Capítulo XIV: Herida del corazón

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La enfermería estaba en calma. Nadie hablaba, ni hacía, nadie nada. Simplemente observaban, esperaban, rogaban. Porque la esperanza es lo último que se pierde. Porque la más mínima chispa de coraje puede encender las llamas de la misma. Porque eran sus amigos, su familia.

Thomas permanecía inconsciente. Había entrado en ese estado al poco tiempo de llegar con Madam Pomfrey. No paraba de toser, y en la mayoría de las veces, escupía sangre. Lucía más pálido que de costumbre, como si hubiera sido presa del beso de un dementor. Su novia lo observaba con lágrimas en los ojos. Se había mostrado especialmente preocupada cuando Ron le dio la noticia de la gravedad de la situación. Sin decir ninguna palabra, había salido corriendo hacia la enfermería, seguida por el pelirrojo. No lo había dudado, y nadie esperaba lo contrario.

- ¿Se recuperará? - Preguntó Harry, quebrando el silencio establecido.

- Debe ser trasladado a San Mungo cuanto antes - Dijo la Señora Pomfrey, mientras adjudicaba unos medicamentos a la mesita lindera.

Ella era una enfermera como pocas. Podía curar casi lo que fuera, por lo que sus habilidades no eran para nada cuestionables. Y por esa razón, tampoco se podía dudar de su criterio. Si Madam Pomfrey decía que debía ir al hospital para magos y brujas, significaba que, no importaba lo que tenía, pero era muy grave.

- No detecté signos de toxicidad en el análisis de sangre... Y sus pulmones están en excelente estado - Murmuró, intentando descartar ideas.

Hermione recordó algo al instante. Ni ella sabía por qué, pero lo recordaba. Una vieja herida, que ni siquiera estaba segura de que hubiese terminado de sanar. Lentamente, se acercó al cuerpo inerte de su amigo, lo destapó y le subió la camisa.

"¿Qué está haciendo?", se preguntó Ron, que la miraba muy de cerca.

La Señora Pomfrey se llevó las manos a la boca en señal de sorpresa y repulsión en cuanto vio la oscura herida que yacía en la parte superior del lado derecho de la cadera de Thomas.

- No puedo creerlo... Yo misma traté esa herida en su primer año - esbozó.

- El troll tenía... una lanza envenenada - Murmuró Hermione, armando el rompecabezas en su mente.

- Yo la desinfecté en cuanto la vi... No es posible.

Thomas no había resultado ileso con todo el tema de la piedra filosofal. Luego de Ron, él fue herido mientras regresaba con Hermione de la sala de las pociones, debido a que el troll había despertado. Por salvar a la castaña, había bajado sus propias defensas y el monstruo lo había herido. Quién diría que sería un ataque de muerte.

- No... Hay algo más - Dijo Hermione - Esa herida estaba cerrada, prácticamente era una cicatriz hasta el año pasado...

[Romione] Cuando me miras a los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora