26.

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-Pásame el azúcar.

-Cógelo tú.

-No puedo, esta muy lejos.

-Pues levantate y cógelo tú.

-Mis pies no responden a la orden.

-Diles que respondan si no quieren que tomes el té sin azúcar.

-_____, ¿quieres que te pase el azúcar? –preguntó la dulce voz de Safaa.

-No, Safaa –sonreí. –Deja que tu hermano se digne a pasarme el azúcar.

-No, Safaa – Zayn sonrió. –Deja que tu niñera se digne a levantarse para coger el azúcar.

-¿Qué te cuesta pasarme el azúcar? –fruncí el ceño.

-¿Qué te cuesta levantarte para coger el azúcar? –arqueó una ceja.

-¿Qué les cuesta dejar de pelear por un rato? –Waliyha sobó sus sienes.

Después de que Zayn prácticamente me obligara a ver el amanecer con él, por fin me ayudó a bajar de allí. Lo primero que hice fue ir corriendo al cuarto de Safaa, quien se encontraba de lo más tranquila viendo caricaturas.

Ahora nos encontrábamos en la cocina tomando desayuno como lo habrán notado. Safaa iba a darme un poco de su cereal, pero Zayn me ganó y lo cogió primero. Internamente se lo agradezco. Y bueno, yo aquí intentando que me pasara el puto azúcar para echárselo al maldito té. Que ni siquiera me gusta.

-¡Pásame el puto azúcar! –lo apunté con una cuchara. Instantáneamente recordé a Liam y su extraña fobia a las cucharas.

Zayn, ¿por qué no tú también le temes a las cucharas?

-¡Que lo cojas tú!

-¡No puedo!

-¡Bien, bien! –se levantó de su asiento. –Tú ganas –dejó el azúcar enfrente de mí. –Ahí tienes el maldito azúcar. No me jodas más, infantil.

-Ok, ok –hice ademan con la mano para que se alejara de mí.

-______, ¿serías tan amable de pasarme la leche? –preguntó Waliyha mientras tecleaba en su móvil.

La leche estaba en la nevera, cosa que significaba que tendría que levantarme. Me levanté y me dirigí a la nevera, saqué la caja de leche y la deje encima de la mesa al alcance de Waliyha.

-¿Te levantas para coger la leche y no el azúcar? –preguntó Zayn con incredulidad.

-No molestes, estoy desayunando –le di una mirada sombría y volví mi vista al té. Que para mi gusto estaba demasiado cargado.

-Tú eres la que me molesta a mí…

-¿Pueden parar? –ambos miramos a Waliyha. –Ni Safaa molesta como ustedes. Parecen niños de ocho años.

-Tengo ocho y acabas de decir que no molesto –Safaa frunció el ceño.

Unpredictable inundó el ambiente. Todas las miradas se fueron hacia el móvil que estaba en medio de la mesa. Estiré el brazo para tomarlo al mismo tiempo que Zayn, que fue más rápido que yo y lo tomó primero.

-¿Diga? –habló con voz agitada, como si viniera de correr una maratón. – ¿_____? Oh sí, en seguida se la paso. _____, cariño, tu padre al teléfono.

-Idiota –susurré al arrebatarle el teléfono. – ¿Qué pasa, papá?

-¿Por qué ese chico hablaba tan…raro? ¿Quién es?

-Yo amanecí bien, ¿y tú?

-No cambies de tema –puedo jurar que rodó los ojos. – ¿Qué estabas haciendo?

Little Things |My Bulimic Girlfriend|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora