Capítulo II: Eres mi vida

486 18 0
                                    

Golpes por doquier. La habitación de Ronald Weasley estaba siendo destrozada por su mismo dueño. La ira, el odio, eran emociones que peleaban por tomar el poder. Era su culpa, y él lo sabía. Si se hubiese callado, si hubiera esperado a que ella dijera lo que tenía que decir. O mejor, si él mismo se hubiera confesado. La amaba desde que tenía memoria. Tercer Curso, cuando pensó que todo iba a terminar cuando él, Harry y su "amada" se vieron acorralados por el "fugitivo asesino en masa" Sirius Black.


Todo era un desastre, ni más ni menos. ¿Qué le estarían haciendo? El sólo pensar en eso le carcomía. Hermione ya había sido torturada cuando estaban en guerra. Y ahora, una vez más, él estaba a la expectativa. No podía hacer nada para ayudarla. Faltaban sus propios gritos desconsolados para que la escena se reviviera nuevamente. Sin embargo, un destello de luz y un golpe seco, extrañamente, interrumpieron tanto su llanto como sus pensamientos.


---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Debemos hacer algo, y rápido!

- Hasta donde sabemos, Krum está implicado - decía un solemne George intentando calmar a Ginny con un poco de información

- Si... pero quedará absuelto - Thomas tiraba todas las esperanzas a la basura

- ¿Por qué estás tan seguro? - Harry Potter se había unido a la búsqueda de Hermione, por razones obvias

- Digamos que sé reconocer una maldición Imperius cuando la veo. Tenía la visión nublada, no escuché que emitiera ningún sonido.

Molly Weasley, siempre como una figura materna para Harry, se encontraba preparando una tazas de café con la esperanza de que estas tuvieran efecto en los jóvenes para idear un plan. Sin embargo, ella siempre prefería que no se involucraran, pero también sabía que se trataba de Hermione.

- ¿Te duele mucho?

- No, George ya la arregló por suerte. Gracias por preocuparte, Ginny - decía el castaño mientras se llevaba un pañuelo con hielo a su nariz

- Y eso que lo tenía bien sujeto. Ron es otro cuando se trata de Hermione - George intentaba reír, pero sabía que no era el momento

- Kingsley tiene a toda la Orden investigando. Tienen a Krum encarcelado hasta que determinen si en verdad estaba bajo esa maldición - murmuró Harry

- Si, pero no es suficiente - Thomas tenía sus ojos rojos. Era algo muy común en él, y todos sus amigos lo sabían. Y sabían que no podía significar nada bueno. No era la primera vez. La misma Hermione había llegado a la conclusión de que el castaño era la reencarnación del mismo Godric Gryffindor. Sus ojos rojos no sólo significaban furia, sino también determinación, valentía, coraje. Eso explicaría el por qué su patronus es un león.

- ¿Qué podríamos hacer? - Ginny ahogó un sollozo. En verdad creía que perdería a su mejor amiga esa noche

Thomas se calló de repente. Como si algo le hubiera llamado la atención. Miró hacia el techo, con gesto fruncido. Parecía obvio, pero no lo había notado hasta entonces. Hizo callar a todos con un gesto, y al segundo murmuró.

- Está demasiado callado allá arriba

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- ¿Ro...? ¿Ron?... - apenas un susurro, un murmullo. Como si fuera lo único que pudiera decir. Era su voz. El pelirrojo pensaba que venía del desiluminador, cuando recordó que ni siquiera lo tenía encima. Se asomó para ver lo que se encontraba detrás de la cama y, en efecto, era la castaña. Su ropa estaba desgastada, como aquél día después de la batalla. Su cuerpo, su perfecta piel, con múltiples marcas y cicatrices.

Ron se abalanzó sobre ella y la envolvió en sus fuertes brazos. ¿Cómo demonios había escapado? Besaba su cabeza una y otra vez. En parte, se pellizcaba a sí mismo para comprobar que no era un sueño. Su Hermione estaba muy mal herida, pero viva. Ya no podía contenerlo más, unas lágrimas lograron asomarse en sus ojos.

- Pensé... que no volvería a verte - soltó ella. A Ron se le partía el alma. Se sentía culpable. 

- Lo siento. Lo siento tanto, Hermione. Fui un tonto.

- Ron, yo...

El pelirrojo se calló. Sentía que no debería incitarla a que se esforzase en hablar, que debía pedirle que guardara sus fuerzas. Pero no, necesitaba escuchar lo que sea que iba a decirle.

- Gracias - Hermione hizo un leve movimiento llevando la mano a su bolsillo. Se notó que algo tan simple como eso le había dolido. Su rostro reflejaba eso, pero al mismo tiempo, se encontraba feliz de estar en los brazos de su hombre. Era su Desiluminador.


- Esto... me mantuvo viva... tu voz... Recordé lo mucho que me dolió verte con... ella; lo querida que me sentí cuando te saltaron los celos con lo de Viktor. Eso me hizo darme cuenta de lo mucho... que me importas. A veces me vuelves loca y siento que voy a explotar de la histeria... pero otras, y la mayoría... me vuelves loca con sólo mirarme, con sólo hablarme... es por eso que estoy perdidamente enamorada de ti - confesó Hermione, que ya estaba roja de la vergüenza, pero al mismo tiempo estaba feliz (y muy expectante) de haberlo dicho finalmente - ese beso... significó todo 

La besó. Fue un roce de labios dulce, tranquilo pero lleno de emoción. La amaba, y lo sabía.

- Siempre te amé, Hermione. Soy un desastre cuando se trata de chicas, por eso no soy de mostrar mis sentimientos. Pero lo que siento por ti no lo sentí nunca por Lav... Lavender. Yo... te amo, eres mi vida.

Ella prácticamente era un mar de lágrimas. El amor era correspondido. Indirectamente se había dado cuenta después de la pelea de esa mañana. Pero necesitaba escucharlo salir de sus labios. Se fundieron en un abrazo de lo más significativo.

- Sobre lo de hoy...

- Ni lo pienses, Hermione. Es tema olvidado. Y si todavía persistía un problema con eso, acabamos de solucionarlo, ¿no crees?

Hermione sólo atinó a sonreír lo más que pudo. Hasta eso le dolía. Era una sensación horrible, su cuerpo entero seguía temblando.

- Pero lo siento - Ron terminó de quebrarse y comenzó a llorar junto a ella

La castaña lo besó de lleno en los labios para acallarlo y disfrutar de la increíble sensación. Se amaban, no había nada más que decir. Nacieron para estar juntos, uno era el complemento del otro.

La puerta se abrió de repente. Hermione tuvo que cubrirse con el pecho de Ron para que la luz que provenía del pasillo no le molestase en los ojos. Thomas se encontraba mudo, sorprendido.


- Sabía que eras brillante... pero te pasas

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------



[Romione] Cuando me miras a los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora