Capítulo 21

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Hanna.

Domingo por la noche. Todos fueron a dormir, todos menos yo.

Me siento... sucia.

No voy a mentir, nadie me ha tocado anteriormente. Y que aquel pervertido de la fiesta de ayer me manoseara, se sintió horrible. Me siento horrible. Me siento asqueada.

Ya me he duchado muchas veces en lo que restó del día, pero sigo sintiendo esa sensación de... esa fea sensación. ¿Cómo se dice? Fragilidad.

Tal vez creas que exagero, pero es que sentir esas frías manos tocarme y su aliento en mis oídos... realmente me ha dejado mal.

-Tengo miedo -digo, frente al espejo del cuarto de baño-. Tengo miedo de volver a ser la de antes. La niña débil que lloraba a cada oportunidad. La que estaba rota -hago una pausa-. Pero como dije: estaba. Ya no. Soy fuerte... y no puedo dejar que un chico ebrio me haga caer.

Apreto el lavamanos. Y frunzo el ceño. Mis ojos comienzan a cristalizarse.

-¡Oh, no! ¿Vas a llorar? ¡No lo harás! -Cierro los ojos, con demasiada fuerza, y los vuelvo a abrir-. Hanna Sullivan va a patear traseros -digo y apunto mi reflejo en el espejo-, porque así es ella. Una chica fuerte que no se deja vencer por hombres ni malos comentarios. ¿Entendído? ¡¿Entendído?!

-¡Hanna, duermete! -grita papá.

Vale. Tal vez me he pasado con los gritos. ¡Pero mira! Me he subído el autoestima yo sola.

-Entendido. -Sonrío, y voy directo a mi cama. Mañana debo ir a clases.

* * *

-¡Hanna!

Me despierto de golpe y luego siento un flash que ilumina mi cara. ¿Me han tomado una foto?

-Erik, sal de mi habitación, o juro que freiré lo poco que queda de tu cerebro -digo, con mi acento adormilado.

-Ya... malhumorada. -Escucho cuando cierran la puerta y entonces abro los ojos.

Parece ser de día ya. Debo ir a clases. Pero la cama está cómoda. Pero si no voy a clases... papá va a castigarme.

Rayos.

Vida, ¿por qué me haces elegir entre este tipo de cosas?

-¡Hanna, a desayunar!

Vale, ni siquiera he visto la hora.

Volteo a mi derecha, donde se supone que está el reloj. 07:34 am. Si, parece que debo levantarme ahora.

Me levanto de un salto ultra ninja y doy dos vueltas en el aire hasta llegar al cuarto de baño... vale, no. Creo que ni siquiera puedo mover la pierna.

-¡Hanna, se te hará tarde!

Ya. Ya me levanto.

Me destapo de las suaves y calentitas mantas, y con lentitud voy hacia el baño. Hago mis necesidades y bla bla bla, no te diré el proceso que hago al orinar y al cepillar mis dientes.

-¡Hanna!

-¡Ya! -grito de vuelta.

Voy hacia mi armario y busco algo de ropa. Una blusa celeste, un pantalón jean azúl, y un par de medias color rosa. Me coloco las zapatillas y tomo mi mochila. Arreglo un poco mi cabello y me pongo perfume, desodorante y voy escaleras abajo.

-Aqui hay café, Hanna -dice Denis. Que va a un Instituto diferente al mio.

-Gracias. -Le sonrío. Me siento junto a papá y comienzo a desayunar.

Ordinary World. [Billie Joe Armstrong] #FueledByPremios2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora