrozar más nuestro cuarto.

La duda se instaló en Jane y después de unos instantes dejo de utilizar su don en mí, me levante y comencé a sacudir mis ropas, aunque la verdad estaban lamentables, ya no se podían hacer nada por ellas.

- Veo que has mejorado mucho mientras que no estuve hermana.

- No tienes el derecho de llamarme así, aunque es cierto, he entrenado mucho este tiempo, muchos vampiros que controlar.

- Entiendo, pero si usaste la mitad del poder que usaste conmigo estoy segura que los doblegaste sin pestañar.

- Como si te hubiera hecho daño, se perfectamente que después de unos segundos absorbiste el poder y ya no sentiste nada. Una lástima que así sea.

- El tiempo no te ha cambiado Jane, sigues igual de impertinente.

- Y tu igual de orgullosa Isabella, no sé cómo el clan te acepto de nuevo, debieron prenderte fuego en cuanto te vieron.

Un siglo sin tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora