Capítulo 16

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Billie.

Es el quinto chocolate que Hanna lleva comiendose, y no es por ser acosador ni nada parecido, pero es entretenido verla comer... desde lejos.

Me he dado cuenta de que es fanática del chocolate, y iugh. El chocolate me da asco, es tan cliché y empalagozo. No es mi estilo de dulce. Prefiero los caramelos. Caramelos rojos. Mientras los dulces sean rojos, pues, bienvenidos sean.

-¿Vas a dejar de observarla? -dice Jeff, sacandome de mis pensamientos. Volteo a verlo, tiene un sandwich por meterse a su boca. Se lo arrebato y le doy un gran mordisco- ¡Oye! Eso es mio -se queja.

-Cierra la boca, friendzoneado -me burlo-, aunque si lo pienso, nunca fuiste su amigo -río, y golpea mi brazo con su puño.

-No molestes, Joe. Tú estas peor que yo -dice, y lo miro confundido-. Me refiero a que te gusta Sullivan, y eso es caer bajo.

¿Disculpa? ¿Desde cuando mirar a una chica es caer bajo? Además, yo solo la observo, como a cualquier humano.

-No seas idiota. No me gusta Sullivan -me defiendo, mientras continúo comiendome su, ahora mio, sandwich-. Por cierto, quiero que me expliques que es eso de que Jason y Sullivan irán juntos al baile.

Jeff sonríe de una forma tan graciosa que hasta podría darme miedo.

-¿Por qué tanto interés, Romeo? -se burla. Le pateo la rodilla desde abajo de la mesa, y no evita soltar un quejido.

-No me interesa, solo que no puedo creer que Jason y Mike irán al baile.

Parece ser que todos irán. Todos, excepto yo... y Jeff. Claro, los únicos idiotas sin pareja. Pero yo ya me conseguiré una. No debe ser tan dificil, ¿o si?

-Creo que Jason le dió chocolates, o algo asi. Debió pagarle con comida. Qué triste -dice Jeff, y lo miro curioso.

-¿Cómo?

-Que Jason le regaló chocolates, y ella aceptó ir al baile con él.

Mmm, asi que solo bastaron unos chocolates para que aceptara. ¡Qué ridículo! Así cualquiera puede conseguir pareja.

-Al diablo, nosotros no iremos -me quejo. Aunque pensandolo bien, ¿de qué me quejo? Odio esos bailes. Aah, si, ya recuerdo.

Sullivan como árbol. Solo por eso iré al baile.

-Ir solos no debe ser tan malo -dice Jeff, y asiento.

Al carajo las parejas. Podemos ir solos.

Vuelvo mi vista hacia Sullivan, que parece ser que aún no terminó el quinto chocolate.

-De todas formas -dice-, espero que pongan buena música -Asiento. Y si no es así, me encargaré de poner yo mismo la música.

Solo falta una semana para ese estúpido baile. No entiendo por qué le ponen tanto esmero. Solo es un jodido baile. Pero ya verán... Billie Joe Armstrong arreglará esa patética fiesta. Oh, si.

* * *

Quiero decirte otro dato sobre mi, y espero que lo anotes. ¿Lo anotas todo, cierto? Espero que si. Ahora. Al tema.

No soy de los que se rinde fácil, y si Sullivan no va a perdonarme, pues la joderé hasta que lo haga. Asi que he ideado un plan... si, no digas nada, mis planes se han ido a la mierda, pero este funcionará. Ya verás que si.

-¡Tré! -lo llamo, con una gran sonrisa (-hipócrita-). Voltea a verme, y se acerca tranquilo.

-¿Qué quieres?

-Necesito que me des la dirección de la casa de Sullivan -pido, y frunce el ceño-. No preguntes, solo dámela.

Me mira extrañado, pero luego saca un trozo de papel de su mochila y anota algo. Me lo pasa y me da golpecitos en el hombro.

-No sé para qué diablos quieres esto, pero espero que no sea para una de tus Billiemamadas. ¿Oíste? -amenaza.

Y vale... mmh, esto no lo esperaba. Asiento rápido y me entrega el papelito. Lo abro y efectivamente tiene una dirección. Pongamos el plan en marcha.

Antes de que pueda salir hacia el estacionamiento, escucho el grito de Mike.

-¡Hey! ¡¿No iremos a mi casa?! -grita. Niego, pero seguro no puede verme.

-¡Lo siento!, hoy no -susurro lo último y voy directo a la casa de Sullivan.

¿Otro dato? Ella ahora mismo está ensayando para su "obra". Asi que no hay problemas aún con ir a su casa.

Miro de nuevo el papelito, lo guardo en mi bolsillo y camino más rápido. Espero que mi plan funcione.

(...)

Observo por tercera vez la gran casa frente a mi, debe ser esta. Miro de nuevo el papelito y si, efectivamente esta es la casa de Sullivan.

Me acerco a golpear la puerta, y con mis nudillos doy dos golpecitos. Espero unos segundos, hasta que la puerta se abre y una señora -la que supongo debe ser su madre- aparece del otro lado.

-¿Si? -pregunta. Y me mira de arriba a abajo.

Okay... esto es incómodo.

-Me llamo Billie Joe, soy uno de los amigos de Hanna. Hoy nos juntaríamos en su casa para hacer un trabajo, me dió su dirección -digo, con mi sonrísa más inocente.

-Oh, ¿cómo es que nunca me habló de ti? -se hace a un lado-. Adelante. Pasa.

Me adentro a la casa, y mi mirada se detiene en la pequeña no tan pequeña niña que me observa desde el living.

-Puedes sentarte a esperarla, aún no ha llegado a casa.

Asiento. Y voy directo al living, me siento frente a la niñita, que no se parece en nada a Sullivan.
-Por cierto, soy Carrie, la madre de Hanna, y ella es Amanda -dice, apuntando a la niñita que no ha dejado de mirarme-. Amy, ven un momento.

La niña se levanta y se va con Carrie hacia lo que veo como la cocina. Me quito la mochila y la dejo sobre el sofá individual junto al mio. Cuando termino de acomodarme Carrie y Amanda vuelven al living.

-Bien. Billy, puedes quedarte a esperar a Hanna, yo debo irme a trabajar -me dice, y se acerca a besar la frente de Amanda-. Nos vemos, cuidense. Recuerda Amy, Erik está arriba en su habitación, si quieres salir pídeselo a él.

Y sin más se va. Vaya. Qué bonita casa.

-¿Estás enterado que tu nombre es muy estúpido? -pregunta.

Vale. Otra chica que juzga mi nombre. Eso de tatuarmelo en la frente no es tan mala idea.

-Traeré galletas -dice, y se levanta del gran sofá.

Me limito a esperar, hasta que escucho pasos en la escalera. Y un chico alto y sin camiseta se deja ver.

-Ponte una jodida camiseta, imbécil -pienso.

-¿Y este? -pregunta, mirándome con curiosidad.

-Es Billy, Erik. Amigo de Hanna -dice la niña, llegando con un plato con galletas.

Erik ladea cabeza, y sonríe ladino.

-Pareces uno de esos estúpidos que se drogan bajo un puente -dice, y comienza a reir.

-Y tú uno de esos que muerden almohadas -digo, y deja de reir.

Já, idiota.

-Cierra la boca, idiota. Estás en mi casa -masculla, y le sonrío.

-Callate tú, Erik -dice la niña-. Y ponte una camisa.

Erik murmura algo y vuelve a subir las escaleras.

-Aqui tienes galletas, Billy -dice, y me sonríe. Asiento y me meto una a la boca. Ahora debo deletrearle mi nombre.

Genial.

Ordinary World. [Billie Joe Armstrong] #FueledByPremios2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora