Capítulo VIII: Rencores

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Ya hacía un día que habían vuelto. Ron no pudo negarse a quedarse unos días, hasta el inicio de las clases, en la casa de los Granger en Westminster. Sin embargo, había acordado visitar a sus padres, ya que no los había visto en mucho tiempo, tomando en cuenta que el pelirrojo no salía mucho de su casa.

- Sabes que tengo que decirles, Harry... - Thomas estaba preocupado. Sabía que el día llegaría

- Pero... empezamos las clases pasado mañana... ¿No pueden directamente ausentarse y ya? Diles que se enfermaron...

- No es tan fácil, Harry - Esta vez Meli, casi pensando lo mismo que su novio, fue la que respondió

Thomas simplemente asintió y se levantó. El interrogatorio no podría esperar. Tanto Hermione, la víctima, como Ron, uno de los testigos, debían ir. Su amigo les había ahorrado el tema de ir a testificar, aunque si les pidió que anotaran una declaración en un pergamino, así él podría llevarla. Ambos hicieron eso dos días antes de viajar a Australia.

- A Ron no le va a gustar esto - George lucía tan pálido como Thomas

- ¿Crees que a Hermione sí? Ella no sabe bien si él estaba implicado o no, pero te aseguro que desconfía - Ginny estaba abrazando a Harry mientras exponía su punto de vista

- Además, los dos lo vimos, George... Ya viste cómo reaccionó cuando Hermione lo rechazó. No confío en Krum... y se lo dejaré muy en claro mañana... Ahora, si me disculpan, iré a Westminster.

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Estaba tal cual lo recordaba. El vecindario en el que vivía Hermione siempre se había caracterizado por transmitir buenas vibras. Un barrio tranquilo, con buenos vecinos. Thomas lo sabía, ya había visitado su casa; claro que en circunstancias diferentes. En ese tiempo, era el novio de Hermione. Golpeó dos veces, ya por costumbre.

- Buenos días, Señora Granger... No sé si me recuerda, soy amigo de Her...

Pero ella ya lo estaba abrazando.

- ¿Cómo has estado, querido? Hermione siempre nos habla de ti - "Aunque no tanto como de Ron", pensó ella

- Oh... pues, bien, gracias. ¿Y ustedes?

- Bien, ya sabes... Llevándolo... ¿Gustas pasar?

Thomas asintió y se adentró en la casa de los Granger. Estaba tal cual la recordaba. Tras finalizar su segundo año en Hogwarts, Hermione lo había invitado a conocer a sus padres, ya que para ese entonces mantenían una especie de noviazgo.

- Un placer verte, Thomy - esta vez, fue el padre de Hermione quien lo saludó con un fuerte estrechón de manos -  Están en su habitación

- Gracias - Respondió el chico, que ya se encaminaba hacia las escaleras

Varios cuadros colgaban a lo largo de los pasillos. El hogar de las castaña siempre se había caracterizado por ser pulcro, sereno y adorador de las bellas artes. Golpeó dos veces en la puerta, justamente debajo del cartel con el nombre de la chica.

- ¿Si? - una voz femenina, que el joven reconoció al instante, fue la que respondió

- Soy yo, Thomas

La puerta se abrió sin más. Hermione se encontraba en su cama, y a su lado estaba Ron, revisando increíblemente uno de los libros de su novia.

- Perdón por venir sin avisar... Es importante...

[Romione] Cuando me miras a los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora