Little Things |My Bulimic Girlfriend|

21.

-Hola, Niall –me senté junto a él. –Tanto tiempo sin vernos.

-Eh…sí –soltó una risita nerviosa.

-¿Qué hacías? –miré donde antes tenía su dibujo.

-Nada interesante.

-Vamos, muéstrame tu dibujo.

Niall dio un largo suspiro y corrió su mochila para que pudiera observar su dibujo. Lo miré boquiabierta. Era yo. Sí no me equivocaba la del dibujo era yo.

-Faltan detalles –dijo Niall. –Pequeños detalles y ya esta.

-Bueno… el dibujo te salió exactamente igual a…

-A ti –sonrió de lado. –Me pareció que tenías lindas facciones. Eres… linda –sus mejillas tomaron un rojo carmesí. Solté una risita al notar que podía hacer sonrojar a alguien.

-Gracias por el cumplido –sonreí. – ¿Por qué no fuiste ese día que Louis te invito a ver una película en su casa?

-Tenía cosas que hacer.

-Te entiendo –hubo un silencio por unos segundos. – ¿A dónde vas ahora?

-A casa –fijo su vista en la ventana. – ¿Y tú?

-A casa de una amiga.

-Ya veo –dijo.

-Eres bastante tímido –solté.

-No soy tímido –me miró. –Solo soy así con la gente que no conozco bien.

-Al igual que yo –reí. – Es donde no tomo confianza.

-Yo tampoco –sonrió.

-Veo que tenemos algo en común.

-Algo así…–volvió su vista a la ventana.

-Bueno Niall, otro día nos vemos –me levanté. –Mi parada es aquí.

-Adiós –sonrió de lado.

Bajé del autobús y crucé a la calle de al frente para tocar el timbre en casa de Danielle. Fruncí el ceño al ver que nadie me abría. Di un largo suspiro y di la vuelta la casa, para abrir la ventana de la cocina. Me saltsé sin que nadie me viera y subí las escaleras. Al llegar al cuarto de Danielle, abrí la puerta encontrándome con ella recostada en el piso, escribiendo algo en cuadernillo. Al verme se sobresalto. Me atragante con mi saliva al ver su cara. Estaba con un ojo morado, pequeños cortes en la cara y se podían ver algunos moretones en sus brazos. Y sus muslos. Sus muslos tenían grandes cortes.

-¿Qué mierda te hiciste? –susurré.

-Yo… –cubrió su cara con sus manos y comenzó a llorar.

-¿Tú qué Danielle? ¿Tú qué? –grité.

-Papá fue el de los moretones –me miró. Sus ojos estaban hinchados.

-Pero… ¿Por qué diablos te golpeo? –me acerqué a ella.

-Estaba jugando con mi sobrina y… por accidente hice que se cayera y se golpeara fuertemente la cabeza –se sentó en su cama. –Papá me echó toda la culpa a mí. Y me golpeo. ¿Por qué crees que no he ido al instituto en toda la semana? Ni con todo el maquillaje del mundo podía cubrirme estas cosas –señaló su cara.

-Y… ¿los cortes en los muslos? Danielle, por favor para –me senté junto a ella. – ¿Después qué te cortaras? ¿El cuello?

-No entiendes –apretó los ojos.

-¿Y tu madre qué dijo sobre esto? ¿Nada? –Danielle asintió. –Joder, tengo que sacarte de aquí. Otro golpe más y te mata.

-No hagas nada –me miró de reojo. –Déjalo así. Prometo que el lunes sin falta voy a clases. Aunque me este muriendo voy.