Capítulo 22 Volterra de nuevo

133 8 0
                                    


NOTA: CUANDO APARESCA * ES UN PENSAMIENTO

Stefano: Te amo mi amor, te amo tanto.

Bella: También te amo.

Y nuestros cuerpos volvieron a encontrar el camino para convertirse en uno solo otra vez.

No sentí las horas pasar, o mejor dicho quería olvidar que las horas pasaban, pero el lugar consiente en mi sabía que estábamos a punto de aterrizar en Volterra, y todavía no sabía que hacer, mucho menos tenía un plan, pero tenía que actuar.

Stefano: ¿Qué ronda por tu cabeza, no percibo nada de ti?

Bella: Lo siento, lo hice sin querer.

Le sonreí a Stefano, había cerrado mi mente conscientemente, no quería que supiera lo que pensaba, pero eso no lo podía saber el, si no la desconfianza iba a corroer sus pensamientos y todo iba a ser más difícil.

Stefano: Regresa a la cama conmigo.

Bella: Estamos a minutos de aterrizar, debo de darme un baño.

Stefano: Entonces bañémonos juntos.

Bella: Eso suena bien.

Le ofrecí la mano, pero antes de que pudiéramos entrar a la regadera juntos tocaron la puerta, deje caer los muros de protección que había creado en todo el viaje, y comencé a escuchar los pensamientos de la manada, casi todos eran sueños, a excepción de Sam y Jake que se mantenían despiertos.

Aeromoza: Señorita, aterrizaremos en menos de 15 minutos, deben salir y tomar asiento.

Bella: De acuerdo, deme un minuto.

Y en menos de un minuto salimos a donde estaban los lobos, sentados con los cinturones puestos. Los bonitos y coloridos sueños que había visto con anterioridad se habían esfumado, como si nunca hubieran existido, todo fue remplazado por preocupación, venganza, y el fuerte impulso de tomar a su gente y ocultarse. La culpa comenzó a llenar mi cabeza.

El avión comenzó a descender, cerré la ventana de donde estaba sentada, los últimos rayos del sol se filtraban tímidos por ella, tan indefensos, pero a la vez peligrosos, no podía permitirnos un error en este momento.

Aeromoza: Bienvenidos. Esperamos que el viaje fuera de su agrado. Fue un placer atenderlos.

Sabía que lo que menos quería era volver a vernos, era una lástima, tenía un viaje de regreso igual de incomodo que este, o quizás más.

Bella: Quisiera hablar con el piloto antes de irnos, tengo unas cosas que decirles, si puedes decirle que venga.

La aeromoza solo atino asentir y se dirigió a la cabina de mando, mientras que nosotros comenzamos a soltar los cinturones, lo más lento y humanamente posible que nos daba la situación, todos estábamos desesperados para salir y recuperar a Leah y Emily, pero teníamos que tener un plan antes de eso.

El piloto salió de la cabina, y se miraba asustado al ver a toda la manada de pie. No necesitaba eso, comencé a enviarle ondas de tranquilidad, hasta que lo vi totalmente relajado.

Piloto: ¿Me llamaron?

Bella: Si, lo que pasa que mi esposo, y cuñados tienen que regresar a Brasil esta misma noche, llamaron de emergencia que unos negocios están yendo mal, nos urge que se vayan antes de que amanezca, si no podemos perder millones.

El piloto lucio sorprendido, así que volví a transmitirle sensaciones de seguridad y tranquilidad.

Piloto: Lo entiendo señorita, pero necesitamos cargar el avión de combustible, comer y descansar pronto.

Bella: Lo comprendo, no saldrán de inmediato, me acompañaran a mi casa, donde esperan dos de mis hermanas y sobrinos que regresaran con ellos, después de eso deben de volar directamente a Brasil, mi esposo lo llamara cuando vengan para acá y el avión debe de estar listo, si es posible incluso encendido, y listo para despegar. Su paga la traerá mi esposo, no se preocupe por eso. Estarán de regreso en unas 3 horas a más tardar.

El piloto estaba asombrado, pero no le di tiempo a reaccionar comenzamos a bajar del avión privado, y con un leve movimiento de cabeza nos despedimos de la tripulación, caminamos directamente a los autos negros que había conseguido Stefano con anterioridad.

Stefano: Síganos, iremos a una casa de campo que adquirí cuando estuve aquí sirviendo para la guardia, está fuera de la ciudad. Sam tomo las llaves que le ofrecía Stefano y todos comenzaron a subir a los autos, la mitad de la manada se subió con nosotros y comenzamos el camino a la cabaña.

Bella: ¿Por qué compraste la cabaña?

Stefano: Pensé que alguna vez a lo mejor ibas a regresar, me habías contado de los Vultori y como se convirtieron en familia, y todo el tiempo que pasé con ellos pude ver e incluso obtener vistazos de tu tiempo con ellos y supe que también te extrañaban.

Bella: Lo sé, en nuestra forma rara nos consideramos una familia.

Stefano: Si, por eso la compre, si un día deseabas regresar, iba a volver contigo, y cuando necesitaras un respiro del castillo tendríamos este lugar para pasar el tiempo.

Inevitablemente sonreí, Stefano siempre hacia eso, siempre buscaba las formas de que estuviera tranquila y feliz, pero siempre juntos. Entramos en lo que parecía un prado y los faros iluminaron una pequeña cabaña, si acaso de 2 recamaras, era toda de piedra gris oscura, pequeña, pero por donde sea que miraba había muchas flores, me gustaba. Al entrar pude ver que el interior estaba adaptado a los gustos de ambos, se sentía como si hubiéramos vivido siempre aquí.

Bella: Me gusta muchísimo.

Stefano: Es lo que quería escuchar.

Bella: Cuando todo esto acabe, pongas a salvo a la manada, y vaya por ti, tendremos que regresar a la guardia, pero podemos vivir aquí, le diré a mi padre que nos de él permiso.

Stefano: Me gusta cómo suena eso.

Un carraspeo nos hizo salir de la burbuja en la que habíamos entrado.

Jake: Lamento interrumpirlos, pero tenemos que actuar.

Bella: Lo se Jake, estuve reflexionándolo en todo el viaje, y siempre llegué a la misma conclusión, no queda de otra más que la confrontación directa...

Embry: Vamos a patearles el trasero a esos chupasangres.

Quil: Estoy de acuerdo. ¡Estamos listos!

Un gruñido al unisón retumbo por toda la casa haciendo temblar las paredes, estaban listos para la lucha, lo podía ver, pero eso solo iba causar muchas muertes.

Bella: No me refería a eso, no podemos luchar con ellos, la guardia es fuerte, y todos ellos tienen poderes.

Sam: Tu eres la más fuerte de todos, y estas de nuestro lado, podemos vencerlos.

Bella: Podemos hacerlo, pero ellos también son mi familia, no puedo luchar con ellos, sin poner en peligro a los niños si los atacamos, serán los primeros en ser asesinados, ¿Quieren eso?

Los ánimos de la manada se fueron en picada después de mis palabras, pero tenía que ser sincera con ellos, un ataque estaba fuera de lugar, solo iban a causar la muerte de varios de los dos bandos, y aunque me duela reconocer, sería una pelea en la que no interferiría si ocurría, ambos eran mi familia, y no podía matar a ninguno de ellos.

Stefano: Dejen terminar a Bella, parece que tiene un plan.

Bella: Lo tengo, cuando dije lo de confrontación, me refería a que yo iría directamente hasta ellos, y voy a pedir que los suelten a toda costa, incluso si tengo que luchar con ellos para darles tiempo para que huyan, en el caso de que sea así, los voy acercar todo lo que pueda para que salgan por un túnel que da a una salida en la plaza principal, ahí los van a esperar, Stefano los llevara a un lugar seguro donde pueden comenzar de nuevo, o esperar un tiempo hasta que puedan regresar a donde estaban, o incluso regresar a la reserva donde está su familia.


Un siglo sin tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora