What am i to you? [NamJin]

MIO 🔥

El molesto ruido de la alarma resonó en mi oído y a ciegas busque mi celular, lo encontré a mi lado y logre desactivarla con los ojos cerrados aún, después de dos intentos fallidos completé mi cometido. Un delicioso y familiar aroma a fresa estaba comenzando a despertarme por completo, la sensación de calidez me estaba envolviendo de pies a cabeza y un ligero cosquilleo en mi mentón me estaba haciendo sonreír, un calor suave se extendía por mi cuello y me encontré a mí mismo aferrándome a algo...pronto me di cuenta de que ese algo era mi SeokJin, mantenía su rostro escondido en mi pecho, las cosquillas en mi mentón eran por las hebras rebeldes y castañas de su cabello mientras que el calor en mi cuello era producido por la acompasada respiración que salía de sus labios rosados y entreabiertos.

Con la mayor alegría del mundo le atraje lo más cerca posible estrechándole en mis brazos como si quisiera fusionarnos y aun sin poder creer que lo tenía de esta forma, sus piernas entrelazadas a las mías nos daban un contacto más íntimo y su embriagante aroma estaba haciendo estragos en mi mente. Era precioso de pies a cabeza y era más que maravilloso despertar de esta forma; Bese suavemente su cabello poniendo mi derecha en su mejilla izquierda y le susurré al oído.-Jinnie, es hora de levantarte-. Un pequeño sonido incoherente fue pronunciado por él y me hizo sonreír aún más.-Jinnie, despierta anda-. Susurré de nuevo y apreté un poco más el abrazo, sus manos se empuñaron y aferraron a mi sweater mientras lanzó un bostezo abriendo sus labios en una perfecta "O", se removió despacio en la cama haciéndome reír al hacerme cosquillas con sus movimientos, finalmente sus manos soltaron mi sweater y con pereza abrió sus ojos, pequeños y mínimos eran los centímetros que separaban nuestros rostros y ambos alientos chocaban entre si mezclándose, sus mejillas se encendieron al darse cuenta de la cercanía de nuestros cuerpos entrelazados y una sonrisa avergonzada se posó en sus labios.-Buenos días-. Dijo con un susurro tan despacio que pareció casi inexistente sin embargo le escuché.-Buenos días, debemos desayunar algo...y buscar algo de ropa para los tres-. Le di una sonrisa y deposité un beso pequeño en la punta de su nariz, me correspondió con una sonrisa y su cuerpo se desenlazo del mío haciendo que dejara también de abrazarle, un sentimiento de vacío recorrió mi cuerpo pero fue desplazado por fascinación cuando le vi estirar sus brazos al aire cerrando los ojos y bostezando de nuevo haciendo que su playera se levantase un poco mostrando el suave y tentador vientre plano.

Algún día mis manos y mis labios recorrerían ese camino con delicadeza y sin prisas.

Un niño con ojos curiosos y emocionado por SeokJin se lanzó a sus brazos haciendo sonreír al castaño, HyunDae se había despertado después de nosotros al escuchar el ruido y no podía contener su emoción de verle de nuevo. Sin nada en mis manos más que las llaves del auto y mi cartera salimos todos del hotel, mi hijo y yo con la cómoda ropa deportiva y un avergonzado Jin en pijama. No le había permitido regresar a la habitación donde estaban sus cosas pues seguramente a esta hora ese bastardo estaría ahí, más tarde iríamos a recoger todo.

Encontramos un centro comercial y fuimos hasta ahí, era relativamente temprano, no más de las 11 a.m. y por esto había pocas personas en él, lo que agrado bastante a Jin, su instinto un poco Diva odiaba que le vieran en esas condiciones aunque para mí se veía precioso. Anduvimos por algunas tiendas comprando las prendas necesarias, un cambio completo formal para Jin desde camisa, pantalón y zapatos hasta un delgado brazalete masculino de cuero y plata que casi le rogué para que comprárselo, no me permitió comprarle un segundo cambio, aunque le hice algunas suplicas tan solo rodo los ojos con una sonrisa alegando que esa tarde iríamos por sus cosas. Para HyunDae y para mí tuvimos que comprar dos cambios para el fin de semana pues nosotros no teníamos absolutamente nada de equipaje, en muy poco tiempo y estando extremadamente hambrientos nos sentamos en un pequeño restaurante a desayunar.