-¡Pedazo de mierda! ¡¿Qué esperas para traerme la cerveza?!
Tropezando con mis mismos pies, me apresuré a buscar en la nevera alguna maldita cerveza. Al tener una en mis manos, cerré despacio la nevera y me encaminé hacia el living. Allí estaba sentada ella, en un rincón del living esperando desesperada lo que me había pedido. Arqueó una ceja al verme allí, parada, sin hacer nada. Me aclaré la garganta y caminé hacia ella. Con la mano temblorosa, le tendí la bendita cerveza. Maldigo el día en que decidió despedir a todos los
-¿Por qué sigues aquí? ¡Fuera de mi vista! –me gritó. Lo hacia seguido desde que mi padre la dejó por su amante. Además de ahogar sus penas en el alcohol, me trataba como basura.
Asentí rápidamente y corrí hacia mi habitación, encerrándome en esta. Apreté mis puños, deseando que todo esto se acabara pronto. Caminé hasta mi cama, tirándome de boca hasta esta y soltando un grito ahogado. Vi la hora, maldiciendo porque tenía que ir a clases. Me levanté con pereza y en pocos minutos cambié mi pijama por el uniforme escolar. Maquillé mi rostro y tomé mi bolso, mirándome por última vez en el espejo, forzando una sonrisa. Bajé lentamente las escaleras, con temor. Vi a mi madre recostada en el sillón, aún con la lata en la mano. Dormía plácidamente. Con cuidado de despertarla, tomé la lata y fui a botarla. Limpié un poco el desastre de la sala y salí de casa. Subí a mi auto rosa, último modelo -regalo de mi padre antes del divorcempleados de la casa.
-Ya era hora, ¿por qué tardabas tanto, maldita bestia? –gruñó, abriendo la lata. –Seguramente hablando con alguno de esos bastardos con los que te encamas –rodó los ojos.
Yo sólo callé, temiendo decir algo que la hiciera enojar. io con mi madre- y conduje hacia el instituto.
Al llegar estacioné en el aparcamiento, y al bajarme, lo primero que vi fui a la perra de ____. Estaba montada en el jeep de su padre, riendo con él. Al parecer él la amaba mucho. Ella besó su mejilla y se bajó, despidiéndose con la mano. Me dolió. Me dolió porque mi padre con suerte me llamaba para saber si quería algo. Yo pedía dinero, pero obviamente él no se daba cuenta que quería otra cosa. Su cariño. Él creía que todo lo material bastaba.
Seguí lentamente a ____, con la intención de molestarla. Vi como paraba en su casillero, mientras tarareaba una estúpida canción. Rodé los ojos. Me paré detrás de ella. La miré de pies a cabeza. La falda escolar se ajustaba a su cintura, la camisa era algo ajustada y su cabello se veía bien. Tenía un lindo cabello. Pero nunca lo reconocería delante de ella. Tampoco reconocería que cada día, adquiría un buen cuerpo. No, jamás. Sintió mi presencia.
-Creo que me debes una buena… –al mirarme no acabo la frase. Me observó confundida.
-¿Esperabas a alguien más, querida? –arqueé una de mis rubias cejas.
-No.
-¿Entonces?
-Pensé que eras otras persona –se encogió de hombros y me dio la espalda.
-Es de mala educación dar la espalda –me crucé de brazos. –Además de gorda, mal educada.
Vi su cuerpo tensarse. Sonreí.
-Además de puta, idiota –dio la vuelta y me sonrió forzadamente.
-Por lo menos tengo chicos –dije en defensa. –A ti con suerte te deben mirar los nerds. Ni eso.
Sabía que era mentira. Desde que adelgazo, los chicos han rumoreado de lo buena que se había puesto. Tampoco admitiría eso delante de ella.
-Bueno, el día que estén conmigo por lo menos no será por mi físico –se cruzó de brazos al igual que yo. –Me verán porque por lo menos soy inteligente y no ocupo mi cerebro para otras cosas.
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Little Things |My Bulimic Girlfriend|
Fanfiction"-Puedes ser todo lo hermosa que quieras pero dime... si el mundo fuera ciego ¿a quién impresionarías?" "-Ya lo entendí. Cortan su piel lo más profundo para intentar que la cuchilla llegue a lo que quieren matar por dentro. -No lo entiendes completa...