Capítulo V: La propuesta

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La noche aún era joven. A pesar de que Ron y Hermione al fin habían pegado un ojo, Thomas no congeniaba con el sueño. Se levantó de la cama, tratando de no despertar a su novia, que dormía a su lado. Tomó su guitarra, aquel instrumento que lo había acompañado desde antes de entrar a Hogwarts, y bajó las escaleras. Los límites de La Madriguera podían ser divisados desde la casa. Todo estaba inmutable. En paz, en silencio. Se sentó en un banco, frente a la laguna, y comenzó a improvisar. Su manejo de perfectos arpegios le permitía crear simples melodías que enamorarían a cualquiera. Su dominio en la escala pentatónica, sin duda, lo hacía un gran guitarrista.

- ¿En qué piensas? - la voz de Meli interrumpió su música

- En todo... y a la vez en nada.

- Pensé que estabas dormido, que tenías sueño después del día de hoy

- Un día de locos, ¿no? - Thomas estaba nervioso. Sentía que debía decirle la verdad que había ocultado desde su intervención en Shell Cottage. No pasaría de la fecha - Debo contarte algo

Ella se sentó a su lado y lo miró expectante. Vaya que el castaño odiaba eso. No encontraba las palabras, y ahora le costaría más. Debía hacer como con la guitarra, improvisar.

- Cuando estábamos en lo de Bill y Fleur, pasó algo... hice algo...

Meli no entendía. ¿La había engañado? No, Thomas mismo siempre decía que aborrecía a la gente que traicionaba a su pareja. Entonces, ¿Qué era? La respuesta llegó de inmediato, cuando su novio se arremangó el antebrazo izquierdo. Una marca "Sangre Sucia" estaba presente, idéntica a la de Hermione.

- Un hechizo de transfiguración - atinó a justificarse mientras unas lágrimas se asomaban en los ojos de su novia - No se merecía vivir con eso... pero yo podía. Puedo vivir con eso, Meli. Por eso lo hice. Mientras ella dormía, le pedí a Ron que me ayudara con el hechizo.

- Entonces...

- Si, esta parte de aquí no es mi piel, es la de ella. Y mi supuesta piel, la que no está aquí, ahora está en su antebrazo. Es un hechizo de sacrificio. Se intercambian partes exactamente iguales en materia, sin importar las marcas o cicatrices que estas tengan, pues se van con la piel.

- Pero, ¿Por qué no me contaste esto antes? - La cara de Meli no era de enfado. Estaba conmocionada, le gustaba que Thomas hiciera esas cosas pero no comprendía por qué ella no había sido la primera en saberlo

- Meli... esta es una marca para toda la vida... No podía arriesgarme a un no, porque sino tendría que ir en contra de tu voluntad... Preferí que lo supieras en el momento en que yo lo decidiera...

- ¿Por qué me lo estás diciendo ahora? - las piezas comenzaban a encajar

¿Le diría? Todo lo que pensaba. ¿Y qué si Hermione tenía otra marca similar? Con gusto transfiguraría de nuevo. No le asustaba sentir el mismo dolor que ella una vez más.

- Porque pienso volver a hacerlo, si tengo que...

Meli besó a su hombre. No lo hacía por excitación; ella lo amaba. Thomas podía ser tierno, y no sólo con ella. Dejó la guitarra a un lado para profundizarlo.

- Me imagino que vas a volver a Hogwarts conmigo - murmuró ella cuando se separaron para respirar

- Claro que si, princesa... acabo de rechazar un puesto importante en el Ministerio para que así sea

Lo volvió a besar. Estaba emocionada, orgullosa. Amaba a ese hombre desde que lo había conocido, y estaba feliz de tenerlo a su lado.

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[Romione] Cuando me miras a los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora