Capítulo XI: El regreso

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- Por Dios, Hermione! No creo que nos digan algo si nos ausentamos a la reunión. Lo que nos tengan que decir, podemos escucharlo cuando lleguemos. Seguro que son las mismas indicaciones que los años pasados... - Ron parecía muy disgustado

- Ronald! ¿Cómo puedes decir eso? No podemos ser tan irresponsables!

Todos miraban la imagen perplejos. Thomas abrazaba a su novia, mientras Harry hacía lo mismo con la suya. En el fondo, pensaba: "Las cosas vuelven a la normalidad".

- ¿Al menos puedo saber el por qué? - preguntó la castaña para romper el incómodo silencio que se había formado

- ¿Qué?

- Eso... si puedo saber por qué quieres quedarte aquí en lugar de ir a la reunión de prefectos - insistió ella

Palideció. No se esperaba esa pregunta. Esperaba omitir el por qué de su capricho, y que ella sólo aceptara. Pero Hermione no funciona así. Ninguna mujer debería actuar de novia sumisa.

- Esto, yo... no dije que quiera estar aquí tampoco... digo, en este compartimiento - tartamudeó el pelirrojo

- ¿Dónde quieres estar? Siempre vamos con Harry y Thomas en el tren

- Las cosas cambiaron, Hermione... - contestó él como si fuera la cosa más obvia del mundo

Harry no entendía nada, era muy extraño. ¿Ron no quería estar con ellos en el tren? Observó a su alrededor. Todos tenían sus rostros tan calmados, como si comprendieran exactamente lo que ocurría.

- ¿Qué cambió? - preguntó Harry

- Ellos - contestó indiferente, Ginny

Cerró su boca. Ahora lo entendía. Era la primera vez que Ron y Hermione abordaban el tren como novios.

- ¿Te refieres a...? - intentó decir Hermione

- Te conozco de hace años. Cuando lleguemos, en tu afán de tener todo al día con los deberes, a lo mejor no tengamos tiempo juntos... solos. Lo único que quiero es...

- Aprovechar lo más posible... - completó ella. El pelirrojo sólo asintió con la cabeza, mientras la castaña se le acercaba - Oh, Ron... - dijo mientras le daba un tierno beso en los labios, seguido de un abrazo. Se separó un poco y miró a Thomas suplicante, quien entendió al instante

- Bien - esbozó él mientras se levantaba y se dirigía hacia ellos - Les diré lo que vamos a hacer. Ustedes dos van a buscar un compartimiento vacío, van a entrar y a cerrar la puerta con ese hechizo que sabes - completaba mientras le guiñaba el ojo a Hermione - Yo iré al vagón de la reunión y escucharé todo por ustedes... no creo que me digan que no - decía mientras se rascaba la cabeza

Ron asintió en señal de agradecimiento, mientras que Hermione le sonreía. Thomas siempre estaba ahí para ayudarlos. El pelirrojo se sintió un estúpido, había tratado muy mal al castaño hacía sólo un par de días.

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- Aquí, no hay nadie - murmuró Ron mientras deslizaba la puerta corrediza del compartimiento

Ambos se metieron. El pelirrojo dejó la jaula con su lechuza en uno de los asientos, mientras acomodaba los equipajes en donde correspondía. De por mientras, Hermione sacaba su varita.

- Fermaportus - exclamó ella mientras le apuntaba a la puerta

Se escuchó un chasquido, como un candado que se asegura. El cuarto estaba inmutado. La castaña guardó su varita y se sentó al lado de su novio, que se hacía el distraído - según ella - mirando por la ventanilla. Tomándola por sorpresa, sujetó su mano y le dio unos suaves mimos con las suyas. Instintivamente, la llevó a sus labios y la besó. Ron podía comportarse como un romántico cuando quería. Ella amaba eso de él. Se había enamorado del pelirrojo, completa y perdidamente. ¿Tenía una explicación lógica? No, nunca la tuvo.

[Romione] Cuando me miras a los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora