31.

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-Ya supera que besó mi pe…

-¡Cállate! –golpeé su cabeza con la mano desocupada. –Aún no puedo creer que te lo hayas follado –mi cara de incredulidad y decepción era fantástica.

-Sí, querida, supéralo –su vista dejó sus uñas limadas para dirigirse a mí con una gran sonrisa. – ¿Sabes qué? La tiene bien gra…

-¡Oh, por Dios, cállate! –volví a golpearlo. Él se quejó.  Aún no podía asimilar lo que me había contado en la tarde en el instituto. –No puedo creer que él sea gay, no, no puedo ser, no puede ser –murmuré, con notoria voz de maniática. Volví a pasar la plancha de pelo en el mío.

-Es más gay que yo, créeme –asintió. –Tú lo ves todo un macho, con sus músculos y eso, pero por dentro es todo un marica.

-Jamás voy a superar que te hayas follado al ayudante del entrenador Beneth –lo fulminé con la mirada. –Jamás, Joshua. Jamás.

 Peter era el sexy ayudante del profesor Beneth. Estudiaba en la universidad profesor de Deportes y ahora estaba en práctica. Debería tener unos veintiséis años, rubio, de piel hermosamente bronceada, con unos bellos ojos azules y cuerpo de macho. ¿Quién iba a pensar que sería gay?

-Es el karma, perra –me apuntó con la lima. –Recuerda cuando tú nos quitaste a Jack a Danielle y a mí.

Viajé por mi mente hacia el nombre de Jack. No lo recordaba… un cabello negro y ojos verdes hicieron memoria en mí. Ya lo recordaba.

-Ya les dije a ambos que no recordaba que les gustaba –rodé los ojos. –Bueno, mejor dicho sólo se lo dije a Danielle. Ya que ella no sabe que… tú… bueno…

-¡Pero ella y yo te dijimos! –chilló. –Danielle te dijo que era su amor platónico, y yo te dije después que él era ardientemente sexy.

Danielle conocía a Jack porque la mamá de este trabajaba en la peluquería de enfrente de su papá. Se conocían de niños. Danielle me había contado que siempre lo perseguía cuando él paseaba por ahí. Ella una vez me dijo que era su amor imposible. Luego yo conocí a Jack porque una de mis compañeras salía con un amigo y compañero de él. Mi mundo es jodidamente pequeño. Pero la primera vez que nos vimos, otro amigo de él me besó. Soy una perra. Después me invitó a salir, olvidándose de mi beso con su amigo.

-Suficiente tuve con tener a Danielle siempre echándome en cara que le había quitado al “amor de su vida” –rodé los ojos –Ni siquiera tuvimos algo serio.

-Pero tuvieron algo –sonrió. –Ya, no importa. Además ya no lo encontraba tan guapo cuando estaba contigo. Estaba medio…gordo.

Gordo

La gorda aquí soy yo, querido Josh.

-Ya cierra tu maldita boca y ayúdame a escoger algo –aún seguía con sólo el sujetador y las bragas puestas. Zayn no debería de tardar en venir por mí.

-Con cualquier cosa seguirás viéndote puta –golpeé su pie. – ¡Hey!

-No eres de gran ayuda –me crucé de brazos.

-Sólo vine a sacarte en cara que me había acostado con Peter.

-¿Sabes que si alguien llega a enterarse a él lo pueden despedir y a ti expulsarte?

-Sí, lo sé –se encogió de hombros. –No me preocupo porque no creo que alguien nos haya visto, estábamos en el vestidor de hombres. No entró nadie en ese momento.

-¿Vestidor de hombres?

-Sí, ¿se me olvido decirte que fueron dos veces? –su sonrisa creció. Que puto. –Y tampoco creo que tú te vayas de lengua, ¿o sí? –arqueó una ceja, aún con la sonrisa en su rostro.

Little Things |My Bulimic Girlfriend|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora